martes, 25 de marzo de 2014

EN CEUTA TAMBIÉN NEVÓ


Como históricas se pueden calificar las dos únicas nevadas –al menos que se tenga constancia documental de ello- caídas en Ceuta. A ellas habría que sumar una importante granizada que tiñó la ciudad de blanco a finales de los años 60. Ceuta vivió un fenómeno atmosférico poco común en la zona. Cronológicamente, la primera nevada se registró el 8 de febrero de 1886 –dato aportado por el Cronista Oficial de Ceuta-. Tres días más tarde, el rotativo ‘El Eco de Ceuta’ informaba en sus páginas sobre la nieve caída sobre los montes ceutíes y zonas próximas: “Si hemos de creer en el adagio Año de nieves año de bienes estamos de enhorabuena. En la mañana del día 8 apareció a nuestra vista un bonito panorama al advertir nevadas las alturas donde se encuentran levantadas en nuestros campos las torres de Francisco de Asís, Isabel II y Renegado, y en mucha mayor escalas monte Negrón y las sierras de Axffa, Ben-Inixala, El Brut, Anghera y Sierra Bullones”, reflejaba en el rotativo. 


Granizada 

El 4 de febrero de 1967, una importante tormenta cayó sobre Ceuta, dejando algunas calles cubiertas de blanco. No era nieve sino granizo, pero la contundencia con la que había caído hizo que permaneciera algún tiempo, para disfrute de los niños de la época. Según recogía en sus páginas el diario ‘El Faro de Ceuta’, a las siete de la mañana “se desató una fuerte tormenta acompañada de gran aparato eléctrico. El fenómeno duró más de una hora siendo abundantes las precipitaciones, dejando cubiertas las calles y azoteas de una gruesa capa de granizo en algunos sitios de gran tamaño”. Durante esos días Ceuta estaba sufriendo las consecuencias de un importante temporal en la zona del Estrecho que había provocado la suspensión del servicio marítimo, dejando a la ciudad incomunicada. Al día siguiente de la granizada, y después de permanecer interrumpido el tráfico entre los puertos de Ceuta y Algeciras durante dos días, se reanudó el enlace marítimo. Como consecuencia del temporal, numerosos buques se refugiaron en el puerto ceutí. La tromba de agua y granizo ocasionó inundaciones en diferentes lugares, al quedar las alcantarillas y los desagües obstruidos. Los bomberos tuvieron que actuar en diferentes puntos, principalmente en numerosas viviendas que resultaron afectadas.


Nevada

Muchas son las personas que aún recuerdan la última nevada caída en Ceuta. Se registró hace ya dos décadas, concretamente el 1 de marzo de 1993. Supuso, sin duda, un gran acontecimiento en la ciudad. Prueba de ello fue el importante número de personas que
se desplazaron hasta el mirador de Isabel II para presenciar cómo caían los copos de nieve. La zona de ‘García Aldave’ fue punto de encuentro para decenas de ciudadanos que no querían perderse el espectáculo. Pero no fue el único lugar donde se pudo apreciar la nevada, ya que también –aunque mínimamente- se observó en el centro de la ciudad. Pasada las nueve de la noche –tal y como recogía ‘El Faro de Ceuta’- los primeros copos comenzaron a caer en distintos puntos, pero pronto comenzó a llover, por lo que se derritieron muy rápido. En la zona de ‘García Aldave’, debido a su altitud, la nevada fue más intensa, aunque apenas dos horas después, ya no quedaba rastro de lo que había supuesto un hecho insólito. Ese mismo día ya se pudo observar como en la zona marroquí, algunas montañas –entre ellas la ‘mujer muerta’- habían amanecido con un pequeño manto blanco que fue desapareciendo con el paso del tiempo. Nadie podía presagiar que esa estampa en las montañas aledañas, que no era desconocida pero sí excepcional, se iba a poder presenciar horas más tarde en Ceuta. Como consecuencia de la ola de frío polar que azotaba a la península aquellos días, aquel 1 de marzo, a las siete menos cuarto de la mañana el antiguo observatorio local de meteorología llegó a registrar una temperatura de 3,4 grados. Al mediodía los termómetros marcaban una temperatura media de 7 grados. Al día siguiente, en Radio Ceuta (Cadena SER) el jefe zonal del Instituto Nacional de Meteorología en Sevilla, Lorenzo Pérez Muñoz calificaba de insólita la nevada en Ceuta y en localidades próximas como La Línea de la concepción, donde también la nieve cayó en plena ciudad. Aseguró que las temperaturas registradas en la península con motivo de la ola de frío habían sido las más bajas en los últimos sesenta años.
Aquella nevada permanece en la memoria de muchos ceutíes, que recuerdan ese día como algo especial. Es el caso de Silvia Sánchez Prieto, quien por aquel entonces tenía trece años. En un diario, en el que apuntaba “las cosas mportantes”, escribió: “¡nieve en mi ciudad!”. Aún lo conserva. En ese diario, quedó reflejada la ilusión que le había supuesto ver nevar. Aquel 1 de marzo de 1993, en sus páginas escribió que “estaba mi vecino en casa jugando con mi hermana y conmigo, y llamó su padre a casa para decirnos que estaba nevando!!!”. Ahora su deseo es que lo vuelva a hacer y “que lo vean mis niñas”.
Para Mónica Granados aquel día, por una doble razón, fue inolvidable: “Regresé a Ceuta el 28 de febrero con mi bebé que había nacido un día antes. Cuando Ceuta amaneció toda nevada, mis amigas decían que mi hijo se había traído la nieve de Granada con él”. En casa de Mónica aquella nevada sigue estando muy presente porque “tenemos una foto enorme que compré en un estudio fotográfico, donde se ve una panorámica de la ciudad, y al fondo la mujer muerta cubierta de nieve”. Esa gran imagen tiene un importante valor para Mónica y su familia, ya que “recuerda la llegada de mi hijo a casa”.
Araceli Sánchez Sánchez también fue testigo de aquella nevada: “Ese día mis hijos no fueron al ‘cole’. Mi marido iba para el cuartel y se dio la vuelta para llevarnos a García Aldave. Cuando subimos aún caían copos de nieve”. Aunque de forma fugaz, los copos de nieve también se dejaron notar en las calles de la ciudad. Lidia Bahillo Pelluz, quien vivía en la calle Salud Tejero, recuerda haber “sacado el paraguas por la ventana para que mi sobrino viese la nieve, aunque no cuajó”.
Desde aquel 1 de marzo de 1993 no ha vuelto a nevar en Ceuta. No fue un sueño, pero sí que -para muchos-, el que la nieve vuelva a teñir la ciudad de blanco, lo sigue siendo.

sábado, 8 de marzo de 2014