sábado, 21 de agosto de 2010

LOS 'VOLAORES' DE CEUTA, UN SABOR ÚNICO

Reportaje sobre los ‘volaores’, un producto, que aunque no es exclusivo de Ceuta, sí es muy tradicional, y representa uno de los símbolos de la gastronomía ceutí.




sábado, 7 de agosto de 2010

PROCESIÓN VIRGEN DE ÁFRICA


Sonidos de la salida procesional de Santa María Virgen de África, patrona de la ciudad, por las calles ceutíes.



domingo, 18 de julio de 2010

LA MEZQUITA MULEY EL MEHDI CUMPLE SETENTA AÑOS

Hoy 18 de julio se cumple el setenta aniversario de la inauguración de la mezquita ‘Muley El Mehdi’, ubicada en la avenida Virgen de África, y que fue financiada por el Estado. El acto de inauguración tenía lugar en la tarde del 18 de julio de 1940. El mismo contó con la asistencia de las primeras autoridades militares y civiles tanto de la ciudad como del Protectorado Español en Marruecos, destacando la presencia del Jalifa Muley El Hassan Ben El Mehdi. Desde el Morro hasta la mezquita, formaban las Fuerzas de Regulares portando sus respectivos guiones y la bandera nacional. Frente al templo, se encontraba una centuria de cadetes y otra de milicias de Falange Española que acompañaban a representantes de los sindicatos de la C.N.S. (Confederación Nacional de Sindicatos). Ante la puerta principal de la mezquita se situó la Guardia Imperial Jalifiana. Poco antes del inicio del acto oficial llegaba el Alto Comisario de España en Marruecos, el general Carlos Asensio. Lo hacía acompañado del delegado del Gobierno; el alcalde de Ceuta, Fernando López-Canti; y el general jefe del noveno Cuerpo del Ejército. El general Asensio pasó revista a las fuerzas que se encontraban en las inmediaciones de la mezquita. A continuación llegaba el Jalifa que fue recibido con los acordes del himno Jalifiano. Una vez que las primeras autoridades saludaron de forma protocolaria a Muley El Hassan Ben El Mehdi, que también fue recibido por los representantes de la Comunidad Musulmana de Ceuta. Posteriormente, y ya en el patio del templo, se procedió a la entrega oficial, e inauguración de la mezquita. En primer lugar tomó la palabra el Alto Comisario de España en Marruecos, quien justificó la solemnidad del acto manifestando que se debía a que la mezquita se encontraba en territorio español, pero que representaba “la fusión máxima y respeto mutuo entre españoles y marroquíes”, recordando que se trataba de una donación estatal. A continuación el general Carlos Asensio hizo entrega al Jalifa Muley El Hassan Ben El Mehdi de la llave de la mezquita, llave que “servirá –expresó el Alto Comisario- no sólo para abrir este templo sino también el corazón de España en lo que se relaciona con Marruecos”. El acto concluyó con las palabras del Jalifa, quien se mostró agradecido por la apuesta del Estado Español por la convivencia entre pueblos.

Apertura al culto
Días después de la inauguración oficial, la mezquita abría oficialmente al culto. El Palacio de la Residencia en la avenida Otero–actualmente residencia del Comandante General de Ceuta- acogía una recepción oficial a la que acudía, entre otros, el Jalifa Muley El Hassan Ben El Mehdi y el Alto Comisario de España en Marruecos, el general Carlos Asensio. Una vez finalizada la recepción, el Jalifa, acompañado del Gran Visir –primer ministro-, se trasladó hasta la mezquita en una carroza tirada por tres caballos. Bajo los sones del himno Imperial Jalifiano la comitiva puso rumbo a la avenida de África para proceder a la apertura de la mezquita. El Chambelán -responsable- del palacio Jalifiano, a caballo, abría paso junto a la Guardia Imperial y miembros de la escolta personal de Muley El Hassan Ben El Mehdi. Tanto en las inmediaciones de la residencia como en las zonas próximas a la mezquita se congregaron numerosos ciudadanos que presenciaron el desfile en el que también tomaron parte las Fuerzas de Regulares. Ante las puertas de la mezquita esperaban la llegada de la comitiva, entre otros muchos, una amplia representación del Gobierno Jalifiano; miembros de la Comunidad Musulmana de Ceuta y representantes de las diferentes cofradías ceutíes que portaban sus respectivos estandartes. A la entrada del templo, un destacado número de mujeres musulmanas protagonizaron un rito de bienvenida al Jalifa que accedió al interior de la mezquita donde permaneció un tiempo orando. Posteriormente, el Jalifa regresó, de nuevo en la carroza y secundado por su amplio séquito, hasta el Palacio de la Residencia, lugar en el que esperaban las autoridades civiles y militares de la ciudad y de la zona del Protectorado Español. Finalizada la recepción el Príncipe Jalifiano junto al Alto Comisario de España en marruecos emprendía viaje de regreso a Tetuán.


