sábado, 11 de septiembre de 2010

HOSPITAL DE LA CRUZ ROJA: FIN A 41 AÑOS DE HISTORIA

Hace pocos meses se registraba un hecho histórico: la apertura del ‘Hospital Universitario de Ceuta’. El nuevo centro sustituye al antiguo hospital de la Cruz Roja, que después de casi 41 años de funcionamiento quedaba cerrado el pasado mes de febrero con el traslado a las nuevas instalaciones, caracterizadas por su amplitud y modernidad.
Fue en el año 1969 cuando el recién clausurado centro hospitalario abría sus puertas, aunque sus inicios se remontan a casi una década antes. En el año 1960, estaba en funcionamiento el ya desaparecido hospital ‘Jesús, María y José’ perteneciente a Cruz Roja, y que estaba ubicado en Real 90. La antigüedad de sus instalaciones y los escasos medios de los que disponía, provocaban que la sanidad ceutí no estuviera a la altura que demandaba la ciudad. Por ello, el Ayuntamiento de Ceuta cedía a la institución humanitaria un terreno ubicado en la zona de Las Balsas para la construcción de un nuevo hospital. La Comisión Permanente del Consistorio ceutí acordaba el 8 de junio de 1960 la venta del solar que contaba con 3.540 metros cuadrados. La misma se efectuaba al precio simbólico de una peseta por metro cuadrado. De este modo, el Ayuntamiento renunciaba al “beneficio que indudablemente podría obtener si la enajenación se realizara al mejor postor en pública subasta”, pero los gobernantes de la época entendían que la construcción del nuevo hospital reportaría “indudables beneficios a la ciudad en diversos aspectos sanitarios, social, laboral y comercial”. La compara-venta del terreno se llevó a cabo en agosto de 1969.

Inauguración
Nueve años después de la cesión por parte del Ayuntamiento a Cruz Roja, y tras la construcción del edificio, el 19 de mayo de 1969 se producía la inauguración oficial del nuevo hospital. El acto contó con la presencia de las principales autoridades de la ciudad y destacados dirigentes de la institución humanitaria. Entre ellos, Enrique de la Mata Gorostizaga y Eustasio Villanueva, presidente y vicepresidente de la Asamblea Suprema de Cruz Roja Española; Casilda Ampuero, presidenta de hospitales; y Juan José Aracama Gorosabel, inspector médico general de la Asamblea Suprema. Con la presencia de numerosos invitados, el acto se inició con la bendición de las instalaciones a cargo del vicario general de la Diócesis, Isidro Conde y Conde, quien ofició posteriormente una misa en la capilla del hospital.
A continuación, y guiados por el director del centro, Antonio Ballesteros Velasco se procedió a visitar las instalaciones.
El alcalde y a su vez presidente de la Asamblea de Cruz Roja en Ceuta, José Zurrón fue el encargado de abril el turno de intervenciones. En su alocución agradeció a los máximos responsables de la institución humanitaria la construcción del hospital, del que dijo, tan necesitado estaba la ciudad. José Zurrón destacó públicamente que el impulsor “moral y material” del proyecto había sido Alfredo Galera Paniagua, gobernador general de los Territorios de Soberanía Española en el Norte de África, y que la construcción del nuevo hospital había contado con el apoyo tanto de la Asamblea Suprema de Cruz Roja como del Ayuntamiento y de sus antecesores – Francisco Ruiz Sánchez y Alberto Ibáñez Trujillo- al frente de la gestión municipal.
También intervino Juan José Aracama, inspector general médico de la Asamblea Suprema de Cruz Roja Española, quien manifestó que el nuevo hospital suponía un modelo en el ámbito sanitario.
Por su parte, Casilda Ampuero, presidenta de hospitales de la Cruz Roja se mostró emocionada por los recuerdos personales que le despertaba Ceuta, ciudad en la que años antes había fallecido su marido, el general Enrique Varela
A continuación tomó la palabra el máximo dirigente de la Cruz Roja Española. Enrique de la Mata Gorostizaga destacó que el nuevo centro estaba dotado con un material “excelente y moderno”, comprometiéndose a que la institución humanitaria continuara prestando su ayuda a la ciudad en todos los ámbitos que fuera necesario. El acto de inauguración concluyó con las palabras del comandante general y gobernador militar de Ceuta, Fernando Rodrigo Cifuentes.
Posteriormente, los invitados al acto celebrado en el hospital de la Cruz Roja asistían a un almuerzo que se celebraba en el Centro de Hijos de Ceuta. Tras el mismo, el alcalde de la ciudad y delegado gubernativo, José Zurrón, le imponía la ‘caballa de oro’al presidente de la Asamblea Suprema de Cruz Roja Española.


