martes, 12 de diciembre de 2017

12 DE DICIEMBRE DE 1949: UNA FECHA TRÁGICA EN CEUTA


La calma del mar con la que amanecía el 12 de diciembre de 1949 no hacía presagiar la tragedia que aquel día, tiñó de luto a Ceuta. Un inesperado y duro temporal de Levante provocó que las embarcaciones que faenaban en la zona del Estrecho o en aguas marroquíes se vieran obligadas a arribar a puerto ceutí. El camino de regreso no fue fácil. Durante horas los pescadores tuvieron que hacer frente al temporal. Pese a las condiciones adversas, los barcos pesqueros lograron su objetivo. Todos, menos tres, que se quedaron en el camino: ‘Lobo Grande’, de Ceuta; ‘Los Mellizos’, de Tarifa y ‘San Carlos’ de Algeciras. A su paso por Punta Almina, lugar donde confluyen el Atlántico y el Mediterráneo, la bravura del mar les arrastró hasta los isleos de Santa Catalina. El resultado, 64 víctimas mortales.
Del ‘Lobo Grande’ fallecían 15 tripulantes… El patrón, Miguel Rodríguez…
El motorista Diego Gómez, el lucero José Carmona y los marineros Antonio Fortes, Francisco Ortiz, Manuel Ortiz, Isidro Bazán, José Martín, Joaquín Ramos de Brito, José Sánchez, Pedro Núñez, Luis Santiago y Manuel del Toro. Posteriormente, los restos del ‘Lobo Grande’ fueron remolcados por un vapor de la industria ballenera al muelle Alfau. En su interior, antes de hundirse, fue encontrado el cuerpo de José Sánchez Sellés.

Sufrimiento

Numerosos familiares de pescadores que aún no habían regresado esperaban noticias ante las puertas del hospital de la Cruz Roja, viviéndose momentos de incertidumbre. La confirmación del hundimiento de las tres embarcaciones provocó el llanto y dolor de muchas personas, que esperaban ansiosos la posible salvación de sus familiares. La llegada de marineros al centro hospitalario era constante. Muchos salvaron sus vidas gracias a que fueron auxiliados por otros pesqueros. Otros alcanzaron la costa a nado, aunque no todos consiguieron su objetivo, pereciendo en el intento.

Daños materiales

El temporal también provocó importantes daños materiales en los pesqueros que se encontraban atracados en el muelle. En las horas previas, los pescadores se disponían a faenar una noche más, pero ante los primeros avisos que auguraban la llegada de oleaje y fuerte viento, optaron por permanecer amarrados a puerto. La gran mayoría reforzaron sus amarras, pero fue insuficiente. La virulencia con la que actuó el temporal provocó que muchas embarcaciones se soltaran. Los propios marineros, arriesgando sus vidas, volvieron a reforzar las amarras utilizando en algunos casos cables de acero. La fuerza del viento y el estado del mar hacían inútiles todas las medidas, ya que en el interior del puerto los barcos chocaban unos contra otros, y otras embarcaciones fueron arrastradas por el oleaje hasta el foso, hundiéndose muchas de ellas.

Día de luto

El Gobierno General de las Plazas de Soberanía, a través de la Delegación Gubernativa en Ceuta, declaraba el 14 de diciembre de 1949 día de luto en la ciudad: “Día de dolor es para Ceuta el de hoy al conocerse la magnitud de la catástrofe producida por el temporal, hogares han quedado desamparados por la desaparición del cabeza de familia; madres, esposas, hijos, hermanos, han perdido sus más queridos familiares; hogares que han quedado deshechos por el derrumbamiento de viviendas modestas. […]Es hoy, pues, día de luto para Ceuta y nada mejor que exteriorizar estos sentimientos de solidaridad hacia los que son como cosa nuestra y con los que sentimos el profundo dolor porque pasan. En su virtud, e interpretando el deseo unánime de la población, declaro el día de hoy como día de luto, debiendo permanecer cerrados todo el día los espectáculos públicos, cafés, bares y establecimientos similares, cerrando medio día, por la tarde, los demás establecimientos”. El comunicado era firmado por Francisco del Valle, delegado gubernativo de Ceuta.
El apoyo  y solidaridad por parte de las instituciones y la ciudadanía no se hizo esperar. Se abrió una suscripción pública en todas las entidades bancarias de la ciudad y localidades del Protectorado Español en Marruecos.  En apenas tres días la recaudación superaba las 220.000 de las antiguas pesetas.
Los tripulantes de las traíñas ‘Trinidad Piñero’ y ‘Juan Piñero’ protagonizaron uno de los capítulos más llamativos, y a la vez valientes de la jornada.  Junto a otros pesqueros combatieron durante horas el fuerte temporal con la intención de alcanzar el puerto ceutí. Ambas embarcaciones navegaban por delante de las tres traíñas que zozobraron frente a los isleos de Santa Catalina. Fueron testigos directos de la catástrofe. A pesar de haber superado ya Punta Almina, zona considerada de alto riesgo por las fuertes  corrientes, al aproximarse a San Amaro decidieron regresar para intentar salvar a los marineros del ‘Lobo Grande’, ‘Los Mellizos’  y del ‘San Carlos’. No les importó ni el cansancio acumulado tras doce horas luchando contra  el intenso oleaje, ni siquiera el riesgo que suponía acercarse a Santa Catalina. La tripulación de ambos pesqueros logró salvar a un total de siete marineros que se encontraban en el mar intentando salvar sus vidas.