Detalles de la mezquita
Las obras de construcción de la mezquita se iniciaron en julio de 1938, dos años antes de su inauguración. La primera piedra fue colocada por el por aquel entonces ministro de Gobernación, Ramón Serrano Suñer, que estuvo acompañado por el Alto Comisario de España en Marruecos y Gobernador de las Plazas de Soberanía, Juan Belgbeder, quien posteriormente fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores, cargo que ostentaba la fecha de inauguración de la mezquita. Las obras concluyeron el 12 de diciembre de 1939. El coste del templo ascendió a 243.336 de las antiguas pesetas. Según recoge la prensa de la época, la mezquita que fue construida sobre un solar de 746,86 metros cuadrados, puede albergar unas novecientas personas. En el muro del vestíbulo de entrada, fueron colocadas dos piedras del Alcázar de Toledo. Justamente encima de ambas piedras se aprecia una placa diseñada en mármol en la que figura, en letras doradas, la siguiente frase: “Y cuando florezcan los rosales de paz, las mejores rosas serán para vosotros”. Un amplio patio da paso al interior de la mezquita, que incluye dos órdenes de arquerías –una con arcos lisos y otra con arcos apuntados lobulados-.

miércoles, 30 de junio de 2010

CRISTO DE LOS AFLIGIDOS O CRISTO DEL PUENTE

Reportaje sonoro sobre la historia de la actual talla del Cristo de los Afligidos ubicada en la hornacina del Puente del Cristo, junto a las Murallas Reales.

Voz en off: Antonio Martín



sábado, 19 de junio de 2010

LOS INICIOS DEL ATLÉTICO DE CEUTA

Los inicios del club Atlético de Ceuta se remontan al año 1956. La historia coincide con la independencia de Marruecos, y el fin del Protectorado Español. Por aquella época el máximo representante futbolístico de la ciudad era la SD Ceuta, equipo que militaba en Tercera División, pero sin embargo muchos aficionados ceutíes estaban acostumbrados a disfrutar de fútbol de primer nivel, puesto que el Atlético Tetuán, que la temporada 1954/1955 había debutado en Primera División, llevaba varios años militando en la categoría de plata del fútbol español. Fue una temporada histórica para un club que, aunque tenía su sede y jugaba sus partidos en Tetuán, contaba con el apoyo incondicional de cientos de aficionados que cada domingo se desplazaban hasta la localidad marroquí para presenciar sus compromisos ligueros. Especialmente esa temporada en la que el Atlético Tetuán se enfrentó en partidos oficiales a equipos como el FC Barcelona, Real Madrid o Athletic de Bilbao. Su paso por la máxima categoría fue fugaz, puesto que esa misma campaña descendió a Segunda División. La declaración de independencia por parte de Marruecos provocó la desaparición del Atlético Tetuán, pero a su vez generó el nacimiento del Atlético de Ceuta, que se convirtió en fiel heredero de un club modesto que alcanzó cotas, en un principio, impensables. Después de la independencia de Marruecos, el futuro deportivo del Atlético de Tetuán obligaba a sus dirigentes a adoptar una decisión. Y tan sólo habían dos vías. Por un lado inscribirse en la Real Federación de Marruecos, y participar en sus campeonatos; y por otro, fusionarse con un club ceutí, y de este modo, mantener su plaza en Segunda División. La primera opción, además de renunciar a la competición española, provocaba que todos los jugadores de la plantilla tetuaní, que suponía un importante activo para el club, quedaran libres de forma automática, al causar baja el club ante la Federación Española. La segunda de las alternativas posibilitaría que Ceuta contara con un equipo en Segunda División, basándose en el potencial y prestigio que el conjunto norteafricano había adquirido en las últimas temporadas. Por este motivo, José Benoliel propuso la desaparición del Atlético Tetuán, y la creación de un nuevo club que heredara su historia.

Fundación
El punto y final a una brillante e irrepetible historia, daba paso a una nueva etapa. El Atlético de Ceuta nacía gracias a la fusión del Atlético Tetuán y SD Ceuta. Curiosamente, grandes rivales, futbolísticamente hablando, en los últimos años. Pese a todo, ambos clubes se unían, y permitían que el fútbol ceutí heredara la plaza del conjunto tetuaní en Segunda División. Oficialmente el Atlético de Ceuta nacía el 10 de julio de 1956, fecha en la que se rubricaba el acuerdo entre todas las partes. José Benoliel asumía la presidencia del club. José Pulido, desempeñaría las funciones de secretario, mientras que Julio Gallardo fue nombrado tesorero.
En el banquillo, Rogelio Santiago ‘Lelé’, quien había dirigido al Atlético Tetuán en los últimos meses era el elegido para sentarse en el banquillo del Atlético de Ceuta, que además iba a contar con la gran mayoría de futbolistas que componían la plantilla del cuadro norteafricano. Pasaron a formar parte del equipo rojiblanco los siguientes jugadores: Pedreño, Juanele, Martí-Gimeno, Giner, Maciste, López, Jarque, Monti, Carreras y Riffi. Por motivos económicos fueron traspasados Alarcón y Loli, reduciéndose la deuda del Atlético Tetuán a 500.000 de las antiguas pesetas. En honor a los dos clubes fusionados se decidió que los colores más representativos de ambos equipos formaran parte de la equipación. Por ello, el Atlético de Ceuta vestía pantalón blanco, camiseta rojiblanca y medias blancas. Además se mantuvo el escudo del Ceuta, variando las siglas SD (Sociedad Deportiva) por AC (Atlético de Ceuta).
Un día después de la fusión, el Atlético de Ceuta comunicaba la Federación Regional la constitución de una comisión organizadora que estaba formada por diez miembros –cinco pertenecientes a la SD Ceuta y otros cinco al desaparecido Atlético de Tetuán-.