Instalaciones
El edificio, actualmente cerrado a la espera de concretar un nuevo uso, consta de siete plantas. En sus inicios el hospital de la Cruz Roja quedó distribuido del siguiente modo:
En la primera planta se ubicó la recepción, sala de rayos X, farmacia, salón de actos, cuarto del médico de guardia, sala del capellán y el departamento de revelado de radiografías. En la segunda, se encontraban las salas de cirugía destinadas a Beneficencia. En la tercera planta, se hallaban las especialidades médicas y diferentes servicios dependientes de la Seguridad Social. La cuarta planta se destinó al servicio de maternidad de la Seguridad Social y Beneficencia. En la quinta, se ubicaron dos quirófanos que quedaban visibles; varias salas destinadas a recuperación, aplicación de escayolas, anestesia, servicio de incubadoras; y el despacho del director. En la sexta planta, se hallaban dieciséis habitaciones (con dos camas cada una de ellas) destinadas a los pacientes de pago, departamentos para diferentes servicios y salas de espera. La séptima y última planta, estaba ocupada por la comunidad religiosa que atendía a los enfermos.

U.V.I
Después de dieciséis años de funcionamiento, el hospital de la Cruz Roja experimentó un nuevo salto cualitativo con la incorporación de la U.V.I. (Unidad de Vigilancia Intensiva), servicio que venía siendo demandando desde hacía bastante tiempo, y que fue ubicado en la quinta planta, junto a los quirófanos y al servicio de maternidad. La U.V.I. contaba con una capacidad para siete personas, aunque en el momento de su inauguración estaba equipada para la atención máxima de cuatro enfermos. La inauguración de este nuevo servicio se produjo el 12 de abril de 1985. Al igual que ocurriera con motivo de la apertura oficial del centro hospitalario, el acto inaugural reunió a las principales autoridades de la ciudad y destacados miembros de la Cruz Roja Española. Entre los asistentes, Manuel Peláez, delegado del Gobierno en Ceuta; Francisco Fráiz, alcalde la ciudad; Cristina Macaya, vicepresidenta de la Asamblea Suprema de la institución humanitaria; y José Rodríguez, director del Hospital Militar, quienes fueron recibidos por José Ríos Claro, máximo dirigente de la Asamblea Provincial de Cruz Roja en Ceuta y José Tirapo, director-médico del hospital. En la propia U.V.I, el presidente de Cruz Roja en Ceuta mostraba la satisfacción que suponía contar con este servicio especializado, y destacaba la colaboración que Delegación del Gobierno, Ayuntamiento y otras entidades habían prestado a la Asamblea de Cruz Roja, haciendo realidad –manifestó- la puesta en marcha de la Unidad de Vigilancia Intensiva.
José Ríos también se comprometía a seguir realizando los cambios necesarios al objeto de ofrecer una “mejor asistencia sanitaria”.
Por su parte, el doctor José Tirapo, director del centro hospitalario hacía hincapié en material con el que contaba la U.V.I, subrayando que se había dotado con el material tecnológico más moderno.

Escuela de Enfermería
Coincidiendo con el acto desarrollado en la Unidad de Vigilancia Intensiva, también se inauguró oficialmente la Escuela Universitaria de Enfermería. En la puerta principal del edificio universitario, una representación de alumnos le entregaba un ramo de flores a la vicepresidenta de la Asamblea Suprema de la Cruz Roja y posteriormente a Aurora González, hija de Federico González Azcune, doctor fallecido, y que tras una propuesta municipal, daría nombre a la Escuela. Después de la intervención del alcalde de la ciudad, quien recordó la etapa como concejal de Federico González Azcune, su hija descubría una placa.

Futuro
La apertura del Hospital Universitario de Ceuta el pasado mes de febrero, ha provocado la clausura del antiguo hospital de la Cruz Roja, que actualmente se encuentra cerrado. El 16 de diciembre de 1988 el Instituto Nacional de Salud y la Asamblea Provincial de Cruz Roja firmaban un convenio a través del cual, el antiguo Insalud –actualmente Ingesa- asumía la gestión del centro hospitalario. El acuerdo está aún en vigor, por lo que el primer paso que debe darse es la devolución por parte del Ingesa del hospital a la institución humanitaria, que deberá decidir el uso que le dará a las instalaciones. Y esa es la gran duda que muchos ciudadanos se plantean: ¿Qué va a ocurrir con el antiguo hospital?. José Duran, actual presidente de la Cruz Roja en Ceuta asegura que se “están llevando a cabo las negociaciones a nivel nacional entre las dos partes –Ingesa y Cruz Roja- para que se produzca la devolución del hospital”. Una vez superado este trámite, “se analizará qué actividades o qué uso se le puede dar al edificio”.
Cruz Roja está abierta a “cualquier propuesta”, aunque la preferencia es que “su uso fuera socio-sanitario”. Una de las posibilidades que maneja la institución humanitaria, es “centralizar todas nuestros departamentos en Ceuta (Centro del Día, Emergencias, Punto de Encuentro, Ayuda a domicilio, etc..”.
José Durán reconoce que es muy complicado determinar el uso final del antiguo hospital: “Hay que sentarse con las administraciones, tanto con la Central como la Ciudad Autónoma, para ver todas las posibles utilidades. Habría que valorar –prosigue el presidente de la Cruz Roja en Ceuta- todas las alternativas, y planificarlas con antelación”.
Las negociaciones para la devolución del hospital, suponen según Durán, un proceso lento, ya que “intervienen varios organismos, hay que realizar un inventario de todo el material, y decidir como se va a efectuar”. Estas circunstancias conllevan que se desconozca cuando se producirá de forma definitiva la recuperación, por parte de Cruz Roja, del antiguo hospital. De momento, el edificio de siete plantas que durante más de cuatro décadas acogió el centro hospitalario, se mantiene cerrado a la espera de un nuevo uso.


