sábado, 23 de febrero de 2019

DOS CEUTÍES, TESTIGOS DEL HISTÓRICO 23 F


Fueron una horas de mucha incertidumbre. Aquel 23 de febrero de 1981, los ceutíes, al igual que el resto de españoles, estuvieron muy atentos a lo que ocurría en el interior del Congreso de los Diputados. A las 18,00 horas, se inició  la segunda votación para la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados, después de que dos días antes no obtuviera la mayoría suficiente. En plena votación, un grupo de doscientos guardias civiles (algunos armados) irrumpió en el hemiciclo. Al frente estaba el teniente coronel Antonio Tejero, que arma en mano y gritando “¡Quieto todo el mundo!", ordenaba que todos se tiraran al suelo.​ Así comenzaba este intento de golpe de Estado que resultó fallido.
Dos ceutíes fueron testigos directos de aquel histórico episodio. Francisco Olivencia Ruiz, diputado por Ceuta (UCD) y Manuel Chaves González, diputado por la circunscripción de Cádiz (PSOE), vivieron, desde sus respectivos escaños, aquel inquietante 23 F.


Francisco Olivencia: “No olvidaré que aquel día tuve que ir al servicio con una metralleta en la espalda”

Francisco Olivencia (1934-2019) reconocía hace algunos años en Radio Ceuta (Cadena SER) que “lo viví y no lo olvidaré”. “Era un lunes –rememoraba-, caso absolutamente inusitado porque las sesiones del Congreso empezaban los martes, pero la semana anterior, Calvo Sotelo no sacó la mayoría suficiente y se convocó una sesión cuarenta y ocho después”.
“Estábamos votando –exponía Olivencia- la investidura de Calvo Sotelo como presidente del Gobierno, y en un momento dado, yo estaba próximo a votar, se oyó un ruido en el pasillo. Como había obras, yo pensé que sería un tablón que se había caído, pero por lo que se ve fue un disparo”.
La entrada de Antonio Tejero al hemiciclo, arma en mano, fue “un momento difícil”. Francisco Olivencia le reconoció “enseguida” porque “había estado implicado anteriormente en un esbozo de golpe de Estado”. Aunque podía haber cierta confusión, los parlamentarios no tardaron en darse cuenta de lo que realmente ocurría: “A mi lado había un diputado de Ciudad Real, Pedro Menchero, que ante la exclamación de otro diputado cercano que dijo ¡Pero esto qué es! Con una voz serena contestó: pues no lo ves, un golpe de Estado”, recordaba Olivencia, quien asegura que esa calma con la que respondió “me sorprendió”.
Tras el famoso e histórico grito de Antonio Tejero de “todos al suelo” los diputados “nos lanzamos al suelo cuando empezaron los tiros”, explicaba Francisco Olivencia, varias décadas después del 23 F, tenía una mezcla de sensaciones sobre aquel suceso vivido en el Congreso de los Diputados: “Tuvo su parte jocosa, pero fue desagradable en ese momento”.

Sin duda, el momento más tenso fue cuando comenzaron los disparos. Algunos diputados pensaron que sus vidas corrían peligro: “Un compañero de escaño me dijo que estaban disparando por filas, y le contesté que no podían matarnos porque eran Guardias Civiles”.
¿Qué se le pasó por la Cabeza a Francisco Olivencia cuando se confirmó que se trata de un golpe de Estado?: “Pensé muchas cosas. Me preguntaba qué iba a pasar con el futuro de España, qué estaría ocurriendo fuera porque Tejero decía que tenía el apoyo de diferentes Regiones militares. Después supimos que no era cierto, pero en ese momento me planteaba muchas preguntas”.
Horas después, gracias a “un pequeño transistor que había conseguido Abril Martorell (UCD), íbamos teniendo algunas noticias”. Entre ellas que “el rey había hablado por televisión y que se estaba negociando”.
Fueron dieciocho horas de mucha tensión. Francisco Olivencia reconocía que se “nos hizo muy largo”. Inquietud que, sin embargo –confesaba- no le impidió dormir “tres o cuatro horas tranquilamente”. 


Uno de los inconvenientes con el que se encontraron los diputados durante el tiempo que permanecieron en el Congreso fue la falta de tabaco: “Por aquel entonces su fumaba en el hemiciclo. La abstinencia sumada a la intranquilidad por lo que estaba pasando, nos tenían algo nerviosos. Nos trajeron unos cartones de tabaco ruso que tenía el Grupo Comunista en su secretaría. Me hice con un paquete y me tranquilicé”.
Entre los muchos momentos vividos aquel 23 F, hay uno que -según reconocía Francisco Olivencia en la Cadena SER- no había olvidado: La de ir al servicio “con una metralleta a la espalda”.
Poco antes del mediodía (11:50 horas) del 24 de febrero de 1981, los diputados y los periodistas que permanecían encerrados desde el día anterior, comenzaron a abandonar el Congreso. Lo primero que hizo Francisco Olivencia fue “ir a buscar a mi mujer”. “Teníamos –añadía- un pequeño apartamento muy cerca del Congreso, pero allí no estaba. Cuando la encontré, ya me contó cómo se había vivido desde fuera”.
Para Francisco Olivencia, el hecho de que el intento de golpe de Estado se llevara a cabo el 23F, le hizo pensar que “era imposible que estuviera preparada mucho antes porque era imprevisible que aquel día hubiera sesión en el Congreso”. Por ello, pensaba que “fue repentinamente preparado por Antonio Tejero”.
​En cuanto a si se ha contado toda la verdad sobre el 23 F, Francisco Olivencia creía que “no”. “De aquella trama y sobre su trasfondo, seguro que queda algo en el aire”, afirmaba,  aunque se mostraba partidario de recordar, pero también decir que ya pasó”.
Años después del 23 F, Francisco Olivencia vivió una curiosa anécdota relativa a aquel histórico hecho: “Durante la celebración de una comunión, en el Casino Militar, se me acercó una persona y me dijo que era uno de los Guardias Civiles que estuvieron el  Congreso. Estuvimos charlando y curiosamente, los que aquel día estábamos en un bando y otro, nos dimos la mano”.


Manuel Chaves: “Pensé que los golpistas estaban dispuestos a todo para lograr sus propósitos”

El que fuera presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves (1945), según publicaba la web ecodiario.eleconomista.es, reconoce que pensó en su familia, en su mujer y en sus hijos, que estaban en esos momentos en Cádiz. Cuando se llevaron a Adolfo Suárez, a Gutiérrez Mellado y a Felipe González, el parlamentario socialista creyó que "los golpistas estaban dispuestos a todo para lograr sus propósitos".
El paso del tiempo, y sobre todo que la “autoridad militar" de la que presumía Tejero en el Congreso no llegaba, hizo que Manuel Chaves comenzara a sospechar que  "algo no estaba saliendo como los golpistas habían pensado”.
El 24 de febrero, cuando los diputados abandonaban el Congreso, Manuel Chaves lo hizo con la sensación de que la democracia española "había superado una de sus pruebas más duras". Por ello, aquel 23 F supuso una “lección de fortaleza para una democracia muy joven después de 40 años de férrea dictadura franquista”.

Anécdota

Quizás llevado por la intuición, en diciembre de 1980, Francisco Olivencia protagonizó una curiosa anécdota que recordaba en la Cadena SER: “Estábamos en una reunión del Grupo Centrista y alguien preguntó si al año siguiente habría elecciones generales anticipadas, y yo contesté que elecciones generales no sé, pero generales sin elecciones seguro”. Sin saberlo, vaticinó un hecho que pasó a la historia y que pudo marcar el futuro de España.

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