Polémica
Los días posteriores a la fusión, que aparentemente se había producido sin ningún tipo de problemas y con el consenso de todos, se generó una importante polémica protagonizada por José Benoliel y Julio Parres. El motivo de las diferencias surgió, según recogía en sus páginas el ‘Diario de África’, por los acuerdos adoptados por José Benoliel en calidad de presidente de la comisión gestora, y su posterior nombramiento como presidente del recién creado Atlético de Ceuta. El que fuera máximo mandatario del Atlético de Tetuán remitió una carta al ‘Diario de África’ en la que calificaba de “antirreglamentaria” la constitución de la junta directiva. Julio Parres en ese comunicado publicado por la prensa de la época explicaba que su intención era la constitución de un equipo “fuerte y representativo por entero de la población ceutí”, y por ello –reflejaba su escrito- solicitó que la comisión organizadora estuviese formada también por dos miembros de la Unión África Ceutí; un representante de la Cámara de Comercio y otro del Ayuntamiento. Según Parres, a esta petición se opuso el presidente de la comisión gestora.
Para el ex presidente del Atlético de Tetuán, con la fusión y creación de un nuevo club regido por la comisión gestora, las directivas de ambos clubes “debían considerarse cesadas y sus respectivas misiones habrían de limitarse solo y exclusivamente a la liquidación de sus propios clubes para hacer entrega uno y otro de todo lo activo y pasivo al Atlético de Ceuta”. Circunstancia que según ese comunicado no se había producido ya que la directiva de la Sociedad Deportiva Ceuta “siguió reuniéndose y tomando acuerdos totalmente ilegales, puesto que según constaba en la Federación Regional, quien únicamente regiría los destinos del nuevo club hasta la celebración de la Asamblea General de socios, sería la comisión organizadora legalmente constituida”.
El escrito remitido por Julio Parres también hacía referencia a la situación económica del equipo tetuaní, que según su ex presidente contaba con unas obligaciones de medio millón de las antiguas pesetas, pero que el valor de la plantilla duplicaba esta cantidad.
El 13 de agosto de 1956 la Federación Española de Fútbol daba conformidad al nombramiento de José Benoliel como presidente del recién creado club. La polémica surgida entre ambos dirigentes no cesó0, ya que José Benoliel remitió un nuevo escrito respondiendo a José Benoliel. En el mismo exponía que había ofrecido la presidencia de la comisión organizara al máximo mandatario del Atlético de Tetuán, negándose éste –según el comunicado- a asumir el cargo por motivos profesionales. José Benoliel también aseguraba que se acordó que la asamblea de socios se celebraría una vez se consolidara el proyecto de fusión, justificando que las reuniones consideradas “ilegales” por Parres, eran totalmente necesarias para la gestión y puesta en marcha del club.

La fusión, legal
El hecho de que el Atlético de Ceuta ocupara la plaza del Atlético de Tetuán en Segunda División, generó las protestas de la Balompédica Linense, que en una nota de prensa publicada por el ‘Diario de Cádiz’ en su edición del 21 de julio de 1956 consideraba “ilegal” la fusión entre ambos clubes. ¿El motivo? Según la Balona en el momento en el que se produjo el acuerdo, el desaparecido equipo tetuaní pertenecía a una nación extranjera, y por tanto “no se puede admitir como legal –reflejaba el escrito- y bajo ningún punto jurídico la fusión”. La Balompédica Linense que había descendido esa misma temporada a Tercera División, pretendía recuperar por mediación de esta queja formal su plaza. El por aquel entonces presidente de la Federación Española, Alfonso de la Fuente, calificaba de legal la fusión, y por tanto la participación del club ceutí en Segunda División.