 Condolencias

El Ayuntamiento de Ceuta recibió numerosas muestras de apoyo y condolencias por parte de las primeras autoridades gubernamentales y militares de la época. Entre los telegramas remitidos al Consistorio destacaba el enviado por el Alto Comisario de España en Marruecos y gobernador general de las Plazas de Soberanía, el general Varela, quien expresaba del siguiente modo sus condolencias: “Acabo conocer noticia naufragio pesqueros Ceuta y singularmente pérdida vidas sufridas hombres del mar. Envío familias mi más sentida condolencia encargándole auxilios mediante socorros a familias afectadas”.
Por su parte, el general Millán Astray enviaba el siguiente texto: “Como hijo de Ceuta que soy y con la gratitud de haber recibido de Ceuta, tierra para la cuna de La Legión, os expreso mi enorme dolor ante la tragedia de esos pescadores que han perecido cuando llegaban al puerto. Hacerles presente a las familias y que lo sepas tú también, alcalde, que estoy a vuestro lado para lo que me necesitéis”.

Cofradía de pescadores

El 17 de diciembre de 1949 la Cofradía de Pescadores de Ceuta celebraba una junta general extraordinaria que estuvo presidida por el comandante de Marina, Vela Hidalgo. A la misma asistieron también, entre otros,  el presidente y secretario nacional de la Mutualidad de Accidentes del Mar; el delegado provincial de Trabajo; un representante de la delegación del  Instituto Social de la Marina; y el presidente y secretario de la Mutualidad en Ceuta.  Después de rezar un Padre Nuestro por los marineros fallecidos en el hundimiento de los tres pesqueros, se acordaba remitir a la Superioridad la propuesta de construcción de un puerto pesquero en la Bahía Sur. También fue aprobada una moción por la cual se planteaba la construcción de un barrio destinado a los pescadores, y se determinaba solicitar al Instituto Social de la Marina, la ayuda necesaria para la reconstrucción de la flota pesquera. Una vez finalizada la convocatoria extraordinaria, la Cofradía de Pescadores de Ceuta entregaba quinientas pesetas a cada uno de los supervivientes de la traíña ‘Lobo Grande’.


Funerales

El 22 de diciembre de 1949, Ceuta rendía homenaje a los pescadores fallecidos en el hundimiento de los tres pesqueros. El templo de Nuestra Señora de África acogía los funerales. A las once de la mañana los comercios de la ciudad cerraron sus puertas. El acto estuvo presidido por el silencio. En el interior del templo, junto a las principales autoridades civiles y militares, se encontraban los familiares de las víctimas y los supervivientes de la tragedia ocupando los primeros asientos. Se instalaron varias coronas de flores, y los laterales del altar fueron cubiertos por dos paños negros. Ofició la misa el sacerdote Pedro Armendáriz, asesor religioso de los sindicatos. Una vez finalizado el acto religioso, se organizó una marcha fúnebre encabezada por marineros y funcionarios sindicales, quienes portaban las coronas de flores. A su llegada al Muelle de España, las autoridades civiles, militares y eclesiástica embarcaron el patrullero ‘R.R. 28’ que ponía rumbo hacia los isleos de Santa Catalina. Cientos de personas seguían desde tierra el acto. En Punta Almina, el patrullero y las embarcaciones pesqueras que le acompañaban comenzaron a hacer sonar sus sirenas. Desde el ‘R.R. 28’ se lanzaron las coronas de flores al mar. El vicario general de la Diócesis, Gregorio Landaluce y Rivacoba  pronunciaba un responso.

