domingo, 25 de noviembre de 2018

'PEREJIL': LA ISLA DE LOS CONFLICTOS (y II)


'Perejil': La isla de los conflictos (I)

Entre los países que también intentaron hacerse con el control de la isla ‘Perejil’ figuran Estados Unidos. Según refleja el estudio titulado ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ (Javier Gil y Óscar Garrido)  el 13 de febrero de 1836, el cónsul español en Marruecos, Antonio Beramendi informaba al secretario de Estado de la Regencia de María Cristina, Juan Álvarez Mendizábal sobre la presencia de un representante del gobierno americano que supuestamente iba a solicitar al sultán que “que ceda o venda a Estados Unidos la Isla Perejil”. Días más tarde, en un nuevo escrito, el cónsul español exponía que Estados Unidos había efectuado una serie de peticiones, pero se encontró con la negativa –no de forma rotunda- de Marruecos: “[…] Que el Emperador no podrá acceder a las solicitudes que sus antepasados hayan negado, pero que en el favor de Dios, y cuando se presentara el cónsul en Fez con su embajador, todo se arreglará con la mejor buena armonía”.
La respuesta por parte de Marruecos dejaba cierta esperanza a Estados Unidos, lo que provocó la reacción de Francia e Inglaterra. Ambos países se pusieron en alerta ante cualquier posible intento de los americanos de establecerse en el islote. En un informe posterior, la Secretaría de Estado concluye que “se logró neutralizar el intento de Estados Unidos de hacerse con Perejil gracias a las reclamaciones que dirigieron al sultán los gobiernos español, francés e inglés”.
En relación al interés de Estados Unidos por hacerse con la ansiada isla, Javier Gil, uno de los autores del estudio ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ explica a ‘CEUTA REPORTAJES’ que “los americanos buscaban tener posición en la zona, lo cual tiene su lógica porque tener territorio en este lugar le daba muchas ventajas”, pero reconoce que “el interés no fue muy importante porque la lejanía territorial era un gran impedimento”.
El interés de Reino Unido por obtener la cesión de la isla ‘Perejil’ provocó que a mediados de 1842 volviera a intentarlo. Y lo hizo –según recoge un informe oficial del cónsul general de España al secretario de Estado de la Regencia- “bajo el pretexto de proveer por tal posición de armamento a Marruecos, para sostener la lucha que de un día a otro puede suscitarse entre Francia y el sultán, ya que los franceses recelan de los socorros que presta el monarca marroquí a su correligionario argelino”. Se refería a la progresiva conquista de Argelia por parte de Francia. Esa ‘preocupación’ de los ingleses por Marruecos, provocó que Francia, ante una posible ocupación del islote, enviara una división naval a la bahía de Tánger. Al igual que en anteriores ocasiones, el intento británico no obtuvo resultados.
Los años pasaban y el interés de Francia o Inglaterra no cesaba. Ambos países lo volvieron a intentar en la década de los 60 del siglo XIX encontrándose con la oposición de otras potencias mundiales. Incluso Estados Unidos o Italia mostraron su desacuerdo advirtiendo que intentarían “tomar una porción de territorio en la costa africana”. Por ello, en sendos casos,  la situación no pasó de supuestas peticiones para ocupar el islote.

Ocupación de la isla por parte de España y la intención de construir un faro

Tras numerosos intentos fallidos por parte de otros países, en el año 1887, es España la que llega a ocupar la isla. Los autores del estudio ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ localizaban una copia de un informe elaborado por la Dirección General de Ingenieros del Ministerio de la Guerra  titulado ‘Disposiciones para la ocupación de esta isla con motivo del conflicto europeo”. En el mismo se incluye un minucioso estudio sobre las características físicas de la Isla Perejil y las ventajas e inconvenientes de una posible ocupación. El informe aporta numerosos detalles sobre la isla (dimensión, tipo de roca, forma, altura, etc…) y destaca que “su perímetro es escarbado e inaccesible excepto por cuatro calas; está separada de la costa por un canal de trescientos metros de ancho con una profundidad mínima de dieciocho metros; se hallan restos de fortificaciones empezadas y no concluidas del siglo XVIII”. Tras el exhaustivo reconocimiento, el informe recoge, a modo de conclusión, lo siguiente:

1.- No es fácil hacer de la posición de la isla una buena estación naval.

2.- Para la defensa del Estrecho con baterías únicamente no tiene gran importancia.

3.- Ofrece una buena posición como emboscada marítima para corsarios y torpederos.

4.- En poder de otra nación tendría gran importancia para la defensa del Estrecho y de la plaza de Ceuta por ser la llave de acceso al boquete de Anggera.

5.- La defensa material de la isla es fácil y poco costosa.

Además, el comandante exento de Ceuta opinaba que “en previsión de complicaciones exteriores, no conviene que la Isla Perejil siga abandonada como hasta el presente lo ha estado porque el derecho de España a su posesión no sería suficiente para que deje de ocuparla cualquier otra nación cuyos intereses en el Mediterráneo la indujeran a utilizarla”. Incluso da las claves para una rápida ocupación. Aboga por “construir un faro en la punta Norte y desembarazar los caminos abriendo trincheras, facilitar el acceso por las calas de Levante y Poniente y dificultar los otros dos accesos”.
Desde la Dirección General de Ingenieros del Ministerio de la Guerra  recomiendan “actuar con gran reserva al iniciar los trabajos que por el Ministerio de Fomento hayan de hacerse para construir un faro”.
Meses después, el Ministerio de la Marina comunica al Ministerio de Estado que algunas informaciones apuntan a que “la Isla Perejil es frecuentemente visitada por cañoneros ingleses” y se sospecha que “dichas visitas tienen relación con el contrabando que desde la plaza de Gibraltar sale para las costas de la península”. La respuesta no se hace esperar y se decreta una Real orden por la cual se ordena que buques de la División de Guardacostas de Algeciras se dirijan al islote y que “con la urgencia posible, se estudie la conveniencia de establecer alguna luz en la Isla Perejil” y facilitara el acercamiento de los guardacostas y pescadores españoles de la zona. Los comandantes de Marina de Cádiz y Algeciras y el comandante de la División de Guardacostas de Algeciras efectuaron un reconocimiento de la isla. El comandante de uno de los cañoneros desplazados elaboraba una memoria (27 de julio de 1887) en la que negaba la supuesta utilización de la isla por parte de los contrabandistas. ¿Los motivos de tal aseveración? Porque -según el informe- “es completamente inabordable excepto por dos puntos en los que la subida es de bastante pendiente”, aunque matizaba que “es posible que algunos barcos contrabandistas la utilicen para colocarse detrás de la isla ya que de esta manera permanecen invisibles para todo buque que pase por la costa”. La conclusión final de esta memoria es que “la isla es inhabitable y su posesión casi inútil”.
El 17 de noviembre de 1887, el diario ‘El Imparcial’ publicaba una información en la que defendía la supuesta intención de instalar un faro en el islote por parte de España, a la que atribuía la soberanía de la isla. Esta noticia coincidía con el enfado del ministro Plenipotenciario de España en Marruecos, José Diosdado y Castillo que reprochaba al ministro de Estado, Segismundo Moret y Predersgat que no se informara sobre “los planes de ocupación de Perejil” y la construcción de un faro. El citado ministro reconocía que “lo único que ha hecho el gobierno español ha sido enviar empleados del Ministerio de Fomento a Perejil para estudiar la posibilidad de instalar un faro en dicha isla, pero sin resolver la instalación hasta después de conocer la opinión facultativa”
El artículo de ‘El Imparcial’ explicaba que “Isla Perejil es propiedad de España desde la guerra de África”. La información abrió un importante debate sobre la pertenencia del islote. Reino Unido, según una publicación de ‘El Liberal’ (20 de noviembre de 1887) presionó para que Marruecos no aceptara la construcción de un faro porque “constituye una usurpación de dominio, una invasión de territorio y una amenaza a la seguridad de la plaza de Tánger”.
Según el estudio ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’, finalmente no se construyó el faro. El gobierno español desistió, y al igual que en anteriores ocasiones, el islote no fue ocupado.