Primer fichaje
Al margen de la polémica suscitada, el club ceutí planificaba la temporada. La plantilla contaba con tan sólo diez efectivos, por lo que el primer paso que había que dar era completar el plantel. El primer fichaje del Atlético de Ceuta -10 de julio de 1956- fue el del guardameta aragonés Santiago Astarriaga Huarte, conocido futbolísticamente como Astarriaga. Había militado la temporada anterior en la Sociedad Deportiva Ceuta en calidad de cedido por el Jaén. Tras el acuerdo alcanzado, firmó por dos temporadas. Días después se cerraba la contratación de un nuevo jugador: Aurelio Gálvez Pozo ‘Yeyo’, procedente del España Industrial de Barcelona. Los fichajes continuaron produciéndose hasta completar la plantilla que estaba formada por los siguiente futbolistas: Astarriaga, Alonso y Rafa (porteros); Juanele, Pedrito, Pedreño, Céspedes, Valero, Michel, y Surribas (defensas); Riffi, Martín-Gimeno, Monti, Lopez, Sevilla y Villar (medios); y Mora, Tello Yeyo, Noni López, Jiménez, Carrera, Maciste, Nasio, Giner y Barrios (delanteros). Como anécdota cabe destacar que José Benoliel mantuvo conversaciones con el mítico ‘Zarra’ (ex jugador del Athletic de Bilbao, internacional en 20 citas con el combinado nacional y ‘pichichi’ de Primera División en seis ocasiones). Tras su paso por la SD Indatxu, el presidente del Atlético de Ceuta intentó su fichaje, pero finalmente recaló en el Baracaldo.
El Atlético de Ceuta fue encuadrado en el grupo segundo o grupo sur de 2ª División compuesto por los siguientes equipos: Murcia, Hércules, San Fernando, Jerez, Málaga, Betis, Mestalla, Tenerife, Extremadura, Granada, Badajoz, España de Algeciras, Eldense, Castellón, Cádiz, Levante, Córdoba, Alicante y Puente Genil. Se preveía una temporada bastante complicada, ya que la intención de la Federación Española era remodelar la categoría, reduciendo a dieciséis el número de equipos por grupo, por lo que en esa campaña 1956/1957 descenderían los cuatro últimos clasificados.
La plantilla del Atlético de Ceuta inició la pretemporada el 7 de agosto de 1956. Aquel primer entrenamiento, en el que estuvieron ausentes varios futbolistas, se celebró en el estadio de Dar Riffien. Después de varias sesiones preparatorias, el equipo rojiblanco afrontaba el 17 de agosto su primer partido amistoso de la pretemporada en el estadio de Menisla (Marruecos), ante el Club Riffien Castillejos. Se disputaron dos tiempos de treinta minutos cada uno. El encuentro que estuvo marcado por el fuerte viento, finalizaba con victoria del cuadro caballa por seis goles a uno. El Atlético de Ceuta presentaba el siguiente once inicial: Astarriaga; Juanele, Valero, Pedreño; Martí-Gimeno, López; Belizón, Yeyo, Giner, Noni y Maciste. También jugaron Rafa y Sevilla. Belizón, Maciste, Sevilla, Noni y Giner, por partida doble, anotaron los tantos rojiblancos.
Dada la expectación que había despertado este nueva aventura deportiva fue necesaria la remodelación del estadio Alfonso Murube. El proyecto, que había que ejecutarlo de forma inmediata ante la proximidad del comienzo de la competición liguera, consistía en construir tres mil nuevas localidades que ampliaran las gradas ubicadas detrás de las porterías, mejorar los accesos e infraestructuras del estadio, y la instalación de un nuevo terreno de juego.

