sábado, 27 de enero de 2018

CALIPSO 'REGRESA' A CEUTA


Es uno de los ceutíes más universales. Ginés Serrán-Pagán, artista de reconocido prestigio internacional ha querido que Calipso ‘regrese’ a Ceuta. Y lo hace convertida en una bella escultura. Sus cuatro metros y medio de altura hacen que sea la obra mitológica femenina más grande del mundo. La estatua de Calipso luce su esplendor frente al edificio Trujillo, a escasos metros de uno de los dos ‘Hércules’ creados también por el escultor ceutí.

Ginés Serrán-Pagán es un enamorado de la  historia  y de la mitología. Pasión que ha quedado patente a lo largo de su trayectoria artística a través de diferentes obras que dan forma a personajes mitológicos, pero ¿por qué ha querido crear a Calipso?: “Porque los textos antiguos y los autores clásicos, los mitólogos o los historiadores atestiguan que la leyenda, el mito de Calipso tiene su nido en Ceuta. Ellos identifican lo que es la isla de Ogigia, que es la isla donde el poeta Homero en la Odisea habla del encuentro entre Calipso y de Ulises, y la atribuye a la península de Ceuta”.
La mitología –continúa explicando el artista ceutí- es un reflejo de acontecimientos históricos de la mitología, no es una invención ficticia; se crean los mitos y leyendas a partir de acontecimientos históricos. Lo que pasa es que, después de muchos siglos, se convierten en leyendas y mitos. En los textos antiguos, autores o historiadores como Apolodoro de Atenas atestiguan  que Calipso vivió aquí en Ceuta y que salvó la vida a Ulises, después de que una tempestad arrastrara su barco hasta Ceuta cuando regresaba de la Guerra de Troya. Calipso está ahí en la historia, en la mitología y es un símbolo universal del Mediterráneo. Es decir, yo no he inventado a Calipso, lo único que yo he hecho ha sido traerla de nuevo a Ceuta”.

Y todo ello, con el objetivo de “tratar que toda esa historia que no nos han enseñado en las escuelas la tengamos aquí con nosotros, que nos haga sentirnos más orgullosos, que reforcemos nuestra identidad y podamos transmitir a los turistas que tenemos una historia y un patrimonio histórico muy profundo”, asegura Ginés Serrán-Pagán, quien se muestra orgulloso porque “después de muchos miles de años, Calipso vuelve a estar con nosotros”. 


Hace unos doce años se planteó la creación de esta escultura, cuyo proceso de elaboración no ha sido sencillo: “Hice primero unos diseños,  después la hice en unos moldes en barro, después en fibra de vidrio y finalmente fue fundida en bronce”. Calipso pesa unos mil kilos y su composición no es sólo bronce, ya que Ginés Serrán-Pagán suele utilizar “una mezcla de metales muy parecida a la que se usaba en tiempo de los griegos y romanos con un 85% de cobre y un 15% de estaño, plomo y zinc. Se trata que de una combinación que sirve para prácticamente inmortalizar a Calipso, ya que si la tiráramos al fondo del mar duraría miles de años”. Los ‘Hércules’ o las diferentes estatuas de Ginés Serrán-Pagán que se encuentran repartidas por la ciudad también han sido creados con la misma composición.
Calipso cuenta con una altura de 4,5 metros, por lo que actualmente es la obra femenina relacionada con la mitología más grande del mundo, algo de lo que se muestra orgullo su autor: “La que le sigue es la ‘Victoria alada de Samotracia’ (también conocida como Victoria de Samotracia o Niké de Samotracia) en el Museo del Louvre de París y que tiene unos dos metros y medio, pero la nuestra es ahora mismo la escultura más grande de mitología del mundo”. Lo mismo ocurre con los dos Hércules. Tanto el ubicado en la Plaza de la Constitución como en el dique de Poniente de la Bocana son las obras mitológicas más grandes. Ambos miden ocho metros, mientras que la siguiente es –apunta Ginés Serrán-Pagán- el ‘Hércules Farnesio’ ubicado en el Museo Arqueológico de Nápoles.



