domingo, 25 de noviembre de 2018

'PEREJIL': LA ISLA DE LOS CONFLICTOS (y II)


'Perejil': La isla de los conflictos (I)

Entre los países que también intentaron hacerse con el control de la isla ‘Perejil’ figuran Estados Unidos. Según refleja el estudio titulado ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ (Javier Gil y Óscar Garrido)  el 13 de febrero de 1836, el cónsul español en Marruecos, Antonio Beramendi informaba al secretario de Estado de la Regencia de María Cristina, Juan Álvarez Mendizábal sobre la presencia de un representante del gobierno americano que supuestamente iba a solicitar al sultán que “que ceda o venda a Estados Unidos la Isla Perejil”. Días más tarde, en un nuevo escrito, el cónsul español exponía que Estados Unidos había efectuado una serie de peticiones, pero se encontró con la negativa –no de forma rotunda- de Marruecos: “[…] Que el Emperador no podrá acceder a las solicitudes que sus antepasados hayan negado, pero que en el favor de Dios, y cuando se presentara el cónsul en Fez con su embajador, todo se arreglará con la mejor buena armonía”.
La respuesta por parte de Marruecos dejaba cierta esperanza a Estados Unidos, lo que provocó la reacción de Francia e Inglaterra. Ambos países se pusieron en alerta ante cualquier posible intento de los americanos de establecerse en el islote. En un informe posterior, la Secretaría de Estado concluye que “se logró neutralizar el intento de Estados Unidos de hacerse con Perejil gracias a las reclamaciones que dirigieron al sultán los gobiernos español, francés e inglés”.
En relación al interés de Estados Unidos por hacerse con la ansiada isla, Javier Gil, uno de los autores del estudio ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ explica a ‘CEUTA REPORTAJES’ que “los americanos buscaban tener posición en la zona, lo cual tiene su lógica porque tener territorio en este lugar le daba muchas ventajas”, pero reconoce que “el interés no fue muy importante porque la lejanía territorial era un gran impedimento”.
El interés de Reino Unido por obtener la cesión de la isla ‘Perejil’ provocó que a mediados de 1842 volviera a intentarlo. Y lo hizo –según recoge un informe oficial del cónsul general de España al secretario de Estado de la Regencia- “bajo el pretexto de proveer por tal posición de armamento a Marruecos, para sostener la lucha que de un día a otro puede suscitarse entre Francia y el sultán, ya que los franceses recelan de los socorros que presta el monarca marroquí a su correligionario argelino”. Se refería a la progresiva conquista de Argelia por parte de Francia. Esa ‘preocupación’ de los ingleses por Marruecos, provocó que Francia, ante una posible ocupación del islote, enviara una división naval a la bahía de Tánger. Al igual que en anteriores ocasiones, el intento británico no obtuvo resultados.
Los años pasaban y el interés de Francia o Inglaterra no cesaba. Ambos países lo volvieron a intentar en la década de los 60 del siglo XIX encontrándose con la oposición de otras potencias mundiales. Incluso Estados Unidos o Italia mostraron su desacuerdo advirtiendo que intentarían “tomar una porción de territorio en la costa africana”. Por ello, en sendos casos,  la situación no pasó de supuestas peticiones para ocupar el islote.

Ocupación de la isla por parte de España y la intención de construir un faro

Tras numerosos intentos fallidos por parte de otros países, en el año 1887, es España la que llega a ocupar la isla. Los autores del estudio ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ localizaban una copia de un informe elaborado por la Dirección General de Ingenieros del Ministerio de la Guerra  titulado ‘Disposiciones para la ocupación de esta isla con motivo del conflicto europeo”. En el mismo se incluye un minucioso estudio sobre las características físicas de la Isla Perejil y las ventajas e inconvenientes de una posible ocupación. El informe aporta numerosos detalles sobre la isla (dimensión, tipo de roca, forma, altura, etc…) y destaca que “su perímetro es escarbado e inaccesible excepto por cuatro calas; está separada de la costa por un canal de trescientos metros de ancho con una profundidad mínima de dieciocho metros; se hallan restos de fortificaciones empezadas y no concluidas del siglo XVIII”. Tras el exhaustivo reconocimiento, el informe recoge, a modo de conclusión, lo siguiente:

1.- No es fácil hacer de la posición de la isla una buena estación naval.