Extracción de piedra de la Isla Perejil

El periódico semanal ‘El África’ alertaba en el año 1896 (6 de junio) que Marruecos había autorizado a Reino Unido la extracción de piedra del islote “para la construcción del puerto y dique de Gibraltar”. Poco más se sabe de esa supuesta autorización, pero sí generó –coincidencia o no en el tiempo- un intenso debate en el Congreso sobre la soberanía de la isla. Otras fuentes apuntan a que la petición de Gran Bretaña fue la de extracción de piedra, pero no de la isla sino de la montaña ‘Yebel Musa’ o ‘Mujer muerta’. En este último aspecto coinciden las noticias publicadas por varios rotativos de la época.

Último conflicto

A pesar de la multitud de disputas bilaterales, el conflicto generado en 2002 fue uno de los más destacados en la historia de la Isla ‘Perejil’. El 11 de julio del citado año, una patrullera de la Guardia Civil que realizaba labores de vigilancia contra el narcotráfico o inmigración ilegal en las inmediaciones del islote, observó que un grupo de personas se encontraban en la isla y habían colocado dos banderas de Marruecos. Poco después se supo que se trataba de gendarmes del país vecino. Desde Rabat se defendía la soberanía de `Perejil’ y justificaba la ocupación de la isla enmarcándola en “la lucha contra la inmigración clandestina y el terrorismo”. La acción provocó un enfrentamiento diplomático entre España y Marruecos. Al día siguiente, numerosos medios de comunicación de ámbito nacional e internacional se desplazaban a Ceuta para informar sobre un conflicto que tardó varios días en resolverse.
Nada más conocerse la ocupación por parte de Marruecos, se envió a las cercanías del islote una patrullera de la Armada para obtener más información, incorporándose horas después una fragata y dos patrulleros más. La Armada marroquí también situó cerca de la isla una patrullera. Tras varios días de negociación entre ambos países, el día 17 de julio a las 06,17 horas se llevaba a cabo el desalojo y recuperación de ‘Perejil’. Un Comando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra, a bordo de dos helicópteros, aterrizó en el islote y detuvo a los militares marroquíes que fueron entregados a las autoridades marroquíes. La operación militar bautizada como ‘Romeo Sierra’ se llevó a cabo “al alba y con viento de levante de 25 nudos”, tal y como relataba posteriormente en el Congreso de los Diputados el, por aquel entonces, ministro de Defensa, Federico Trillo.
El que fuera comandante General de Ceuta en el año 2002, Fernando López de Olmedo desvelaba en el libro titulado ‘Ceuta y el conflicto de Perejil’ que el mismo día en el que produjo la ocupación de la isla “se preparó una operación, con la finalidad de recuperarla, y con la intención de que fueran las Unidades de la Comandancia General quienes lo hicieran”. La operación se denominaría ‘Pavana’ y era “muy parecida, en todos sus aspectos” a la que se realizó el día 17 de julio. En este caso sería la Legión la que “según lo previsto en la Orden, entraría utilizando helicópteros, que era la única forma de acción aconsejable, por el terreno, la sorpresa y la eficacia; con apoyo a sus vez de helicópteros armados, de ataque”.  Finalmente se optó por retrasar el desalojo del islote y que el mismo lo llevara a cabo una Unidad de Operaciones Especiales. La Comandancia General de Ceuta jugó un papel fundamental en la preparación de la operación, aunque “no se tenía la seguridad de que fuera a realizarse definitivamente y por lo tanto no se conocían el día de su ejecución ni la hora”, explica Fernando López de Olmedo, quien reconoce que “para conseguir el mantenimiento del secreto, era preciso no emitir ninguna orden fuera del Cuartel General hasta el momento más próximo posible al inicio de la acción”.
Según expone el que fuera Comandante General de Ceuta, Marruecos había invitado a los medios de comunicación, tanto nacionales como extranjeros, a visitar ‘Perejil’ el 17 de julio de 2002. Quizás este hecho –al menos así se puede interpretar a tenor de lo reflejado por Fernando López de Olmedo- pudo provocar el adelanto de la puesta en marcha de la Operación ‘Romeo Sierra’: “La invitación les llegó ese mismo día 16, con la idea de concentrarles previamente en Tetuán, para allí dirigirse a la isla, volviendo, una vez visitada, de nuevo a esa ciudad, donde se les invitaría a un almuerzo. Este hecho creaba una situación nueva muy delicada, que de realizarse, habría dificultado muchísimo nuestra acción, es más consideramos que la habría hecho casi imposible”.
Fernando López de Olmedo afirma que es en la noche del día 16 de julio cuando tiene conocimiento que la operación se llevaría a cabo al amanecer. Y así ocurre. Poco antes de las 06,00 horas se informa del despegue de los helicópteros con la Unidad de Operaciones Especiales. La acción se desarrolla sin problemas, y detuvieron a seis gendarmes que, sin oponer resistencia, se entregaron. Se izó la bandera española y a las 08,00 horas una Unidad de la Legión emprendió viaje hacia la isla en cuatro helicópteros, produciéndose el relevo apenas quince minutos después.  
Tras la recuperación del islote –explica Fernando López de Olmedo en ‘Ceuta y el conflicto de Perejil’- había que seguir alerta a una posible respuesta militar de Marruecos: “No sabíamos aún si habría reacción contraria, debiéndonos poner en la peor de las hipótesis para de ninguna manera ser sorprendidos”.
Los militares marroquíes que había protagonizado la ocupación del islote fueron traslados a Ceuta. Se trataba de “infantes de marina, al mando de un suboficial. La Unidad que los recibe –narra el que fuera comandante general en 2002- cumple perfectamente las órdenes recibidas de tratarles como compañeros, ofreciéndoles un desayuno y se les practica un reconocimiento médico por un equipo que ya teníamos preparado”. Posteriormente agentes de la Guardia Civil les llevaba a la frontera del Tarajal, dejándoles en libertad.
Los legionarios permanecieron en la isla hasta el día de 20 julio, fecha en las que España y Marruecos alcanzaron un acuerdo por el cual se volvía al ‘statu quo’ anterior a la disputa diplomática.
A las 21,55 horas fue retirada la bandera nacional de la isla “con la mayor solemnidad y respeto, por un capitán, un suboficial y un legionario”, reflejaba Fernando López de Olmedo.
Dos días después del acuerdo alcanzado entre España y Marruecos, la que fuera ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio visitaba el país vecino, escenificando la reconciliación diplomática. El conflicto bilateral quedaba zanjado el 30 de enero de 2003 cuando ambos países aprobaron el regreso de sus respectivo embajadores.

¿A quién pertenece la soberanía de la Isla Perejil?

Tras siglos de conflictos y debates, la pregunta sobre a quién corresponde realmente la soberanía de la Isla Perejil es muy difícil de responder. Algunos estudios argumentan que es propiedad de España, pero sin embargo otros muchos no se la otorgan tal propiedad. El diario ‘El País’ se planteaba esta interrogante en un artículo publicado el 17 de julio de 2002. El mismo, titulado ‘El falso contencioso de la isla del Perejil’ y firmado por María Rosa Madariaga hacía referencia a los tratados entre España y Marruecos o entre otras potencias en relación con Marruecos y aseguraba que en ninguno de ellos existe “la menor alusión al islote”. “Cabe deducir –continúa la publicación- que España no llegó nunca a ejercer sobre el mismo derechos de soberanía, y que, aunque no se le menciona, formaba parte de lo que constituía a partir de 1912 la zona del Protectorado español”.
Javier Gil, coautor del estudio titulado ‘La isla perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ también reconoce que “es muy complicado decir que pertenece a España o Marruecos, que son los países que tienen más o menos razones para reclamar su soberanía”. Tras el conflicto de 2002, considera que “lo mejor es que se mantenga ese punto de no confrontación porque España no tuvo un apoyo de la Unión Europea. Fue bastante frío y el único país que medió fue Estados Unidos y lo hizo para imponer la situación actual”.
Actualmente, el islote permanece deshabitado y el ‘statu quo’ que se impuso en el año 2002 deja en evidencia la falta de respuesta oficial de a quién pertenece la soberanía de ‘Perejil’, isla que por los hechos históricos narrados en este reportaje bien podría denominarse la isla de los conflictos.