Debut oficial
Una fecha importante en la historia del Atlético de Ceuta es la del 9 de septiembre de 1956, puesto que aquel día el club ceutí disputaba su primer partido oficial. La directiva del conjunto rojiblanco, alentada por la afición, organizó una serie de actividades previas al encuentro que sirvieran de recibimiento a los numerosos aficionados procedentes de Tetuán. Dos aficiones, que habían sido eternas rivales, pero que sin embargo el destino les había aguardado un objetivo común: apoyar al Atlético de Ceuta. Un destacado número de aficionados ceutíes se desplazaron hasta Castillejos para recibir al grueso de la expedición marroquí. Nadie quiso perderse el debut oficial del equipo rojiblanco. Su estreno en Segunda División fue inmejorable, puesto que los atléticos doblegaban por un contundente cuatro a cero al Extremadura C.F. El primer once inicial en competición oficial del Atlético de Ceuta estuvo formado por los siguientes futbolistas: Astarriaga; Juanele, Pedrito, Pedreño; Riffi, Martín-Gimeno; Mora, Yeyo, Noni, López y Maciste. El primer período finalizaba con victoria local por dos goles a cero, gracias a los tantos marcados por Yeyo (22’) y Mora (43’). En la segunda parte, ambos jugadores volvían a ser protagonistas al anotar Yeyo en el minuto 50 el tercer tanto; y Mora, en el minuto 89, el cuatro a cero definitivo. La nota negativa del partido fue la lesión sufrida por el defensa rojiblanco Juanele, quien tuvo que ser retirado del terreno de juego en el minuto 29. En las gradas del Alfonso Murube, que presentaban un aspecto inmejorable, un grupo de aficionados portaban una pancarta en la que se podía leer: “¡Fuera las discusiones y a luchar como leones! ¡Aupa Atlético de Ceuta!, en clara referencia la polémica suscitada entre los dirigentes José Benoliel y Julio Parres. Ambos, además sentado uno al lado del otro, presenciaron el partido desde el palco.
En su primera temporada, el Atlético de Ceuta acabó en la octava posición con 39 puntos (diecisiete triunfos, cinco empates y dieciséis derrotas). El equipo rojiblanco anotó 53 goles y encajó 58.
A lo largo de su historia, que supera ya el medio siglo, el Atlético de Ceuta ha militado once temporadas en Segunda División (1956/1957, 1957/1958, 1958/1959, 1959/1960, 1960/1961, 1961/1962, 1963/1964, 1964/1965, 1965/1966, 1966/1967 y 1967/1968). En varias ocasiones disputó la Copa del Generalísimo y posteriormente la Copa del Rey. En Tercera División militó un total de nueve campañas. La última, en la temporada 2006/2007. El equipo rojiblanco, presidido por José Ríos Claro –actual presidente- regresaba once años después a categoría nacional tras superar en la eliminatoria de ascenso a la Peña Barcelonista, equipo campeón de la regional melillense. El regreso a Tercera División venía precedido de una extraordinaria temporada en la que el cuadro caballa saldó con triunfos los veinticuatro encuentros de liga. Anteriormente, en la temporada 1993/1994 el Atlético de Ceuta, presidido por aquel entonces por Francisco Cervantes rozó la clasificación para la promoción de ascenso a Segunda División B.
Sin duda, la mejor temporada en la historia rojiblanca fue la campaña 1960/1961 en la que el Atlético de Ceuta disputó la fase de ascenso a Primera División. Tras acabar la competición liguera en segunda posición, los ceutíes se enfrentaron al Elche CF. En el primer partido disputado en el estadio Alfonso Murube, el Atlético de Ceuta se impuso por un gol a cero, pero en el choque de vuelta los valencianos vencieron por un claro cuatro a cero.
Actualmente el cuadro ceutí, después de su último paso por Tercera División, y consumar su descenso a Regional Preferente en la temporada 2006/2007, no está compitiendo en ninguna categoría. Sin duda se trata de un club histórico, añorado por muchos aficionados.

domingo, 6 de junio de 2010

TRANSBORDADOR 'VIRGEN DE ÁFRICA': TREINTA Y DOS AÑOS SURCANDO EL ESTRECHO DE GIBRALTAR

Durante treinta y dos años el transbordador ‘Virgen de África’ estuvo uniendo los puertos de Ceuta y Algeciras. Tras relevar en la travesía del Estrecho a su ‘gemelo’, el buque ‘Victoria’, el ‘Virgen de África’ arribó por primera vez al puerto ceutí el 9 de abril de 1953.
En el Plan de Nuevas Construcciones de la Empresa Nacional Elcano de la Marina Mercante venía reflejada la construcción de dos buques del tipo “H”, diseñados especialmente para la travesía del Estrecho de Gibraltar. En mayo de 1946, los astilleros de la Unión Naval de Levante iniciaron la construcción de ambos transbordadores.
En aquella época, los dos buques se caracterizaron por ser los primeros barcos construidos por astilleros nacionales.
La entrada de vehículos estaba situada en la popa, y contaban también de dos puertas en los laterales a través de las cuales se podía acceder por mediación de rampas. El garaje, con capacidad para cien vehículos, estaba adaptado para el transporte de material ferroviario, y por ello disponía de vías. Al objeto de facilitar la maniobralidad del buque se instalo un puente de control en la popa, aunque posteriormente se eliminó después de realizarse algunas modificaciones.
Además el ‘Virgen de África’ fue el primer buque español dotado con sistema de hélices variable, lo que permitía controlarlas directamente desde el puente de mando. Este sistema, que suponía una gran innovación técnica para aquellos tiempos, facilitaba las maniobras durante el atraque.
El 27 de mayo de 1952 con la presencia del por aquel entonces jefe del Estado, Francisco Franco; y los ministros de Marina, Obras Públicas e Industria se procedió a la botadura a la botadura del transbordador. El Obispo de Valencia bendijo el casco del nuevo buque, y la ceremonia fur amadrinada por Carmen Polo.
Superadas las pruebas oficiales, que se efectuaron los días 30 de marzo y 1 de abril de 1953, los astilleros de la Unión Naval de Levante hicieron entrega a la Empresa Nacional Elcano de la Marina Mercante. Días más tarde arribaba por primera vez al puerto ceutí. La compañía Trasmediterránea adquiría el ‘Virgen de África’ en calidad de arrendamiento.