Aunque inicialmente fue instalada en la bocana, la estatua de Hércules (‘La unión del mundo’) ubicada en la plaza de la Constitución se ha convertido en un símbolo de la ciudad. Tanto para los ceutíes como para los visitantes. No cabe duda que su traslado a un lugar céntrico fue un acierto. Es uno de los atractivos turísticos y uno de los puntos más fotografiados. Esa interacción agrada al artista porque “cuando yo termino una escultura, tiene vida propia, ya no me pertenece a mí, ya pertenece al pueblo, pertenece a la gente. Está en un sitio público y  tiene una vida mucho más duradera que la nuestra, ya que nosotros somos un pequeño suspiro que vamos a durar muy poco, pero esas esculturas van a estar ahí durante años. Entonces lo que siento es que mi labor como artista no es solamente la de crear una obra de arte sino la de dejar un mensaje. Siempre he estado obsesionado con la paz y la justicia, con la unión, con la unidad de los pueblos y trato de transmitir ese mensaje. Si ese mensaje de unidad con las columnas y ese mensaje histórico llega a la gente que pasa por delante de la estatua o se hace fotos, me doy por recompensado”.
Ceuta cuenta con un importante conjunto escultórico en el que destacan diferentes obras de Ginés Serrán-Pagán como las estatuas de Hércules, Homero, Platón, Aristóteles, Estrabón, Pomponius Mela, Al-Idrissi, Enrique ‘El navegante’ o Gandhi. Ante esa riqueza artística que componen una especie de museo al aire libre, surge una pregunta: ¿Podría incorporarse a la oferta turística de Ceuta una ruta cultural?. Ginés Serrán-Pagán tiene clara la respuesta: “Esa es la idea. No solamente son estatuas para decorar la ciudad. Las esculturas que he ido creando a lo largo de los últimos años forman parte de nuestra historia, forman parte de nosotros y sería importante que se pudiese dar a conocer este punto del Mediterráneo que es antiquísimo. En el caso de Calipso he hecho un regalo a la ciudad. La cedo indefinidamente para que la disfruten y la use la ciudadanía como como le apetezca y para que también tenga una repercusión en los comercios desde el punto de vista de turismo cultural o de desarrollo”.
Pese a que lleva algo más de tres décadas viviendo fuera de Ceuta, Ginés Serrán-Pagán reconoce sentir cierta añoranza por España y por su tierra natal. Esos sentimientos –afirma- quedan plasmados en sus obras: “Las esculturas que están en Ceuta o las que hago para el resto del mundo son el resultado de una gran nostalgia que he sentido al vivir tantos años fuera de España. Y de esa ausencia, nace todo esto. En mis libros y mis pinturas hay una búsqueda de mis orígenes y en esa búsqueda de mis orígenes está la mitología, la historia profunda y no se puede ignorar que en Ceuta estamos rodeados de historia que nos define como pueblo. Yo aprendí con los indios americanos, con los que viví muchos años cuando residía en Estados Unidos, que tenemos dos madres: una biológica que es la que nos pare  y otra madre que es donde hemos nacido. Es la Madre Tierra y a esa la tenemos que cuidar, amar y respetar igual que a una madre biológica”. Por ello, tiene muy claro que  “tengo que cuidar esta ciudad porque soy hijo de Ceuta. He nacido aquí y para que mi árbol dé frutos y las ramas sean consistentes tengo que cuidar las raíces y fortalecerlas. Es por eso que hago todo lo que estoy haciendo por Ceuta”.


Con tan sólo veintiún años “con 25 Dólares en el bolsillo, sin conocer a nadie y sin hablar inglés” se fue a Nueva York, donde residió treinta años. Allí comenzó a gestarse la brillante trayectoria de un gran artista, cuyas obras (tanto esculturas como pinturas) forman parte de importantes colecciones públicas y privadas. Ha participado en 225 exposiciones individuales y colectivas en los cinco continentes. Estudió Antropología en la New York University. Entre sus muchas distinciones, figuran las Llaves de Oro de la Ciudad de Miami.
Considerado uno de los artistas contemporáneos más importantes del momento, sus obras enriquecen el patrimonio cultural e histórico de diferentes partes del mundo. También el de su tierra natal, a la que Ginés Serrán-Pagán ha querido donar la  escultura de Calipso. Esa misma que hace ya más de una década se convirtió en un reto y un deseo para el artista, y que ahora luce en la Plaza de la Constitución para orgullo de todos los ceutíes. La bella Calipso ‘regresa’ a Ceuta miles años después.