martes, 23 de octubre de 2018

'PEREJIL': LA ISLA DE LOS CONFLICTOS (I)


Aunque el más conocido fue el del año 2002, la isla de Perejil (situada a seis millas de Ceuta) ha sido motivo de discusión y enfrentamientos diplomáticos en varias ocasiones. Así lo recoge  el estudio ‘La isla Perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’, un trabajo de investigación publicado en el año 2014. Sus autores, Javier Gil y Óscar Garrido, basándose en documentación oficial, recopilan los diferentes conflictos que ha tenido como protagonista al pequeño islote durante el siglo XIX.
La isla del perejil es y ha sido considerada un punto estratégico en el control del Mediterráneo, por tanto, muy codiciada; y prueba de ello, han sido los distintos conflictos internacionales registrados a lo largo de los años con países como Francia, España, Reino Unido, Marruecos o incluso Estados Unidos como protagonista. Y el motivo, el mismo: hacerse con el control del pequeño, pero ansiado islote.
Según explica Javier Gil, uno de los autores del citado trabajo de investigación, la zona geográfica del Mediterráneo y la frontera marítima entre Europa y África  “siempre ha contado con varios puntos con un interés estratégico muy importantes. Uno de ellos ha sido la isla del Perejil y especialmente para España y Reino Unido, puesto que les hubiese permitido tener todo el control del Mediterráneo”.

Primer conflicto del siglo XIX

El primero de los incidentes por la posesión del islote se producía en 1808. El 5 de abril del citado año, refleja el estudio ‘La isla Perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’, el gobernador de Ceuta, Ramón Carvajal comunicaba por escrito a Pedro Cevallos, secretario de Estado de Fernando VII que “el capitán Juan Alcuña, del corsario español bote número 47 había visto fondear en las inmediaciones de la Isla Perejil a dos místicos ingleses, una cañonera y dos bergantines a la vela, que posteriormente han entrado en la isla con gente y tropa”. En esa misma nota se informaba que se “envió una barquilla pescadora a Perejil para ver lo que estaba ocurriendo y que vieron a doscientos hombres de tropa trabajando”. 
Dos semanas después, el cónsul general de España en Marruecos, Antonio González Salmón remite un despacho al secretario de Estado de Fernando VII informando de la “ocupación de los ingleses” y advirtiendo que Reino Unido pretendía “dañar a España e interceptar los socorros a Ceuta”. El cónsul general de España en Marruecos también escribió al sultán marroquí, Mulay Sulaymán explicando las -a su juicio- consecuencias de la presencia británica en el islote: “[…] Se están fortificando para tener un paso franco e imponer un yugo por el cual venga a ser este reino (Marruecos) dependiente del de Inglaterra y dañar a cuantas embarcaciones quieran incomodar el paso único por donde se comunican Océano y el Mediterráneo, pues agregada a la posesión de Gibraltar la de dicha isla, quedan dueños absolutos del Estrecho”. En este documento, González Salmón también asegura que cuenta “con la información de que los ingleses ofrecen retirarse siempre que los marroquíes ocupen dicha isla” y sospecha que “los ingleses han ocupado la isla con la excusa de que quieren evitar de esta manera que España y Francia hagan lo propio”.

Días más tarde, el cónsul general de España en Marruecos informa que su homólogo francés “ha hecho causa común con España contra la ocupación inglesa de Perejil”. De hecho, ambos países –según se refleja en el estudio ‘La isla Perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’- se plantearon expulsar de forma conjunta a los ingleses del islote. Marruecos no les obligaría a irse, pero tampoco se opondría a que España y Francia “arrojasen a los ingleses a la fuerza”. El 26 de abril de 1808, Antonio Pascual de Borbón y Sajonia (infante de España e hijo de Carlos III) analizaba con el secretario de Estado la posibilidad de enviar una expedición “para desalojar a los ingleses” de la isla. En un escrito fechado el 5 de mayo, Ben-Ábd-delSelahui, ministro bajá de Tetuán y Tánger responde al vicecónsul español que Reino Unido “ha ocupado la isla sin la anuencia marroquí y que el sultán no tiene intención en este momento de ocupar Perejil”. Sólo condicionaba la expulsión de los ingleses a que “esta ocupación supusiera algún perjuicio para sus vasallos”.

Según explica Javier Gil, uno de los autores de ‘La isla Perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’ a ‘CEUTA REPORTAJES’, Reino Unido terminó abandonando el islote. Los escasos documentos de aquella época –lo achacan a las sustracciones efectuadas por los franceses durante la guerra de la Independencia- impiden conocer más detalles del por qué los ingleses ocuparon la isla, aunque en un informe fechado en 1831 (casi veinticinco años después) el que fuera cónsul general español en Marruecos durante el conflicto, explica que “la entrada del ejército francés en España a principios de 1808 fue la oportunidad que esperaban los ingleses desde hacía tiempo para conseguir un enclave en el Norte de África”. Una especie de justificación que también, a tenor de lo recogido en ese documento, pretendía contar con Marruecos como aliado, ya que Reino Unido expuso al sultán Mulay Sulaymán que “la ambición de conquista del emperador francés le llevaría a, después de apoderarse de España, intentar tomar la plaza de Gibraltar y que para ello los galos ocuparían los puntos de la costa africana que considerasen más adecuados para conseguir Gibraltar y bloquear la entrada de víveres y armas en enclave inglés”. Ante esa supuesta invasión del peñón, los británicos “consiguieron atraerse la voluntad del primer ministro del sultán, Sid Mohammed El Selagui, al que reglaron doce mil duros para que convenciera al rey de Marruecos de la cesión de la isla del Perejil a manos británicas. Según este documento fechado en 1931, “de esta manera consiguieron que el sultán les concediese sigilosamente la isla, de la cual tomaron posesión”, aunque posteriormente el rey de Marruecos, tras “convencerle el cónsul general español en Marruecos, dándose cuenta del peligro al que se exponía” dio marcha atrás en la cesión de Perejil a Reino Unido.

Para Javier Gil, los ingleses ocuparon la isla persiguiendo varios objetivos: “El primero, que en caso de guerra con España o con Francia, tuviese el control del tráfico marítimo del Mediterráneo, lo que suponía dar un golpe en la mesa; y el segundo, atacar las posiciones de España en África incluida Ceuta”.
Diferentes fuentes también coinciden en que la Junta de Cádiz estableció en el islote una guarnición con el objetivo de vigilar el paso de las naves napoleónicas por el Estrecho e incluso apuntan a que poco tiempo después, arribaban a la isla soldados ingleses de Gibraltar “para reforzar a las fuerzas españolas”.  España llegó a artillar (armar de artillería) y efectuar algunos trabajos de defensa en el pequeño islote.
 En 1813, Fernando VII dio la orden de “evacuar la isla por razones económicas”.