2.- Para la defensa del Estrecho con baterías únicamente no tiene gran importancia.

3.- Ofrece una buena posición como emboscada marítima para corsarios y torpederos.

4.- En poder de otra nación tendría gran importancia para la defensa del Estrecho y de la plaza de Ceuta por ser la llave de acceso al boquete de Anggera.

5.- La defensa material de la isla es fácil y poco costosa.

Además, el comandante exento de Ceuta opinaba que “en previsión de complicaciones exteriores, no conviene que la Isla Perejil siga abandonada como hasta el presente lo ha estado porque el derecho de España a su posesión no sería suficiente para que deje de ocuparla cualquier otra nación cuyos intereses en el Mediterráneo la indujeran a utilizarla”. Incluso da las claves para una rápida ocupación. Aboga por “construir un faro en la punta Norte y desembarazar los caminos abriendo trincheras, facilitar el acceso por las calas de Levante y Poniente y dificultar los otros dos accesos”.
Desde la Dirección General de Ingenieros del Ministerio de la Guerra  recomiendan “actuar con gran reserva al iniciar los trabajos que por el Ministerio de Fomento hayan de hacerse para construir un faro”.
Meses después, el Ministerio de la Marina comunica al Ministerio de Estado que algunas informaciones apuntan a que “la Isla Perejil es frecuentemente visitada por cañoneros ingleses” y se sospecha que “dichas visitas tienen relación con el contrabando que desde la plaza de Gibraltar sale para las costas de la península”. La respuesta no se hace esperar y se decreta una Real orden por la cual se ordena que buques de la División de Guardacostas de Algeciras se dirijan al islote y que “con la urgencia posible, se estudie la conveniencia de establecer alguna luz en la Isla Perejil” y facilitara el acercamiento de los guardacostas y pescadores españoles de la zona. Los comandantes de Marina de Cádiz y Algeciras y el comandante de la División de Guardacostas de Algeciras efectuaron un reconocimiento de la isla. El comandante de uno de los cañoneros desplazados elaboraba una memoria (27 de julio de 1887) en la que negaba la supuesta utilización de la isla por parte de los contrabandistas. ¿Los motivos de tal aseveración? Porque -según el informe- “es completamente inabordable excepto por dos puntos en los que la subida es de bastante pendiente”, aunque matizaba que “es posible que algunos barcos contrabandistas la utilicen para colocarse detrás de la isla ya que de esta manera permanecen invisibles para todo buque que pase por la costa”. La conclusión final de esta memoria es que “la isla es inhabitable y su posesión casi inútil”.
El 17 de noviembre de 1887, el diario ‘El Imparcial’ publicaba una información en la que defendía la supuesta intención de instalar un faro en el islote por parte de España, a la que atribuía la soberanía de la isla. Esta noticia coincidía con el enfado del ministro Plenipotenciario de España en Marruecos, José Diosdado y Castillo que reprochaba al ministro de Estado, Segismundo Moret y Predersgat que no se informara sobre “los planes de ocupación de Perejil” y la construcción de un faro. El citado ministro reconocía que “lo único que ha hecho el gobierno español ha sido enviar empleados del Ministerio de Fomento a Perejil para estudiar la posibilidad de instalar un faro en dicha isla, pero sin resolver la instalación hasta después de conocer la opinión facultativa”
El artículo de ‘El Imparcial’ explicaba que “Isla Perejil es propiedad de España desde la guerra de África”. La información abrió un importante debate sobre la pertenencia del islote. Reino Unido, según una publicación de ‘El Liberal’ (20 de noviembre de 1887) presionó para que Marruecos no aceptara la construcción de un faro porque “constituye una usurpación de dominio, una invasión de territorio y una amenaza a la seguridad de la plaza de Tánger”.
Según el estudio ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’, finalmente no se construyó el faro. El gobierno español desistió, y al igual que en anteriores ocasiones, el islote no fue ocupado.

