sábado, 17 de enero de 2015

EL ‘PEQUEÑO NICOLÁS’ DEL SIGLO XVIII, EN CEUTA

El manuscrito ‘Historia de la mui noble y fidelíssima ciudad de Ceuta’ de Alejandro Correa de Franca es una de las principales fuentes de información del pasado de Ceuta.  Redactado en el siglo XVIII, el original se conserva en la Biblioteca Nacional; aunque la Consejería de Educación y Cultura editó en el año 1999 un libro transcribiendo las vivencias recogidas por el historiador Alejandro Correa da Franca en ese manuscrito que entregó a su sobrino Melchor Correa da Franca. En el mismo, el autor narra algunos acontecimientos de la época. Entre esas numerosas historias, figura una que –salvando las distancias- guarda ciertas similitudes con las protagonizadas por Francisco Nicolás Jiménez, popularmente conocido como el ‘pequeño Nicolás’.
En mayo de 1749 fue desterrado a Ceuta un joven italiano, que meses antes había sido detenido tras hacerse pasar por el heredero del ducado de Módena. Fue recluso en una prisión de Sevilla, aunque de forma incomprensible gozaba de algunos privilegios.
En su destierro a Ceuta fue enviado al convento de San Francisco, y al igual que ocurriera en la capital hispalense, se le otorgó cierta inmunidad. El historiador Alejandro Correa da Franca hacía referencia en el manuscrito a que el joven -22 años- gastaba en “limosnas, galanterías y en su lucimiento como si tuviera grandes rentas”.
Las autoridades de la época mantuvieron en secreto su llegada, pero su presencia no pasó desapercibida, por lo que comenzó a circular un rumor en la ciudad: había llegado una persona ligada a la realeza.
El joven mantenía un nivel de vida alto. En los documentos –narra Alejandro Correa da Franca- firmaba como Hércules de Este Orleans, y se presentaba ante los ciudadanos como hijo primogénito del duque de Módena. Aseguraba estar casado con la princesa heredera, la duquesa de Massa. Su supuesta realeza le abrió muchas puertas, y algunos comerciantes de la ciudad le ofrecían créditos.


Su falsa personalidad fue descubierta por casualidad en agosto de 1749. ‘La Gaceta’, un rotativo de la época, publicaba una noticia en la que informaba sobre un viaje que el duque de Módena había realizado a la ciudad de Sasuolo acompañado de su hijo primogénito y de las princesas. El 31 de octubre de ese mismo año, ‘La Gaceta’ hacía referencia al embarazo de la duquesa de Massa. Estaba claro que el supuesto príncipe no era quien decía ser, dejando en evidencia –afirma el historiador- “a los codiciosos que le habían franqueado su caudales y a otros en la duda de la certidumbre de su principado”. Precisamente, un poeta de la época –con bastante ironía- dejaba constancia de las consecuencias del engaño del falso príncipe a través de esta poesía recogida en el manuscrito:

“Cavalleros principales
los que al príncipe fiais
decidme cómo hos halláis
con sus ausencias reales,
infelices animales.
Hechos de vn centro de dudas
de qué sirben las ayudas
que Monsieur Latur ha dado
si ha vendido y engañado
al comercio como Iudas […]”

[…] “Chaque, Daza, Ábila y Pérez (mercaderes)
al príncipe recatado
Liberales han fiado
el todo de sus haueres.
Y aora como mugeres
lloran, que pagar no quiso.
Este castigo preciso
es bien que Dios hos lo mande
y si acaso hos viene grande
Darle a Sagalas y a Viso (sastres)”
  

A principios de 1750 corrió el rumor que pretendía huir a la península. Meses después, el falso duque italiano burló la vigilancia de un buque con bandera de Dinamarca, que partió rumbo a Gibraltar, cuyo Gobernador al tener conocimiento de la presencia a bordo del joven, negó su desembarco en el puerto gibraltareño. Finalmente, y según recogía en su crónica Alejandro Correa da Franca emprendió viaje a Génova y posteriormente a Roma. 

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