Homenaje tras el viaje inaugural

El ‘Virgen de África’ se incorporaba a la línea del Estrecho de Gibraltar en sustitución del ‘Victoria’ que desde junio de 1952 venía realizando la travesía Ceuta-Algeciras. El viaje inaugural del ‘Virgen de África’ se efectuó el 12 de abril de 1953. Transcurrida apenas una semana, se celebraba un acto, presidido por las principales autoridades militares y civiles de la ciudad, con la participación del Tercio Duque de Alba y con el que de forma oficial se daba la bienvenida a este nuevo transbordador. Al acto acudieron, entre otros, el alto comisario de España en Marruecos y gobernador general de las Plazas de Soberanía, teniente general García-Valiño; el comandante general de Ceuta, Mohamed Mizzian; el vicario general de la Diócesis, Isidro Conde; el alcalde de Ceuta, Vicente García Arrazola. Decenas de ceutíes, ubicados en las inmediaciones del Muelle de España, fueron testigo de este homenaje.
En el puente de mando se procedió a la bendición de un óleo, obra del artista Modesto Gené, de la patrona de Ceuta, que posteriormente fue entronizado. Se interpretó el himno en honor a la Virgen de África, e inmediatamente el alcalde hacía entrega de un pergamino que fue colocado junto a la imagen de la patrona. En el mismo, además de hacer referencia al denominado “Convoy de la Victoria”, se podía leer lo siguiente: “En 23 de abril de 1952, la empresa Nacional Elcano, que proyectó este buque para el tráfico del Estrecho, acordó asignarle el nombre <> y matriculado en el puerto de Ceuta”. “En 24 de abril de 1953 – reflejaba el pergamino- el Ilustre Ayuntamiento de la Muy Noble, Leal y Fidelísima ciudad de Ceuta, donó la imagen de su Santísima Patrona, que se entronizó en solemne acto, quedando el barco bajo el patrocinio de tan Excelsa Patrona”.
El acto concluía con los discursos del alcalde de la ciudad, y el director del Instituto Nacional de Industria.
Dos años después de su incorporación a la línea marítima del Estrecho, la compañía Trasmediterránea adquiría, ya en propiedad, el buque, por que pagó una cantidad superior a los noventa millones de pesetas. El acto de entrega se realizó en Algeciras el 3 de agosto de 1955. La imagen externa del transbordador varió, eliminándose el negro del casco, y utilizándose únicamente el color blanco.

Otros servicios

A lo largo de las más de tres décadas que el ‘Virgen de África’ estuvo destinado a la zona del Estrecho de Gibraltar, prestó servicios de forma provisional, en varias ocasiones. En 1953, el ‘Victoria’ se reincorporaba a la línea Ceuta-Algeciras, circunstancia que provocó que el buque que portaba el nombre de la patrona pasara a cubrir durante algún tiempo la línea regular entre Algeciras y Tánger.
En 1960, el ‘Virgen de África’ realizó un viaje especial a Palma para transportar una serie de piezas pesadas cuyo destino era la central eléctrica de Mahón. También en 1962, efectuaba un viaje a Orán para embarcar a repatriados españoles que tuvieron que huir de Argelia, tras la crisis surgida en este país. Embarcaron un total de 2200 repatriados, que fueron trasladados al puerto de Alicante.


Último viaje

El 4 de abril de 1986 realizaba su última travesía entre ambas orillas. Los ceutíes, con su presencia en el puerto, le rindieron antes de partir un homenaje en forma de despedida. Posteriormente fue puesto en venta por parte de la compañía Trasmediterránea y adquirido por Agrupaciones y Servicios, empresa alicantina que pretendía convertirlo en un casino y sala de fiestas flotante. Fue rebautizado como ‘Africa’, pero tras permanecer algún tiempo atracado en el puerto de Alicante fue desguazado en 1989 en El Puerto de Santa María.
Debido a los años que estuvo operando en el Estrecho de Gibraltar, el ‘Virgen de África’ forma parte de la historia de muchos ceutíes, que aún a pesar del tiempo transcurrido aún recuerdan aquel buque, de silueta inconfundible, y que portaba en su proa el escudo de Ceuta. Para muchos, este transbordador es mucho más que un barco.


Características técnicas

Material del casco: Acero
Peso muerto: 1.195 t
Registro bruto: 3.392 t
Registro neto: 1.487 t
Eslora total: 103,64 m
Eslora e.p.p.: 95,10 m
Manga máxima: 16,57 m
Puntal de construcción: 7,29 m
Calado máximo: 5,11 m


Fotos: trasmeship


domingo, 23 de mayo de 2010

LA ESTRELLA DE ÁFRICA: UNA CERVEZA ‘MADE IN CEUTA’

Su sabor era inconfundible y exclusivo. La mítica cerveza ‘La Estrella de África’ o ‘Africa Star’ era un producto 100% ceutí, caracterizado por su calidad. Es por ello, por lo que la fábrica de cerveza, ubicada en la zona del Tarajal –donde actualmente se encuentra el Polígono Industrial ‘La Chimenea’- alcanzó un destacado nivel en el sector industrial cervecero, comercializando sus productos en Ceuta, Melilla y exportándolo a Marruecos y otros países extranjeros. La empresa ‘La Estrella de África S.A’ invirtió más de sesenta millones de las antiguas pesetas en la construcción y puesta en marcha de la fábrica. Disponía de los últimos medios tecnológicos y una capacidad para producir anualmente 200.000 hectolitros y el embotellado de 5000 envases por hora, pero la independencia de Marruecos, y por tanto la finalización del Protectorado Español motivó un importante cambio en las intenciones iniciales, al reducirse el mercado. Pese a todo, su producción ascendía a 50.000 hectolitros por año. Durante más de tres décadas fue el buque insignia de la industria ceutí, que con el paso de los años ha ido desapareciendo.

