martes, 25 de junio de 2013

HOTEL FLOTANTE EN CEUTA: UN PROYECTO QUE NUNCA SE HIZO REALIDAD

‘Hoteles Suborn Yatch’ ha anunciado recientemente la intención de instalar un hotel flotante en Gibraltar. La empresa, que tiene su sede en Finlandia, tiene previsto generar unos 200 empleos para cubrir distintos puestos como camareros, recepcionistas, animadores o cocineros. El hotel flotante 'Sunborn', que se instalará en la zona de Ocean Village de Gibraltar, se trata de un complejo vacacional de cuatro estrellas y que cuenta con 167 habitaciones -entre ellas 18 suites-, además de numerosos servicios a bordo como restaurantes de alta cocina, spa, gimnasio, discotecas, zona de copas y cócteles o salas para eventos. El buque, considerado un superyate, tiene una eslora de 142 metros, y dispone de 15.500 metros cuadrados de superficie distribuidos en siete plantas.

El Gobierno gibraltareño ha destacado la importancia que tiene para la colonia la llegada de este hotel flotante, ya que generará –defiende el primer ministro Fabián Picardo- “un importante impacto económico” en la zona. Se espera la llegada de turistas con un alto nivel adquisitivo.


Hotel flotante en Ceuta

Esta iniciativa, que puede parecer novedosa, ya se planteó en Ceuta hace veinticinco años. El proyecto partió de una empresa privada como respuesta a la importante carencia de plazas hoteleras que por aquel entonces sufría la ciudad. El alto coste de la operación, frustró la posibilidad de su implantación.
Según publicaba el diario ‘El Faro de Ceuta’ en su edición del 8 de noviembre de 1978, la idea era instalar un hotel flotante con capacidad para unas 450 personas, y que además contara con restaurante, bares, discoteca, zona comercial y peluquería.
El mismo quedaría atracado en el muelle de España, aunque se barajaron otras opciones, debido a que era necesaria la implantación de una depuradora que tratara las aguas fecales procedentes del buque. La iniciativa, avalada por la Junta Obras del Puerto y el Centro de Iniciativas y Turismo, la pretendía poner en marcha ‘VIPE’, grupo empresarial que, entre otros negocios, gestionaba el ‘Delfín verde’, afamado restaurante de la época. El proyecto podría haber generado –según sus responsables- entre 50 y 60 puestos de trabajo. Según exponían los promotores del proyecto en las páginas del diario decano, la idea surgió por “la gran falta de plazas hoteleras que nuestra ciudad padece. Ello y que en el plazo mínimo de un mes o dos podría estar en funcionamiento nos animó a acometer este proyecto que estimamos hubiera sido el más idóneo”. Otra razón más para apostar por el hotel flotante fue el atractivo turístico que “hubiera representado para Ceuta”. 
Tras estudiar varias opciones, el grupo ‘VIPE’ se decantó por el buque ‘Ciudad de Ibiza II’, perteneciente a la compañía Trasmediterránea, pero conllevaba un importante desembolso, puesto que además de la contratación del barco, había que acometer una serie de trabajos de acondicionamiento. Todo ello, y según explicaban en las páginas del diario decano Pedro Pérez y Miguel Villalba, suponía una “cifra prohibitiva” para la empresa, que continuó negociando en busca de una rebaja en el coste de la operación. Trasmediterránea accedió a reducir el importe inicial, pero la cantidad “sobrepasaba” las previsiones del grupo ‘VIPE’.
Finalmente, y tras sondear el mercado, quedó descartado un proyecto que hubiera sido pionero en Europa, puesto que por aquel entonces, la experiencia tan sólo se había llevado a cabo en Hong Kong.

Ciudad de Ibiza 

El ‘Ciudad de Ibiza II’, buque elegido inicialmente por el grupo empresarial ‘VIPE’, permanecía atracado en el puerto de Palma de Mallorca, después de que la compañía Trasmediterránea lo hubiera retirado del servicio. El barco contaba con una eslora de 93,11 metros y una manga de 13,46. El calado era de 5,38. Disponía de un total de 108 camarotes, ubicados en la proa, con una capacidad total de 251 pasajeros. Según publica la web ‘trasmeships.es’, durante varios años estuvo realizando la ruta entre Valencia y Palma. Posteriormente, cubrió otros servicios entre Baleares y Cataluña; y también realizó las líneas Sevilla-Canarias y Málaga-Melilla. Tras ser vendido para desguace en subasta pública, en el año 1978 navegó rumbo a Vilanova i la Geltrú, donde se procedió a su desguace.