Nuevo intento por parte de Reino Unido

El 13 de febrero de 1824, el cónsul de España en Marruecos, Alejandro Briarly remitía un despacho al, por aquel entonces secretario de Estado de Fernando VII en el que informaba que el cónsul británico en Marruecos se había trasladado a la Corte de Fez para solicitar al sultán, Mulay Abderraman la “adquisición” de la isla Perejil. Aunque no contaba con mucha más  información, aseguraba que “la respuesta marroquí ha sido favorable”.
El conde de Ofalia (secretario de Estado de Fernando VII) respondía al cónsul español el 4 de marzo, “dándole órdenes, de parte del rey, de ponerse de acuerdo con cónsul de Francia en Marruecos para conjuntamente impedir que tenga lugar la expresada concesión”.
Siguiendo las directrices dadas en ese último escrito, el cónsul español mantiene una reunión con su homólogo francés, y “éste le ha comunicado que ya ha pedido explicaciones al sultán”.
El diálogo bilateral entre España y Francia continuó en días sucesivos. El 20 de marzo el conde Ofalia remite al duque de San Carlos, embajador español en Francia con la intención de que “presione desde París para que el gobierno francés incremente sus esfuerzos y no llegue a producirse la cesión de Perejil a los ingleses”. La respuesta de Francia es que su “el ministro de Asuntos Exteriores, el vizconde de Chateaubriand también ha tenido noticias sobre la cuestión de Perejil y se propone escribir al embajador de Francia en Gran Bretaña, el príncipe de Polignac para que pida en Londres una explicación”.
El sultán marroquí envía una carta en la que reconoce “la importancia de esta isla”, pero zanja la polémica afirmando que no se cederá a ninguna potencia “aún, cuando nos diesen los tesoros que serían necesarios para cubrir el espacio que hallo en el globo mirado de Levante a Poniente”.
Pese a esta declaración, el cónsul español duda de las intenciones de Marruecos y afirma en un despacho “tener el convencimiento, apoyado en los movimientos militares de los ingleses en la zona, que la isla ha sido cedida secretamente a Inglaterra”. El Ministerio de la Guerra decide, en previsión de posibles acontecimientos, “reforzar la guarnición de Ceuta y proporcionarle los auxilios que pueda necesitar”. Finalmente, destaca el estudio ‘La isla Perejil, la perla decimonónica del Mediterráneo’, que los ingleses no ocuparon el islote.
Javier Gil, entre sus conclusiones afirma a ‘CEUTA REPORTAJES’ que “la determinación inglesa, supuso que España se pusiera las pilas y consiguiera que el islote no fuera ocupado”.

Insistencia inglesa

La insistencia por parte de Reino Unido de ocupar la isla del Perejil no cesó, y volvió a intentarlo tanto en 1831 como en 1833. Es precisamente este año cuando el gobernador de Ceuta, Francisco de Haro asegura en un documento oficial que “el gobierno inglés ha vuelto a solicitar al sultán la cesión de la isla Perejil prometiendo en recompensa fortificar los puntos de la costa que más lo necesiten para su defensa”. Según este mismo escrito, el  sultán “se negó a aceptar la proposición inglesa”.
El gobernador de Ceuta ante la presión inglesa decide acercarse a la isla, aunque sin desembarcar en ella, y certificar su posición estratégica. Así lo narra en un despacho remitido al ministro de la Guerra: “Con las precauciones debidas, para evitar toda sospecha a los moros vecinos, me embarqué en una de las falúas del servicio de sanidad en este puerto. Sin desembarcar en dicho punto tuve ocasión de cerciorarme de la ventajosa situación topográfica que ocupa, no quedando duda que una vez dueños los ingleses de dicha isla, lo serían de todo el mar del Estrecho, puesto que los buques que van y vienen por el mismo tienen por necesidad que pasar muy inmediatos y casi todos bajo del tiro de cañón”.
En ambos casos, las gestiones por parte de Reino Unido no pasaron de ser meros intentos por hacerse con el control de ‘Perejil’.  

miércoles, 29 de agosto de 2018

CLODOALDO PIÑAL: LA HISTORIA DE UN CEUTÍ DESCONOCIDO EN SU TIERRA NATAL


No es un personaje conocido en Ceuta, pero sin embargo una modalidad de tiro lleva su apellido. Incluso, fue el creador de un revólver que durante varios años fue el reglamentario de Infantería. Clodoaldo Piñal Rodríguez es uno de esos ceutíes desconocidos en su tierra natal, pero que sin embargo, destacó como periodista, fotógrafo, topógrafo y militar.
Clodoaldo Piñal nació el 12 de enero de 1844. Según datos extraídos de la web catalogacionarmas.com, ingresó en el Colegio de Infantería en 1859. Tres años después ascendía a subteniente e ingresaba posteriormente en la Academia de Estado Mayor de Artillería de la Armada. Fue promovido a teniente en el año 1868 y destinado como oficial de talleres en el Parque de El Ferrol. A finales de 1869, se marchó a Cuba para formar parte de la tripulación de la fragata ‘Victoria’, en la que permaneció hasta 1871, año en el que fue nombrado profesor interino de la Escuela de Artillería en la fragata ‘Esperanza’. En 1872, fue destinado a El Ferrol, ingresando un año después en el arma de Infantería con grado de capitán. Posteriormente accedió a la Academia de Artillería siendo destinado a las fábricas de armas, primero, de Trubia y después de Oviedo. Desde 1879 hasta 1889 formó parte del Instituto Geográfico y Estadístico donde ejerció como docente. En el año 1880 fue ascendido a teniente coronel como reconocimiento por su labor en la elaboración del enlace geodésico de los continentes africano y europeo, trabajos por los que el Gobierno de Francia le hizo entrega de la insignia de la Legión de Honor por su colaboración con la Comisión francesa.
En 1890 fue destinado a la Fábrica de armas de Toledo y un año después al Parque de Burgos, siendo condecorado por dos memorias presentadas relativas a la modificación del cartucho reglamentario utilizado en el armamento de Infantería. En el año 1903 abandonó el Ejército para dedicarse exclusivamente al mundo del periodismo.

Periodismo

Durante su etapa como militar ya compaginaba el Ejército con el periodismo. En el año 1905 fundó el diario ‘Ejército y Armada’. Según un documento conservado en el Archivo del Ayuntamiento de Madrid, esta publicación era “defensora de las clases activas y pasivas del mundo militar”. Anteriormente fue redactor-jefe de 'La Correspondencia Militar'. Utilizó varios seudónimos, aunque los más populares fueron Telmo Guerra y Abdel. Su aportación fotográfica sobre diferentes acontecimientos militares fue muy importante. Entre ellas, figuran valiosas en históricas imágenes de Ceuta como las publicadas en ‘La Ilustración española y americana’ en el año 1903 y que complementan un artículo firmado por Clodoaldo Piñal sobre su ciudad natal.



En 1911 fue encarcelado por la publicación de diferentes artículos en los que opinaba de forma contraria a la Ley de Jurisdicciones y se mostraba muy crítico con la gestión del ministro de la Guerra. Tras su ingreso en una prisión militar y la apertura de un Consejo de Guerra, Clodoaldo Piñal fue condenado por injurias. El 5 de abril de 1921, y así lo publicaba la prensa de la época, fue puesto en libertad. Meses después (19 de octubre) fallecía en Madrid.

Herido en un duelo

Un artículo titulado ‘Cuestión de honor. Los periodistas se baten en duelo’ publicado por Juan Carlos Mateos Fernández en la revista ‘Historia y Comunicación Social’ (número 3-1998) hace referencia a los duelos “como una práctica social arraigada” a principios del siglo XX, aunque matiza que estaría muy próxima su desaparición. En este artículo, su autor asegura era habitual que muchos medios de comunicación estuvieran dirigidos por militares, y a la vez periodistas, lo que “es muy amplia la lista de militares-periodistas que empulían las armas de acuerdo con las normas establecidas en los códigos de honor”. Entre ellos, Clodoaldo Piñal.
Como consecuencia del alto número de fallecidos en este tipo de enfrentamientos, surgía la creación de la denominada ‘Liga contra el duelo’.   Alfredo Vicenti, Clodoaldo Piñal y Torcuato Luca de Tena, directores de ‘El Liberal’, ‘Ejército y Armada’ y diario ABC respectivamente, fueron para redactar las bases necesarias para la constitución de un Tribunal de honor, cuyo objetivo sería “evitar la celebración de duelos que tuviesen a periodistas entre sus contendientes”.
Clodoaldo Piñal llegó a participar en los citados duelos. En uno de ellos, tal y como publicó el rotativo ‘La Gaceta del Sur’ (15 de marzo de 1910) el ceutí resultó herido en la cabeza.