Extracción de piedra de la Isla Perejil

El periódico semanal ‘El África’ alertaba en el año 1896 (6 de junio) que Marruecos había autorizado a Reino Unido la extracción de piedra del islote “para la construcción del puerto y dique de Gibraltar”. Poco más se sabe de esa supuesta autorización, pero sí generó –coincidencia o no en el tiempo- un intenso debate en el Congreso sobre la soberanía de la isla. Otras fuentes apuntan a que la petición de Gran Bretaña fue la de extracción de piedra, pero no de la isla sino de la montaña ‘Yebel Musa’ o ‘Mujer muerta’. En este último aspecto coinciden las noticias publicadas por varios rotativos de la época.

Último conflicto

A pesar de la multitud de disputas bilaterales, el conflicto generado en 2002 fue uno de los más destacados en la historia de la Isla ‘Perejil’. El 11 de julio del citado año, una patrullera de la Guardia Civil que realizaba labores de vigilancia contra el narcotráfico o inmigración ilegal en las inmediaciones del islote, observó que un grupo de personas se encontraban en la isla y habían colocado dos banderas de Marruecos. Poco después se supo que se trataba de gendarmes del país vecino. Desde Rabat se defendía la soberanía de `Perejil’ y justificaba la ocupación de la isla enmarcándola en “la lucha contra la inmigración clandestina y el terrorismo”. La acción provocó un enfrentamiento diplomático entre España y Marruecos. Al día siguiente, numerosos medios de comunicación de ámbito nacional e internacional se desplazaban a Ceuta para informar sobre un conflicto que tardó varios días en resolverse.
Nada más conocerse la ocupación por parte de Marruecos, se envió a las cercanías del islote una patrullera de la Armada para obtener más información, incorporándose horas después una fragata y dos patrulleros más. La Armada marroquí también situó cerca de la isla una patrullera. Tras varios días de negociación entre ambos países, el día 17 de julio a las 06,17 horas se llevaba a cabo el desalojo y recuperación de ‘Perejil’. Un Comando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra, a bordo de dos helicópteros, aterrizó en el islote y detuvo a los militares marroquíes que fueron entregados a las autoridades marroquíes. La operación militar bautizada como ‘Romeo Sierra’ se llevó a cabo “al alba y con viento de levante de 25 nudos”, tal y como relataba posteriormente en el Congreso de los Diputados el, por aquel entonces, ministro de Defensa, Federico Trillo.
El que fuera comandante General de Ceuta en el año 2002, Fernando López de Olmedo desvelaba en el libro titulado ‘Ceuta y el conflicto de Perejil’ que el mismo día en el que produjo la ocupación de la isla “se preparó una operación, con la finalidad de recuperarla, y con la intención de que fueran las Unidades de la Comandancia General quienes lo hicieran”. La operación se denominaría ‘Pavana’ y era “muy parecida, en todos sus aspectos” a la que se realizó el día 17 de julio. En este caso sería la Legión la que “según lo previsto en la Orden, entraría utilizando helicópteros, que era la única forma de acción aconsejable, por el terreno, la sorpresa y la eficacia; con apoyo a sus vez de helicópteros armados, de ataque”.  Finalmente se optó por retrasar el desalojo del islote y que el mismo lo llevara a cabo una Unidad de Operaciones Especiales. La Comandancia General de Ceuta jugó un papel fundamental en la preparación de la operación, aunque “no se tenía la seguridad de que fuera a realizarse definitivamente y por lo tanto no se conocían el día de su ejecución ni la hora”, explica Fernando López de Olmedo, quien reconoce que “para conseguir el mantenimiento del secreto, era preciso no emitir ninguna orden fuera del Cuartel General hasta el momento más próximo posible al inicio de la acción”.
Según expone el que fuera Comandante General de Ceuta, Marruecos había invitado a los medios de comunicación, tanto nacionales como extranjeros, a visitar ‘Perejil’ el 17 de julio de 2002. Quizás este hecho –al menos así se puede interpretar a tenor de lo reflejado por Fernando López de Olmedo- pudo provocar el adelanto de la puesta en marcha de la Operación ‘Romeo Sierra’: “La invitación les llegó ese mismo día 16, con la idea de concentrarles previamente en Tetuán, para allí dirigirse a la isla, volviendo, una vez visitada, de nuevo a esa ciudad, donde se les invitaría a un almuerzo. Este hecho creaba una situación nueva muy delicada, que de realizarse, habría dificultado muchísimo nuestra acción, es más consideramos que la habría hecho casi imposible”.
Fernando López de Olmedo afirma que es en la noche del día 16 de julio cuando tiene conocimiento que la operación se llevaría a cabo al amanecer. Y así ocurre. Poco antes de las 06,00 horas se informa del despegue de los helicópteros con la Unidad de Operaciones Especiales. La acción se desarrolla sin problemas, y detuvieron a seis gendarmes que, sin oponer resistencia, se entregaron. Se izó la bandera española y a las 08,00 horas una Unidad de la Legión emprendió viaje hacia la isla en cuatro helicópteros, produciéndose el relevo apenas quince minutos después.  
Tras la recuperación del islote –explica Fernando López de Olmedo en ‘Ceuta y el conflicto de Perejil’- había que seguir alerta a una posible respuesta militar de Marruecos: “No sabíamos aún si habría reacción contraria, debiéndonos poner en la peor de las hipótesis para de ninguna manera ser sorprendidos”.
Los militares marroquíes que había protagonizado la ocupación del islote fueron traslados a Ceuta. Se trataba de “infantes de marina, al mando de un suboficial. La Unidad que los recibe –narra el que fuera comandante general en 2002- cumple perfectamente las órdenes recibidas de tratarles como compañeros, ofreciéndoles un desayuno y se les practica un reconocimiento médico por un equipo que ya teníamos preparado”. Posteriormente agentes de la Guardia Civil les llevaba a la frontera del Tarajal, dejándoles en libertad.
Los legionarios permanecieron en la isla hasta el día de 20 julio, fecha en las que España y Marruecos alcanzaron un acuerdo por el cual se volvía al ‘statu quo’ anterior a la disputa diplomática.
A las 21,55 horas fue retirada la bandera nacional de la isla “con la mayor solemnidad y respeto, por un capitán, un suboficial y un legionario”, reflejaba Fernando López de Olmedo.
Dos días después del acuerdo alcanzado entre España y Marruecos, la que fuera ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio visitaba el país vecino, escenificando la reconciliación diplomática. El conflicto bilateral quedaba zanjado el 30 de enero de 2003 cuando ambos países aprobaron el regreso de sus respectivo embajadores.