Testimonios

Son muchas las personas que aún recuerdan aquella trágica fecha. Andrés Cantón en declaraciones a Radio Ceuta (Cadena SER) hace algunos años, narraba que aquel fatídico día faenaba a bordo del pesquero ‘Cantón Grande’, uno de los pesqueros que lograron superar el temporal y arribar a puerto ceutí.
“Fue un milagro”, recuerda Andrés Cantón, quien destaca la pericia del patrón: “Nos salvamos gracias a que el patrón en vez de navegar bordeando la costa puso la proa hacia Gibraltar, alejándonos de los isleos de Santa Catalina”.  No oculta el miedo sufrido en aquella travesía, recordando que “lo pasamos muy mal, pero gracias a Dios llegamos a puerto”. Allí esperaban los familiares de los pescadores, que “nos abrazaban llorando de la alegría”.

José Hernández también reconocía ante los micrófonos de Radio Ceuta que tampoco había podido olvidar lo ocurrido. Tenía apenas 15 años, y cuando se originó el fuerte temporal estaba a bordo del pesquero ‘Juan Cayetano’: “Estábamos en la costa de Marruecos. Por la mañana después de haber estado toda la noche faenando la mar estaba totalmente en calma, pero una hora después comenzó a empeorar el estado del mar, por lo que decidimos regresar a puerto. Cuando llegamos a la costa de Rincón el mar nos comía”.
Después de varias horas de navegación luchando contra viento y marea, el ‘Juan Cayetano’ superó la zona de Santa Catalina. A escasa distancia, las traíñas ‘Lobo Grande’, ‘Los Mellizos’  y ‘San Carlos’ se disponían a atravesar los isleos. “Iban detrás nuestra –prosigue Hernández- y vimos, alrededor de las diez de la noche como se adentraban en una zona que rajaba las olas. Fue terrible pasar por aquel lugar. Nosotros llegamos al antiguo puerto pesquero, y fue a la mañana siguiente cuando nos enteramos que se habían hundido”.
José Hernández recuerda el augurio de su padre cuando arribaban al puerto ceutí. “Nos hemos salvado, pero veremos si los barcos que vienen detrás se salvan”.
Los días posteriores al temporal fueron también jornadas muy tristes en la ciudad, puesto que los familiares esperaban la localización de los pescadores desaparecidos, y el mar devolvía a las playas numerosos cadáveres y restos de las embarcaciones: “Días después –recuerda Andrés Cantón- todavía seguían apareciendo cadáveres, y entre nosotros íbamos comentando el nombre de los que iban llegando a tierra”.
José Hernández y Andrés Cantón han vivido muchos temporales, pero pese a que sus vidas siempre han estado ligadas al mar, ambos coinciden que nunca que han un temporal con las características del registrado en 1949. “Tengo setenta y cinco años y en la vida he visto un temporal como el de entonces”, afirma José Hernández.
Años después, Miguel Díaz junto al Rafael ‘El cante escuchao’ le escribía una canción con la que se rendía homenaje a los fallecidos en el hundimiento. La letra de aquella alegría que se popularizó en la ciudad era la siguiente:

“Día 12 de diciembre
que día más ‘señalao’
día 12 de diciembre
enfrente de los isleos
eres barquitos naufragaron
enfrente de los isleos
tres barquitos naufragaron
Qué pena de marineros
cuando llegó noticia
que el ‘Lobo’ se estaba hundiendo.
‘San Carlos’ y ‘Los Mellizos’ iban con él
una ola gigantesca hundió a los tres
Hundió a los tres, ¡Madre mía!
Hundió a los tres
Los buscan los familiares por el sur y por Benítez
Y los chiquillos lloraban que donde estaban sus padres
suenan campanas muy doloridas
al ver la pena que en Ceuta había”

Un duro temporal de Levante acabó con la vida de 64 pescadores. ‘Los Mellizos’, ‘Lobo Grande’ y ‘San Carlos’ protagonizaron una historia, que nadie jamás hubiera querido contar. Casi sesenta y un años después muchos, aún recuerdan con emoción, aquel 12 de diciembre de 1949, día que pasó a la historia, como una de las fechas más trágicas de Ceuta…