Biznieta

Ana Valverde, biznieta de Clodoaldo Piñal no conoció a su bisabuelo, aunque “nos han contado algunas historias”. Entre ellas, el “acuerdo al que llegó con Luca de Tena en contra de los duelos”. No tiene muchos más datos, pero sí forma parte del testimonio directo que le transmitió su abuela (hija de Clodoaldo Piñal). Son “historias familiares que hemos ido conociendo, algunas quizás magnificadas”, explica Ana Valverde que aún guarda la fotografía de su bisabuelo. 
Entre esas vivencias narradas, Ana Valverde recuerda que su abuela les contaba que "cuando mi bisabuelo estaba en prisión, y el rey se enteró, por pertenecer él a su Casa Militar, exclamó: ¿Piñal en prisiones militares? ¡Que lo saquen inmediatamente!”. Se pregunta si eran historias reales o inventadas. Lo cierto es que “el bisabuelo siguió encarcelado un tiempo”, pero reconoce que “cuando éramos niños estas historias nos fascinaban y él [Clodoaldo Piñal] era nuestro héroe”.


En cuanto al revólver ideado por su bisabuelo, Ana Valverde recuerda que “en nuestra infancia, nuestro padre nos llevaba con orgullo a contemplarlo al museo del Ejército de Madrid”. 


Revólver

Según datos recogidos en una edición especial de la revista ‘Historia Militar’ conmemorativa del 250 aniversario del Real Colegio de Artillería y publicada por el Instituto de Historia Militar, Clodoaldo Piñal  diseñó en el año 1880 un primer revolver de 9 mm, con 6 recámaras y sistema de extracción por gases basado en un modelo de extracción ideado por Ibarra. En 1882, Piñal diseñó un segundo modelo con 7 recámaras. Se fabricaron cincuenta y dos unidades. En un artículo publicado en la web www.catalogacionarmas.com dedicado a los revólveres ‘Piñal’ , una Real Orden de 6 de octubre de 1884 informaba sobre la suspensión de la construcción  de revólveres en la fábrica de Oviedo y autorizaba a Clodoaldo Piñal y al oficial Ibarra “[…] a explotar sus inventos en la industria particular, quedando sin embargo, sus modelos de revólver y extracción, como propiedad del Estado, por si en cualquier tiempo le conviene construirlos en sus fábricas”. Ambos eran “recompensados” con el empleo de comandante. Según esta publicación, Clodoaldo Piñal, a diferencia de su compañero Ibarra, no registró la patente de sus modelos de revólveres. Tampoco lo hizo el Cuerpo de Artillería, a quienes pertenecían las fábricas de Trubia y Oviedo en las que estuvo destinado el militar ceutí.
La web www.armas.es no incluye a ninguno de los dos revólveres proyectados por Clodoaldo Piñal en la relación de armas reglamentarias de finales del siglo XIX, aunque indica que “lo fue a medias”.

Modalidad de tiro

A mediados de los años 80, en honor a Clodoaldo Piñal, se implantó la modalidad de tiro ‘Piñal’. En este tipo de pruebas se utilizan armas cortas de cartucho metálico con pólvora negra, posteriores a 1860. Actualmente, tal y como explica Carlos Salvador, vocal de Armas Históricas del Club Principado de Tiro Olímpico existen cuatro tipos de pruebas oficiales: Revólver, Revólver en equipo (3 tiradores), Pistola y Pistola en equipo. En la modalidad ‘Piñal’ se utilizan armas originales, pero principalmente réplicas, ya que “no es fácil encontrar armas originales de aquella época en el mercado”, reconoce Carlos Salvador. Tanto las réplicas como las originales se basan el sistema ideado por Clodoaldo Piñal. 

miércoles, 20 de junio de 2018

LA HISTORIA DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA TAMBIÉN FUE ESCRITA POR CEUTÍES

De sobra son conocidos los nombres de futbolistas ceutíes que llegaron a militar en la máxima categoría del fútbol español, pero no todos fueron internaciones absolutos ni todos llegaron a jugar un Mundial. No son muchos, pero la historia de la Selección Española también fue escrita por ceutíes. Hasta cinco futbolistas nacidos en Ceuta llegaron a vestir la elástica del combinado nacional absoluto. De ellos, dos llegaron a participar en un Campeonato del Mundo. 
José Bravo, Francisco y Rafael Lesmes Bobed, Miguel Bernardo Bianquetti ‘Migueli’ y José Martínez ‘Pirri’ fueron los ceutíes que tuvieron el privilegio de ser internacionales absolutos.


José Bravo Domínguez

Aunque tan sólo disputó un partido, José Bravo Domínguez fue el primer ceutí convocado por la Selección Española. Su debut con el combinado nacional se produjo el 15 de marzo de 1942, en Sevilla, frente a la Selección de Francia. El rápido y habilidoso extremo ceutí jugó el encuentro completo. España venció por cuatro goles a cero. El seleccionador nacional Eduardo Teus  le convocó posteriormente en dos ocasiones, frente a Argentina y Portugal, aunque no llegó a jugar en ninguno de los dos encuentros. 
Tras destacar en equipos como el España o el África S.C., José Bravo fichó por el Levante, pero regresó una temporada después para jugar en el Ceuta Sport Club. Posteriormente fichó por el Real Murcia y en 1940 se incorporó a la plantilla del FC Barcelona. En el club azulgrana disputó un total de 196, anotando 88 goles. Logró dos título de Liga (1945 y 1948) y una Copa del Generalísimo (1942). Tras abandonar la disciplina del FC Barcelona en la temporada 1947-1948, fichó por Nástic de Tarragona, antes de regresar a su tierra natal para militar en la SD Ceuta, donde se retiró en el año 1951. José Bravo murió el 1 de febrero de 1993.


Francisco Lesmes Bobed 

Francisco Lesmes (conocido futbolísticamente como Lesmes I) debutó con la Selección Española el 6 de enero de 1954 frente a Turquía. El choque, clasificatorio para el Mundial de Suiza, se disputó en Madrid. En su primer y único encuentro como internacional, el futbolista ceutí jugó de lateral derecho, pese a que -aunque no era una posición desconocida para él- se había consolidado como central. España goleó (4-1) al equipo turco. En declaraciones al diario ‘El Mundo Deportivo’, el futbolista ceutí reconocía al término del encuentro que al principio acusó “un poco el cambio de puesto porque, realmente, cambia bastante el juego de central que hacerlo de lateral, pero pronto me afiancé y creo que hice cuanto pude para no desentonar con el resto de mis compañeros”. Lesmes I calificó el juego del equipo turco como “muy duro, excesivamente duro ante la tolerancia de un árbitro que permitió demasiadas cosas dentro de su área”.
Considerado uno de los mejores centrales de la época, Francisco Lesmes inició su carrera deportiva en equipos como Imperio CF, UA África Ceutí o SD Ceuta. Tras destacar en el Granada CF, fichó por el Real Valladolid en la temporada 1948-1949. Helenio Herrera recomendó su incorporación al equipo pucelano. Clubes como el Sevilla, Valencia o Racing de Santander intentaron ficharle, pero finalmente el futbolista caballa se decantó por el Real Valladolid que abonó 200.000 pesetas (1202,02 Euros). La contratación de su hermano Rafael, pudo motivar su elección. En el equipo blanquivioleta permaneció doce temporadas, disputando 279 encuentros y marcando dos goles. En la temporada 1949-50 llegó a disputar una final de la Copa del Generalísimo (actualmente Copa del Rey) eliminando previamente, entre otros, al Real Madrid. Precisamente, el conjunto blanco intentó en varias ocasiones su fichaje, pero el club vallisoletano le declaró intransferible. Colgó las botas en la temporada 1960-1961, terminando esa campaña como entrenador. Continuó en el banquillo la siguiente temporada, pero ante los malos resultados del equipo, optó por dimitir. Apenas tres años después, nuevamente ocupó el banquillo del Valladolid, aunque de forma temporal. Desde 1988 a 1996 fue empleado del club blanquivioleta. Francisco Lesmes fallecía el 11 de agosto de 2005 a los 81 años de edad.