¿A quién pertenece la soberanía de la Isla Perejil?

Tras siglos de conflictos y debates, la pregunta sobre a quién corresponde realmente la soberanía de la Isla Perejil es muy difícil de responder. Algunos estudios argumentan que es propiedad de España, pero sin embargo otros muchos no se la otorgan tal propiedad. El diario ‘El País’ se planteaba esta interrogante en un artículo publicado el 17 de julio de 2002. El mismo, titulado ‘El falso contencioso de la isla del Perejil’ y firmado por María Rosa Madariaga hacía referencia a los tratados entre España y Marruecos o entre otras potencias en relación con Marruecos y aseguraba que en ninguno de ellos existe “la menor alusión al islote”. “Cabe deducir –continúa la publicación- que España no llegó nunca a ejercer sobre el mismo derechos de soberanía, y que, aunque no se le menciona, formaba parte de lo que constituía a partir de 1912 la zona del Protectorado español”.
Javier Gil, coautor del estudio titulado ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ también reconoce que “es muy complicado decir que pertenece a España o Marruecos, que son los países que tienen más o menos razones para reclamar su soberanía”. Tras el conflicto de 2002, considera que “lo mejor es que se mantenga ese punto de no confrontación porque España no tuvo un apoyo de la Unión Europea. Fue bastante frío y el único país que medió fue Estados Unidos y lo hizo para imponer la situación actual”.
Actualmente, el islote permanece deshabitado y el ‘statu quo’ que se impuso en el año 2002 deja en evidencia la falta de respuesta oficial de a quién pertenece la soberanía de ‘Perejil’, isla que por los hechos históricos narrados en este reportaje bien podría denominarse la isla de los conflictos.

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