Fotos: Archivo Cruz Roja / Antonio Martín

viernes, 3 de septiembre de 2010

RECONOCIMIENTO AL "ARTE URBANO"

Para algunos es arte. Para muchos, vandalismo. Pero sin embargo, para Carlos Ramírez ‘Diako’, el graffiti es “arte urbano”. No es muy habitual que las instituciones púiblicas reclamen los servicios de un grafitero para decorar un edificio, pero en esta ocasión ha ocurrido. La Ciudad Autónoma, en su intención de modernizar el mercado ‘Real 90’, ha encargado la decoración y diseño de su fachada al grafitero Carlos Ramírez, ‘Diako’ -nombre artístico con el que se le conoce en Ceuta-. La obra artística, realizada únicamente con aerosoles, muestra lugares emblemáticos de la ciudad y productos típicos que encontramos en un mercado. El resultado final ha sorprendido a todos. Usuarios, concesionarios y trabajadores del mercado han valorado de forma muy positiva el trabajo de ‘Diako’. No es para menos. Se trata de una obra de arte, aunque en este caso plasmada en la fachada de un mercado.
Para Carlos Ramírez, el hecho de que la Ciudad Autónoma haya contado con él para la realización de este mural resulta “gratificante”, puesto que “esto significa que mi obra gusta a la gente, y además mi trabajo no solamente se ve reconocido sino que además reporta beneficios económicos”.
‘Diako’ reconoce que “el graffiti está criminalizado. Hay una rama del graffiti -prosigue- que se dedica sólo al vandalismo, y es por ello por lo que las instituciones no suelen contar con este tipo de artistas, salvo en casos excepcionales en las que se quiere realizar un trabajo contando con un bajo presupuesto”.
En relación a la obra, en la que ha estado trabajando algo más de dos semanas, ‘Diako’ ha tenido total libertad a la hora de elegir el diseño final: “Se me dieron unas pautas, y a partir de ahí yo hice el diseño, y con bastante libertad. Se me sugirió que hubiera imágenes representativas de Ceuta, pero no se me especificó que imágenes tenían que ser. Yo he escogido las que me han gustado, y las he ido plasmando con la composición que he querido ir poniendo. Incluso, los mismos trabajadores me iban sugiriendo cosas, y me he ido acoplando a las ideas que me daba la gente”.

La fachada del mercado ‘Real 90’ es ahora mucho más colorida y presenta un aspecto moderno. El trabajo de ‘Diako’ ha gustado y ha causado, según su autor, bastante sorpresa: “La gente se lo está tomando muy bien y me está felicitando. Muchísima gente se sorprende que solamente utilice aerosoles y no use pinceles. Les choca porque no está acostumbrados a este tipo de pinturas o murales”.
La técnica utilizada por ‘Diako’ no es “exactamente graffiti, pero básicamente es la misma”. El uso exclusivo de aerosoles es más complicado porque “lleva –explica- más tiempo dominar esta técnica, pero con práctica se consigue”. Pese al grado de dificultad, prefiere el uso de los aerosoles porque “si lo hiciera con pinceles, el resultado no sería tan vistoso”.
Carlos Ramírez desea que este trabajo no sea el último que le encargue la Ciudad Autónoma, y confía que sea un punto de inflexión: “Espero que las instituciones cuenten conmigo para seguir decorando edificios públicos. Hay muchos sitios que estarían mejor con un poco de color, en vez de un muro blanco. Esto le aporta alegría a la calle”. Incluso considera que sería beneficioso para los jóvenes que se inician en el mundo del graffiti: “Estaría bien que el ayuntamiento pensara que esto del graffiti se puede direccionar de manera positiva. No solamente que los chavales se dediquen a hacer pintadas, sino incluso que aquellos que están empezando a hacer pintadas y a ensuciar las calles, pues se les puede enfocar a que se dediquen a la pintura artística o pintura mural”.
Carlos cree que en Ceuta el concepto del graffiti “no está muy asentado porque la gente no sabe lo que es realmente el graffiti, ya que al ser una ciudad pequeña es muy difícil ser una persona anónima. Y el graffiti se basa principalmente en el anonimato. Se trata de plasmar tu nombre de manera anónima, y hacer famoso tu nombre, pero no tu cara. Lo que quieres es que tu nombre se conozca y esté en la mayor parte de sitios posibles con mucho colorido, a gran tamaño, para que la gente vea tu nombre, pero no sepa quien lo pinta”.
Su nombre, y su arte urbano, como el propio autor lo define, han quedado plasmados en la fachada del mercado ‘Real 90’. En esta ocasión el graffiti, como demuestra el trabajo final de ‘Diako’, se puede considerar –además sin dudarlo- como un auténtico arte.