Rafael Lesmes Bobed

El fichaje de su hermano Paco por el Real Valladolid, facilitó su llegada al club pucelano. Jugaba de lateral izquierdo y era conocido futbolísticamente como Lesmes II. Pese a su impresionante palmarés –pocos futbolistas pueden presumir de haber logrado cinco Copas de Europa- su trayectoria como internacional absoluto se limita a dos encuentros con la Selección Española. Su debut con la elástica nacional se produjo el 17 de marzo de 1955 ante la Selección de Francia. España perdía en ‘Chamartín’ (actualmente Santiago Bernabeu) por un gol a dos. Rafael Lesmes afirmaba en el diario ‘El Mundo Deportivo’ que no podía calificar como positivo su estreno como internacional por la derrota que había sufrido España: “Tanto tiempo  esperando esta oportunidad, para luego perder en casa un encuentro que todo el mundo consideraba fácil para nuestros colores”. 
El 15 de octubre de 1958, tres años después de su debut con la Selección, regresó al combinado nacional para enfrentarse a Irlanda del Norte. El encuentro acabó con una victoria aplastante de España (6-2).
Rafael Lesmes abandonó el Atlético de Tetuán para recalar en el Real Valladolid. Después de tres temporadas, en el año 1952, fichó por el Real Madrid. Empezaba una brillante etapa que le llevó a lograr cuatro títulos de Liga (1954, 1955, 1957 y 1958) y cinco Copa de Europa de forma consecutiva (1956, 1957, 1958, 1959 y 1960). Era el Madrid de Di Estéfano o Gento. Convertido en una leyenda futbolística regresó al Real Valladolid, donde se retiró en el año 1962. La ciudad de Valladolid le rendía homenaje a Rafael y Francisco Lesmes dedicándoles un campo de fútbol denominado ‘Hermanos Lesmes’. Rafael Lesmes falleció el 8 de octubre de 2012.


José Martínez Sánchez ‘Pirri’

José Martínez ‘Pirri’ es el jugador ceutí que ha sumado  más internacionalidades  con la Selección Española absoluta y el primero en disputar un Campeonato del Mundo.  Llegó a participar en un segundo Mundial. Jugó un total de 41 encuentros con el combinado nacional. Su debut se produjo en el Mundial de 1966, disputado en Inglaterra. Su primer partido como internacional fue ante Argentina (13 de julio) en Birmingham . Salvo por el resultado (España perdió por dos goles a uno) se puede considerar un buen estreno, ya que el futbolista caballa anotó en su debut como internacional.  José Martínez ‘Pirri’ fue titular y disputó los noventa minutos. El seleccionador nacional era José Luis Villalonga. Aquel día ‘Pirri’ lució el número 18 en su camiseta. 
Su último partido en la Selección Española fue en Buenos Aires, en el Mundial de Argentina 1978. España vencía por la mínima (0-1) a Suecia. José Martínez ‘Pirri’ disputó un total de 41 partidos como internacional absoluto, en los que marcó un total de 16 goles. Fue el capitán del combinado nacional en el Mundial de 1978. 
José Martínez ‘Pirri’ se trasladó con 18 años a Granada para estudiar la carrera de Arquitectura, tras jugar una temporada en el Atlético de Ceuta. Fichó por el Granada CF (2ª División) y rápidamente llamó la atención de ojeadores de diferentes equipos. Entre ellos el Real Madrid, que se hizo con sus servicios en el año 1964. Aquella misma temporada, con tan sólo 19 años, debutó en el club blanco. Lo hizo el 8 de noviembre frente al FC Barcelona. Permaneció en el Real Madrid hasta 1980. Jugó un total de 561 encuentros y marcó 170 goles. En su palmarés figuran diez Campeonatos de Liga (1965, 1967, 1968, 1969, 1972, 1975, 1976, 1978, 1979 y 1980), cuatro Copas del Generalísimo (1970, 1974, 1975 y 1980) y una Copa de Europa (1966). 
Tras abandonar el club ‘merengue’ fichó el por Puebla FC, equipo mexicano en el que jugó sus dos últimas temporadas. Colgó las botas el 12 de agosto de 1982. Regresó a España y retomó los estudios, Vicente Manuel Garcia Fernandez. Tras licenciarse se incorporó al cuerpo médico del Real Madrid. Formó parte del equipo técnico y llegó incluso a ser nombrado mánager general del club. 
Al margen de su gran trayectoria como deportista, ‘Pirri’ también fue portada de la prensa rosa al contraer matrimonio en el año 1969 con la popular actriz Sonia Bruno.
José Martínez ‘Pirri’ recibió la primera Laureada (máxima distinción concedida por el Real Madrid a sus futbolistas) al disputar una final de la Copa del Generalísimo contra el FC Barcelona con una clavícula rota. El día antes había tenido 40 de fiebre. 
En declaraciones a Radio Ceuta (Cadena SER), el ex futbolista ceutí rememoraba su estreno con la Selección Española, aunque se lamentaba porque “metí el gol ante Argentina, pero no valió para nada porque perdimos”.
Reconoce que debutar en la “selección de tu país es el sueño de cualquier futbolista. Siempre es bonito y más en un Mundial, pero hubiera sido mejor ganar, aunque yo no hubiera marcado”.
La Selección Española, antes del Mundial, estuvo concentrada durante cuarenta días en Santiago de Compostela, ya que “decían que el clima era parecido al de Inglaterra”, asegura ‘Pirri’ que llegó a pensar que no formaría parte de los elegidos por el seleccionador: “Éramos 26 jugadores y sólo viajaban 22. Yo era uno de los más jóvenes o incluso el más joven, por lo que pensé que sería uno de los cuatro descartados. Además había jugadores de mucha calidad y con más nombre que yo”. Pero su trabajo durante la larga concentración en tierras gallegas convenció a José Luis Villalonga: “Entrené bien y jugué bien en los partidos amistosos de preparación y finalmente fui convocado para disputar el Mundial”. 
Sin embargo, la trayectoria de España en Inglaterra no cumplió las expectativas, y pronto cayó eliminada: “Los resultados no fueron positivos y ni la preparación ni la planificación fueron buenas”.
Tanto en el Mundial de Inglaterra como en el de Argentina, el jugador caballa lució el dorsal número 18, pero casi siempre “Kubala me solía dar la camiseta con el ‘5’ y, a veces, el ‘4’”.
José Martínez ‘Pirri’ no guarda grandes recuerdos de ninguno de los 16 tantos que anotó con la Selección Española, aunque si hay que elegir, se queda  –sin considerarlo un gol extraordinario- con “el que metí ante Yugoslavia, en Sevilla. España ganó por un gol a cero”. Se refiere a un partido clasificatoria para el Mundial de Argentina . ‘Pirri’ marcó de penalti el único y decisivo gol.


En cuanto al Mundial de Argentina (1978), en el que coincidió con el también ceutí ‘Migueli’, la participación de la Selección España también fue discreta: “No tuvimos suerte. Desde un principio se veía que no era la planificación adecuada y nos eliminaron pronto”, explica José Martínez ‘Pirri’, quien en ese Campeonato del Mundo jugó su último partido como internacional: “Tenía 33 años y era el momento de dar paso a otros jugadores más jóvenes”.


Miguel Bernardo Bianquetti ‘Migueli’