Obras
El 30 de marzo de 1955 tenía lugar el acto de bendición de los terrenos donde iría ubicada la fábrica. Al mismo, acudieron las primeras autoridades civiles y militares de la ciudad, que a su llegada fueron recibidos por el Consejo de Administración de la empresa, formado por el presidente Ignacio Coll; el vicepresidente, Demetrio Canceller Segura –ex ministro de Industria y Comercio-; los consejeros Alfredo Mahou de la Fuente, Francisco Terredia Junquera, Ernesto Weil, José María Codoniu Pallise, Eusebio Sanz Coll y Pablo Furriols Arderuis; y los gerentes Luís Puigjaner, Miguel Bosch y Alberto Mursolas.
El obispo de la Diócesis, Isidro Conde Conde, bendijo los terrenos, comenzando de modo oficial las obras de construcción de la nueva fábrica. Una vez finalizado el acto el salón del Trono del Palacio Municipal acogía una copa de vino español ofrecida por la empresa.

Inauguración
Apenas dos años después del inicio de las obras, el 23 de marzo de 1957, se producía la inauguración oficial de la fábrica de cerveza. De nuevo, los miembros del Consejo de Administración eran los encargados de recibir a las puertas del edificio a las autoridades. El acto fue presidido por el teniente general Alfredo Galera, gobernador general de los Territorios de Soberanía. En la sala de cocción se celebraba el acto de inauguración. Previamente el vicario general de la Diócesis, Isidro Conde Conde, bendecía el edificio. Posteriormente tomaba la palabra Ignacio Coll Castell, presidente del Consejo de Administración de ‘La Estrella de África S.A.’ , quien destacó la inversión económica realizada a la hora de dotar a la fábrica de los últimos medios técnicos, lo que suponía –dijo- que fuera la “mejor en España” y estuviera “a la altura de las mejores del extranjero”. Por su parte, el consejero y ex ministro de Industria y Comercio, Demetrio Canceller destacaba lo que para Ceuta y su economía podía significar la implantación de una industria cervecera, subrayando el importante capital invertido en un sector en el que, decía, “no hay privilegios” aludiendo a las exigencias que la propia empresa se iba a imponer al objeto de “perfeccionar el producto final” con vistas a “ofrecer el mejor servicio al cliente”.
Después de la intervención de Demetrio Canceller, se dirigió a los asistentes el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación. José María Baeza Huesca echaba una vista atrás y recordaba el avance de la economía local en las últimas décadas, citando el inicio de la construcción del puerto en el año 1912, y la evolución experimentada en la ciudad hasta llegar a contar con unas instalaciones industriales que “nadie creía podía hacerse en Ceuta”, por lo que afirmaba que “podemos estar orgullosos de ello”. El turno de intervenciones lo concluyó el gobernador general de los Territorios de Soberanía, quien una vez finalizado el acto y acompañado por los máximos dirigentes de la empresa, recorrió las instalaciones, recibiendo la oportuna explicación de su funcionamiento por parte de los técnicos en cada uno de los departamentos. Tras la visita firmó en el libro de oro, reflejando en el mismo lo siguiente: “Es mi orgullo, como español y gobernador general de las Plaza de Soberanía, desear muchos éxitos a esta incomparable empresa”.



Instalaciones
El emblemático edificio con su característica silueta constaba de nueve pisos. En la planta baja, entre otros departamentos, estaban situados los silos, donde se almacenaba la materia prima; la sala de calderas; el taller mecánico; la sala de máquinas y los hangares en los que se almacenaba la cerveza producida.
En la planta subterránea se encontraban los pozos de agua de los que se surtía la fábrica y una inmensa galería de tuberías por las que discurría la salmuela (agua con sal a -5 grados) que permitía mantener fría la cerveza que reposaba en las bodegas.
En la primera planta fue ubicada la sala de cocción; el laboratorio o la sala de tonelería en la que se construían de manera artesanal los barriles de madera hasta que posteriormente comenzaron a utilizarse los actuales barriles. También cabe destacar la sala de botellería, en la cual se embotellaba la cerveza después de un arduo proceso que se iniciaba con el lavado de los envases, continuaba con la esterilización de los mismos, debía superar un control de calidad antes del embotellado, y concluía con el taponado. En los primeros años el proceso de lavado era manual, por lo que se requería un importante número de trabajadores que fue disminuyendo con el paso de los años coincidiendo con la automatización del proceso. En la segunda planta se producía la fermentación. Los molinos se encontraban en el cuarto nivel. Varios almacenes, la sala de purificado, las oficinas y otros numerosos departamentos completaban las nueve plantas. Junto al edificio se encontraba otro elemento característico de la fábrica: la chimenea.

