jueves, 22 de agosto de 2013

TENGO UNA CARTA PARA USTED…


Todo comenzó por casualidad. A Erundina Espí López, aficionada a escribir cartas, en el año 1977 se le ocurrió enviarle una postal de Ceuta a la reina Doña Sofía, felicitándola con motivo de su cumpleaños. La idea surgió porque coincidía con la fecha de nacimiento de su cuñada. Diez días después, la Casa Real le respondía a través de un telegrama firmado por Nicolás Cotoner y Cotoner, marqués de Mondéjar quien agradecía la felicitación en nombre de la Casa Real. Desde entonces, han sido muchas las cartas remitidas por Erundina Espí López a altos cargos  nacionales e internacionales; obteniendo respuesta de casi todos. Cartas, telegramas e incluso  fotografías recibidas como contestación a sus postales; conforman una colección que Erundina guarda como un gran tesoro. Y no es para menos. En el álbum donde conserva todas las misivas recibidas, encontramos respuestas de los diferentes presidentes del Gobierno, a los que tenía por costumbre felicitar cuando se producía su nombramiento. Así ocurrió en 1982,  cuando remitía una postal a Felipe González, pidiéndole que “no se olvidara de Ceuta”. Apenas tres meses después, le contestaban desde Moncloa asegurándole que defendería los intereses de Ceuta y Melilla. La carta estaba firmada por el propio Felipe González, y reflejaba el siguiente texto: “He recibido su tarjeta y no quiero dejar de transmitirle mi afecto por Ceuta y Melilla, porque para mí son España, sin ninguna duda, y dedico todo mi esfuerzo y voluntad al bien de todos los españoles”
Anteriormente, el 22 de abril de 1981 había remitido una carta a Ronald Reagan con motivo de su nombramiento como presidente del Gobierno de Estados Unidos. “Le tenía cierta simpatía por haberlo visto interpretar varias películas”, reconoce Erundina, quien aunque no esperaba respuesta, la Casa Blanca a través de su embajada en Madrid le agradeció el gesto, remitiéndole una carta firmada por el embajador estadounidense John R. Riddle: “Se me ha encomendado, en nombre del presidente Reagan, le haga llegar su más sincero agradecimiento por su amable felicitación y palabras de aliento y esperanza para él y el pueblo americano”.

Felicitar a la reina por su cumpleaños se convirtió en una tradición. Los telegramas venían firmados por el marqués de Mondéjar y posteriormente por Sabino Fernández.
Pero en 1982, fue la propia Doña Sofía la que rubricaba la contestación. El telegrama reflejaba lo siguiente: “Muchísimas gracias por tan cariñosa felicitación en el día de mi cumpleaños. Afectuosamente, Sofía Reina”  
El fallecimiento del padre del monarca Don Juan Carlos (1993) o la efeméride del veinte aniversario de su proclamación como rey de España fueron otro de los motivos que llevaron a Erundina Espí a ponerse en contacto con la Casa Real. En ambas ocasiones la respuesta venía firmada por el vizconde de Almansa.  En 2008, fue la última vez que remitió una postal al palacio de la Zarzuela, obteniendo respuesta en todas las ocasiones.
En el año 1990 y con motivo del fallecimiento Stéfano Casiraghi, marido de la princesa de Mónaco, Erundina le envió una postal en la que le mostraba el pésame. La contestación tardó en llegar, pero en 1992, lo hizo. La carta, escrita en francés y con escudo de la Casa Real, reflejaba lo siguiente: “S.A.S. la princesse Caroline de Monaco, très sensible aux aimables voux que vos lui avez adressées, vous remercie vivement de cette délicate pensée” (Su Alteza Serenísima la princesa Carolina de Mónaco, muy sensible a las amables palabras que le habéis dirigido, os agradece  vivamente este comentario tan delicado).
La española y la monaquense no fueron las únicas casas reales con las que se puso en contacto Erundina, puesto que el año 1993 también le remitió una misiva a la reina de Bélgica con motivo del fallecimiento de su marido. Fabiola de Bélgica le respondió mandándole una fotografía suya junto a quien había sido su pareja. A la izquierda de la imagen, y escrito a mano, figuraba este texto: “Con mi agradecimiento por vuestra ferviente comunión con mi esperanza y con mi profundo sentimiento de gratitud por el don del amor que no es eterno”. Lo firmaba Fabiola de Bélgica.
Al igual que ocurriera con Felipe González, Erundina Espí envió una carta felicitando a José María Aznar cuando en el año 1996 era nombrado presidente del Gobierno. Las elecciones se celebraron en el mes de marzo, pero la respuesta no llegó hasta diciembre, aunque en ella, José María Aznar le pedía disculpas por el retraso. No fue la primera vez que obtenía la contestación de José María Aznar, ya que un año antes de llegar a la Moncloa, y como consecuencia del atentado que sufrió, Erundina le había enviado una postal.
En el año 2000, José Luís Rodríguez Zapatero vencía en las elecciones generales. El relevo al frente de la Moncloa propició que Erundina Espí volviera a remitir una postal al nuevo presidente del Gobierno solicitándole especial atención a Ceuta y Melilla ante las históricas reivindicaciones por parte de Marruecos. En esta ocasión, como había ocurrido hasta entonces, también obtuvo respuesta en una carta rubricada por el propio José Luís Rodríguez Zapatero, que le tranquilizaba en referencia al futuro de ambas ciudades: “[…] En cuanto al tema que le preocupa, me gustaría que estuviera tranquila”.
Erundina Espí, tal y como hizo con anteriores presidentes del Gobierno, también ha remitido una postal a Mariano Rajoy, aunque de momento, el actual mandatario no contestado.

Respuestas del Papa Juan Pablo II, Adolfo Suárez y una larga lista de artistas como Carmen Sevillla, Perlita de Huelva, Rocío Jurado o Manolo Escobar completan la colección de Erundina Espí, quien gracias a su afición por escribir cartas, ha recibido más de una satisfacción y casi siempre una sorpresa agradable. Y es que no todos los días se recibe una carta firmada por un presidente del Gobierno o por la mismísima reina Doña Sofía.