José Martínez ‘Pirri’ y ‘Migueli’ son los dos únicos futbolistas ceutíes que han disputado un Campeonato del Mundo, y el destino hizo que ambos coincidieran en el Mundial de Argentina 1978. Sin embargo, el primer partido como internacional de Miguel Bernardo fue mucho antes. Su estreno se produjo el 20 de noviembre de 1974 en Glasgow. España venció a domicilio (1-2) a Escocia. Disputó un total de 32 encuentros con el combinado nacional, y tras el Mundial participó en la Eurocopa de Italia (1980). Su único gol con la Selección Española lo marcó el 16 de abril de 1980 en el duelo entre España y Checoslovaquia (2-2) jugado en estadio ‘El Molinón’, en Gijón. 
Tras su primera convocatoria confesaba al diario ‘El Mundo Deportivo’ que “cuando pienso  que hace tan sólo dos días, como aquel que dice, estaba cumpliendo el servicio militar, y que mis aspiraciones eran  incorporarme a la plantilla del Barcelona para ir aprendiendo y poder llegar en algún momento a vestir los colores azulgranas, casi ni me lo creo.  Sin embargo todo ha venido rodado”.
Una vez finalizado el encuentro, ‘Migueli’ calificaba su debut  con la Selección Española como “muy afortunado”. ¿Los motivos?: “Primero –recogía la entrevista en ‘El Mundo Deportivo’-  porque se ha ganado, que es lo importante, y después, en el plano particular, porque que creo que he sujetado bastante bien a Jordan. Un gran jugador que, además, incordia muchísimo, y con el que he tenido varios roces, aunque las cosas no han pasado a mayores”. El ex futbolista ceutí, que disputó 74 minutos en ese primer partido como internacional, declaraba en una entrevista publicada en el diario ‘As’ (02-01-2011) que el partido más duro de su trayectoria deportiva había sido el encuentro clasificatorio para el Mundial de Argentina disputado en Yugolslavia en el año 1977. En el choque, conocido como ‘la batalla de Belgrado’, lanzaron una botella a Juanito que tuvo que ser retirado en camilla. España –según narraba la prensa de la época- sufrió una “encerrona”, aunque acabó ganado y logrando su pasaporte para Argentina. ‘Migueli’ aseguraba que “aquello fue salvaje. Iban a saco”.
En relación al Mundial de Argentina, Miguel Bernardo Bianquetti recuerda en esa misma entrevista que “todo se hizo mal”. “El sitio de la concentración –añadía- estaba a 50 kilómetros, en una cuadra habilitada como residencia de futbolistas que se llamaba La Martona. Hacía un frío impresionante y no teníamos calefacción. Yo dormía con chándal y cuatro mantas encima”.
Con ese mismo resultado finalizaba el que fue su último encuentro con el equipo nacional. El 24 de septiembre de 1980 se despedía ante Hungría en un partido clasificatorio para el Mundial de 1982. Pese a que tan sólo contaba con 29 años, ‘Migueli’ decidió abandonar la Selección.
Miguel Bernardo ‘Migueli’ –apodado también Tarzán’- es considerado una de las leyendas del FC Barcelona. De hecho, es uno de los jugadores que más partidos oficiales (549) ha disputado en el equipo azulgrana, sólo superado por Carles Puyol, Xavi Hernández, Leo Messi y Andrés Iniesta. Tras dejar Ceuta para jugar en el Cádiz CF, donde militó dos temporadas, se incorporó al FC Barcelona en el año 1973. En su primera temporada sólo disputó un partido debido al servicio militar. Su debut el equipo catalán estuvo marcado por su detención por parte de la Policía Militar. El club no solicitó un permiso especial al Ejército, y tras el choque ante el Zaragoza fue arrestado. Se afianzó como defensa central, destacando su fortaleza física y su carácter. Coincidió en el vestuario, primero con Johan Cruyff y posteriormente con Diego Armando Maradona. Precisamente, el holandés era el técnico del FC Barcelona en su último año como futbolista. Se retiró con 37 años. En su etapa como barcelonista logró dos campeonatos de Liga (1974 y 1985), cuatro Copas del Rey (1978, 1981, 1983 y 1988), una Supercopa de España (1984), y dos Recopas de Europa (1979 y 1982). 
En el año 2010, coincidiendo con su etapa como asesor de la junta directiva del FC Barcelona, ‘Migueli’ regresó a Ceuta al enfrentarse (eliminatoria de Copa del Rey) el equipo blaugrana y la extinta AD Ceuta. El ex futbolista aprovechó una entrevista publicada en el diario ‘El Pueblo de Ceuta’ para zanjar la polémica que le había perseguido durante años, ya que supuestamente negaba haber nacido en Ceuta y afirmaba ser gaditano. Miguel Bernardo Bianquetti fue rotundo al declarar en el rotativo ceutí que “siempre digo que soy ceutí, nunca voy a renegar de mi tierra, otra cosa es que futbolísticamente me formé en Cádiz. Algunos envidiosos quieren mezclar las cosas para confundir. Quiero zanjar de una vez por todas que soy ceutí, que no reniego de mi tierra”.  
‘Migueli’ fue el último jugador ceutí en vestir la elástica nacional. De ello, hace ya casi cuarenta años. En todo este tiempo, algunos futbolistas caballas han jugado en las categorías inferiores pero no han llegado a ser internacionales absolutos. Esperemos que dentro de algún tiempo -no muy lejano- algún jugador se una a esa pequeña, pero brillante lista de futbolistas ceutíes que alguna vez lucieron la camiseta de la Selección Española, representando y paseando el nombre de Ceuta con orgullo. 

sábado, 12 de mayo de 2018

sábado, 14 de abril de 2018

BAJO LA LUZ DE LA LUNA... EN CEUTA


“[…] Bajo la luz de la luna / me dijiste adiós / con lágrimas en la cara / me rompiste el corazón / Y yo sé que nunca olvidaré / que bajo la luz de la luna yo te amé […]”

Seguro que le es familiar la letra e incluso haya comenzado, casi sin darse cuenta, a tararearla. ‘Bajo la luz de la luna’ junto a ‘Mediterráneo’ son dos de los grandes éxitos del mítico grupo ‘Los Rebeldes’. Ambas canciones forman parte de la historia, no sólo de la banda liderada por Carlos Segarra, sino de la música española. Dos grandes clásicos que fueron escritos y compuestos en Ceuta.
Carlos Segarra realizó el servicio Militar en Ceuta. Y su paso por la ciudad, al menos musicalmente hablando, fue bastante prolífico. Carlos Segarra (Barcelona, 1961) compuso durante el servicio militar algunas de las canciones más exitosas del grupo ‘Los Rebeldes’. Cuando hizo la ‘mili’, ya tenía muy clara su vocación por la música. De hecho, por aquel entonces ya había formado parte de varias bandas e incluso había sido publicado ‘Cerveza, chicas y... rockabilly!’, el primer trabajo discográfico en la historia de ‘Los Rebeldes’. Dos años después de la fundación del mítico grupo, fue destinado a Ceuta, concretamente a Regulares Nº 3; donde perteneció a la banda de cornetas, gaitas y tambores. El tema ‘Bajo la luz de la luna’, según reconocía el propio Carlos Segarra en una entrevista concedida a la Cadena SER, fue la primera canción que “compuse entera; letra y música”. Y la inspiración le llegó mientras hacía una guardia: “Aproveché un refuerzo para escribirla. Recuerdo que estaba en una garita, sin fusil, que sólo tenía un machete, y me puse a componer este tema”.
La letra está basada en una “recuerdo personal”. Y es que  mientras cumplía el servicio militar, Carlos Segarra vivió una experiencia que el propio cantante califica como algo “clásico” de la ‘mili’: “Durante un permiso me dejó mi primera novia, después de casi cuatro años de relación. Estuve bastante fastidiado”. Aquel tema, años después se convirtió en un éxito, pero curiosamente durante mucho tiempo permaneció guardado: “Después del servicio militar, grabamos el disco ‘Rebeldes con causa’, y no la incluimos”. Ni en este, ni en los dos siguientes, ya que Carlos Segarra pensó que “no le iba a gustar a nadie porque era un recuerdo mío personal”.
En el año 1989, ‘Bajo la luz de la luna’ formó parte de ‘Más allá del bien y del mal’, álbum que llegó a ser a ser disco de platino (100.000 copias vendidas). Sin saberlo, Carlos Segarra había compuesto una joya musical: “Fue el segundo single tras el éxito de ‘Mediterráneo’, la metimos como una canción de relleno, pero el público es el que decide y pasamos de disco de oro con ‘Más allá del bien y del mal’ a disco de platino, gracias a la canción ‘Bajo la luz de la luna’”. 

Mediterráneo

Pero, no fue el único tema que compuso durante su estancia en Ceuta: “Me dio tiempo a escribir otras canciones que fueron incluidas en dos o tres discos de ‘Los Rebeldes’. Y allí empecé a componer ‘Mediterráneo”, aunque no llegó a terminarla.

