El manuscrito ‘Historia de la mui
noble y fidelíssima ciudad de Ceuta’ de Alejandro Correa de Franca es una de
las principales fuentes de información del pasado de Ceuta. Redactado en el siglo XVIII, el original se
conserva en la Biblioteca Nacional; aunque la Consejería de Educación y Cultura
editó en el año 1999 un libro transcribiendo las vivencias recogidas por el
historiador Alejandro Correa da Franca en ese manuscrito que entregó a su
sobrino Melchor Correa da Franca. En el mismo, el autor narra algunos
acontecimientos de la época. Entre esas numerosas historias, figura una que
–salvando las distancias- guarda ciertas similitudes con las protagonizadas por
Francisco Nicolás Jiménez, popularmente conocido como el ‘pequeño Nicolás’.
En mayo de 1749 fue desterrado a
Ceuta un joven italiano, que meses antes había sido detenido tras hacerse pasar
por el heredero del ducado de Módena. Fue recluso en una prisión de Sevilla,
aunque de forma incomprensible gozaba de algunos privilegios.
En su destierro a Ceuta fue enviado
al convento de San Francisco, y al igual que ocurriera en la capital
hispalense, se le otorgó cierta inmunidad. El historiador Alejandro Correa da
Franca hacía referencia en el manuscrito a que el joven -22 años- gastaba en
“limosnas, galanterías y en su lucimiento como si tuviera grandes rentas”.
Las autoridades de la época
mantuvieron en secreto su llegada, pero su presencia no pasó desapercibida, por
lo que comenzó a circular un rumor en la ciudad: había llegado una persona
ligada a la realeza.
El joven mantenía un nivel de vida
alto. En los documentos –narra Alejandro Correa da Franca- firmaba como
Hércules de Este Orleans, y se presentaba ante los ciudadanos como hijo
primogénito del duque de Módena. Aseguraba estar casado con la princesa
heredera, la duquesa de Massa. Su supuesta realeza le abrió muchas puertas, y
algunos comerciantes de la ciudad le ofrecían créditos.
Su falsa personalidad fue descubierta por casualidad en agosto de 1749. ‘La Gaceta ’,
un rotativo de la época, publicaba una noticia en la que informaba sobre un
viaje que el duque de Módena había realizado a la ciudad de Sasuolo acompañado
de su hijo primogénito y de las princesas. El 31 de octubre de ese mismo año,
‘La Gaceta’ hacía referencia al embarazo de la duquesa de Massa. Estaba claro
que el supuesto príncipe no era quien decía ser, dejando en evidencia –afirma
el historiador- “a los codiciosos que le habían franqueado su caudales y a
otros en la duda de la certidumbre de su principado”. Precisamente, un poeta de
la época –con bastante ironía- dejaba constancia de las consecuencias del
engaño del falso príncipe a través de esta poesía recogida en el manuscrito:
“Cavalleros principales
los que al príncipe fiais
decidme cómo hos halláis
con sus ausencias reales,
infelices animales.
Hechos de vn centro de dudas
de qué sirben las ayudas
que Monsieur Latur ha dado
si ha vendido y engañado
al comercio como Iudas […]”
[…] “Chaque, Daza, Ábila y Pérez
(mercaderes)
al príncipe recatado
Liberales han fiado
el todo de sus haueres.
Y aora como mugeres
lloran, que pagar no quiso.
Este castigo preciso
es bien que Dios hos lo mande
y si acaso hos viene grande
Darle a Sagalas y a Viso (sastres)”
A principios de 1750 corrió el rumor
que pretendía huir a la península. Meses después, el falso duque italiano burló
la vigilancia de un buque con bandera de Dinamarca, que partió rumbo a
Gibraltar, cuyo Gobernador al tener conocimiento de la presencia a bordo del
joven, negó su desembarco en el puerto gibraltareño. Finalmente, y según
recogía en su crónica Alejandro Correa da Franca emprendió viaje a Génova y
posteriormente a Roma.
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