De Ceuta se llevó un importante repertorio y varios amigos, por lo que “con el tiempo, puedo decir que mereció la pena. Cuando fui a la caja de reclutas en Barcelona, y me dijeron que me tocó Ceuta, fue un palo, pero aprendí bastantes cosas que después apliqué en mi vida personal y profesional”. En 2011 regresó a Ceuta para presentar en ‘La Sala’ el disco ‘Noches de Luz, días de gas’, álbum conmemorativo de los treinta años de carrera de ‘Los Rebeldes’. Permaneció un par de días, recorriendo los lugares que solía visitar y el cuartel donde cumplió el servicio militar. 



lunes, 12 de marzo de 2018

PASTELERÍA 'LA AFRICANA': ESPECIALISTAS EN ENDULZAR LA VIDA Y LOS RECUERDOS DE LOS CEUTÍES


Diferentes generaciones han degustado sus pasteles, dulces o tartas. Pastelería ‘La Africana’ es una de esas empresas que resisten al paso del tiempo y cuya trayectoria está ligada a la memoria colectiva de los ceutíes. La pastelería se fundó en el año 1932 por Carlos Guillén, adquiriendo posteriormente el negocio Antonia Fernández. Pero la historia de ‘La Africana’ tiene un nombre propio: Pedro Piñero, quien, prácticamente desde su fundación, fue su maestro pastelero. Estuvo al frente del obrador, elaboró las fórmulas y fue el autor de los pasteles y dulces que han dado fama a la pastelería. Casi nueve décadas después, aún se siguen utilizando aquellas recetas originales.


Años después de la apertura del negocio, Francisco y Rafael Vinuesa (hijos de Antonia Fernández) heredaron la pastelería, haciéndose cargo de ella junto a Pedro Piñero, con quien crearon una sociedad. Después de un tiempo, los hermanos Vinuesa traspasaron su parte del negocio al propio Pedro Piñero, quien se asoció con José Fernández Martínez-Almeida, que ya poseía una panadería en Ceuta. Años después, la pastelería pasaba a manos de Manuela Fernández, esposa del actual propietario, Rafael Lima Mur. Fue precisamente su relación sentimental la que influyó para que se hiciera cargo de un negocio que nada tenía que ver con su profesión, ya que era maestro, aunque desde hacía tiempo era el encargado de la contabilidad de la pastelería; por lo que poco a poco fue conociendo en profundidad el negocio. Tras trece años ejerciendo la docencia decidió cambiar de profesión y hacerse cargo de ‘La Africana’. Rafael Lima lleva  algo más de cuarenta y cinco años al frente de la empresa.

Pese al paso del tiempo, el sabor de los pasteles de ‘La Africana’ apenas ha variado. Y tiene su explicación, ya que en el obrador siguen utilizando las fórmulas que en su día elaboró Pedro Piñero, el primer maestro pastelero.
Incluso, Rafael Lima aún conserva aquellas recetas originales: “Están muy mal escritas, con faltas de ortografía porque Pedro Piñero apenas sabía leer ni escribir. Interpretar las fórmulas fue un auténtico jeroglífico”.  Aquellas recetas suponen un gran tesoro. No sólo por el valor simbólico e histórico que tienen sino también por su contenido. Las fórmulas, en algunos casos, se han mantenido en secreto, lo que ha permitido que ciertas elaboraciones tengan un sabor único y exclusivo de ‘La Africana’. Rafael Lima, quien reconoce que en más de una ocasión le han solicitado que comparta o facilite las recetas, atribuye todo el mérito de esas elaboraciones a Pedro Piñero: “Él fue quien le dio fama a la pastelería. Durante su juventud se dedicó a viajar. Estuvo en varios países, obtuvo una gran experiencia y todos sus conocimientos los plasmó en las fórmulas que seguimos utilizando”.

Esas viejas recetas guardan el secreto de las fórmulas para elaborar los exclusivos bizcochos de ‘La Africana’ que se siguen “haciendo como siempre”, presume Rafael Lima, quien recuerda que cuando se hizo cargo del negocio todavía “se utilizaba un horno de leña que ocupaba casi todo el obrador”. Recientemente, toda la maquinaria ha sido renovada.
Tras la marcha de Pedro Piñero,  Juan Navarro tomó el testigo del que fue el  primer maestro pastelero de ‘La Africana’: “Llevaba bastante tiempo trabajando en la pastelería y aprendió directamente de él. Asumió la responsabilidad de estar al frente del obrador y siguió trabajando fielmente como lo había hecho anteriormente Pedro Piñero”.  Comenzó como aprendiz y años después se convirtió en el sucesor del que hasta entonces había sido el alma máter de la pastelería. Juan Navarro permaneció varios años como maestro pastelero, pero  por motivos de salud tuvo que dejarlo. Después vino una época en la que no se consolidó ningún maestro pastelero, pasando por el obrador de ‘La Africana’ varios trabajadores hasta que llegó Hamido Nuino, quien lleva más de veinte años.
Al margen de continuar basándose en las fórmulas originales, hay dos aspectos que para Rafael Lima siempre han sido fundamentales, y que podrían ser la clave del éxito: “Elaborar nuestros productos diariamente y utilizar las mejores materias primas, aunque sean más caras”. De hecho, la apuesta por la calidad es una de las principales preocupaciones del propietario de ‘La Africana’, que mantiene desde hace años (siempre y cuando le haya sido posible) a los mismos proveedores. Incluso, llega a reconocer que “soy muy estricto en la elección de las materias primas. No buscamos lo barato en el mercado sino la calidad”. Y pone como ejemplo el turrón: “Se puede encontrar a siete u ocho euros, pero nosotros compramos y utilizamos el de dieciséis”. 

Varias generaciones

Personas que en su día acompañaban a sus padres y abuelos a comprar pasteles en ‘La Africana’ y que ahora lo siguen haciendo, pero junto a sus hijos o nietos siguen siendo fieles clientes. Para Rafael Lima el motivo es que “se ha mantenido la esencia de la pastelería”. De ahí que “tenemos clientes de hace años. Gente que sigue viniendo frecuentemente o que se han ido a vivir fuera de Ceuta y que cuando vuelven de vacaciones van a la pastelería y me dicen que el sabor es el mismo y que no he cambiado los pasteles”. Comentarios generalizados, que reconoce con orgullo Rafael que “para mí es una gran satisfacción”.


Rafael Lima se emociona al recordar una anécdota que le ocurrió hace algún tiempo: “Llegó una mujer y preguntó quién era el dueño de la pastelería. Le atendí y me comentó que era hija de uno de los hermanos Vinuesa, dueños anteriores del negocio y que tenía muy buenos recuerdos de la pastelería porque su padrino fue Pedro Piñero, el primer maestro pastelero. Se fue y meses después recibí una carta desde Dinamarca en la que me daba las gracias por mantener el espíritu de La Africana”.


Aunque han sabido adaptarse a los tiempos con la incorporación de nuevos productos, los pasteles clásicos –explica el propietario de ‘La Africana’- siguen siendo los más demandados: “Las calatravas, los flanes, las mokas, las bizcotelas, las brevas o las milhojas son los pasteles que más vendemos”.  Esos dulces de siempre comparten vitrina con otras nuevas elaboraciones hasta completar (los fines de semana) los cinco metros lineales de exposición con los que cuenta ‘La Africana’.
También son clásicos los productos de temporada. Desde los hornazos o torrijas en Semana Santa hasta los pestiños o mazapanes en Navidad, sin olvidar los tradicionales roscones de Reyes elaborados con una fórmula (sigue siendo guardada en secreto) que no permite producir poca cantidad: “Tenemos una fórmula estandarizada a partir de 25 kilos y las cantidades son exactas en función a ella. Y se nota en el sabor”, afirma Rafael Lima  a quien le preocupa la sucesión familiar en el negocio: “Tengo tres hijos y ninguno me dice que me voy a hacer cargo de la empresa”.

A sus 76 años, Rafael Lima continúa a pie de mostrador y obrador. No pierde la ilusión. Todo lo contrario. Sigue pensando en nuevos objetivos y su intención es incorporar una panadería, pero la falta de espacio se lo impide.  Ya están elaborando (en pocas cantidades) pan integral y tortas. Rafael Lima mantiene intacta su ilusión por un negocio en el que lleva casi 50 años endulzando la vida y los recuerdos de los ceutíes.