Problemas
En febrero de 1992, la empresa ‘La Estrella de África’ comienza a plantear la posibilidad de cesar la elaboración de cerveza y cerrar las puertas de la fábrica, poniendo fin a treinta y cinco años de producción. La decisión aún no estaba adoptada en firme, pero la dirección reconocía que la empresa venía cosechando pérdidas en los últimos años de forma consecutiva, por lo que los resultados económicos obligaban a buscar una solución. En 1989 el déficit ascendió a 2,4 millones de las antiguas pesetas; al año siguiente fue de 0,3 millones; y en el año 1991 las pérdidas aumentaron considerablemente hasta alcanzar los 16 millones de pesetas. Uno de los motivos que habían provocado esta situación financiera había sido, según ‘La Estrella de África’, la supresión del buque ‘Rosita Rey’ que con carácter semanal transportaba cerveza desde el puerto de Ceuta hasta el de Melilla, cerrándose de este modo un importante mercado con la ciudad hermana, en la que también se encontraba muy arraigada esta mítica cerveza. Por tanto, la producción se limitaba al consumo local. La intención era la de solicitar la regulación de empleo para sus cuarenta trabajadores.Cuando la empresa parecía abocada a un cierre irremediable, a finales del mes de marzo la Junta de Accionistas concedía una prórroga de seis meses antes de adoptar una decisión sobre el futuro de la empresa. El objetivo era reflotar la situación económica en este periodo de tiempo para evitar el cierre definitivo. El estado financiero de la empresa conllevaba una falta de inversión en la renovación de los equipos industriales, que poco a poco iban deteriorándose. Pese a todo, se apostaba por esta prórroga de seis meses en un intento por salvar la empresa. La medida adoptada también incluía la solicitud ante la Dirección Provincial de Trabajo de la aplicación de una regulación de empleo parcial, que afectaría a unos veinticinco trabajadores. Desde la dirección de la empresa se lamentaban del poco interés mostrado por las autoridades gubernamentales de la época por conocer la situación de la empresa u ofrecer alternativas que evitaran su desaparición. El número de empleados había descendido considerablemente en los últimos tiempos, por lo que las esperanzas de mantener abierta una de las pocas industrias que todavía permanecían en la ciudad se iban agotando, hasta que en el mes de octubre cesó la producción de cerveza. La empresa, antes del cierre definitivo, barajó la posibilidad de una reconversión: La intención era comercializar los productos del Grupo Damm, sociedad a la que pertenecía ‘La Estrella de África S.A.’, pero finalmente esta opción no fructificó, y la fábrica de cerveza cerraba sus puertas, poniendo punto y final al que era el buque insignia de la industria ceutí.

Demolición
El 13 de mayo de 1994, dos años después de su cierre, el emblemático edificio de la fábrica de cerveza era demolido, llevándose consigo treinta y cinco años de historia. La empresa Volconsa fue la encargada de la demolición, en la que se utilizaron 200 kilos de dinamita plástica –Goma 2- y 1500 detonadores. En cuestión de segundos el lugar quedaba envuelto en una intensa nube de polvo que escondía los escombros en los que había sido convertido el inmueble. Sin embargo, la chimenea no fue destruida, permaneciendo intacta algún tiempo, hasta que finalmente también fue eliminada, desapareciendo de este modo el último símbolo de la fábrica. Concluía una etapa, pero se iniciaba otra nueva en el sector empresarial de la ciudad, puesto que en el solar donde estaba ubicada la industria cervecera se construiría posteriormente el actual polígono industrial, al que se le denominó ‘La Chimenea’, en honor a tan característico símbolo que durante casi cuatro décadas formó parte del paisaje en la zona del Tarajal.

Testimonio
Miguel López aún recuerda aquella antigua fábrica de cerveza y lo que significaba para los ceutíes. Guarda muy buenos recuerdos de una empresa que formó parte de su vida. De hecho, entró a trabajar como aspirante a administrativo cuando contaba con tan sólo quince años. Fue testigo no solamente de los inicios de la industria, sino también de sus últimos momentos. En el año 1992 cuando ‘La Estrella de África S.A.’ decidía clausurar su actividad, desempeñaba el cargo de apoderado. En el recuerdo mil y una vivencias en una empresa que “era un símbolo para todos los ceutíes”, explica Miguel López quien, antes del cierre definitivo de la fábrica, grabó en video el interior de sus instalaciones. Unas imágenes –un auténtico tesoro- que también recogen el momento de la demolición del edificio, y que aún le provocan cierta emoción cuando las visiona: “Han pasado casi veinte años, pero no puedo evitar emocionarme. Todavía me acuerdo de todos los buenos compañeros y amigos. Entre todos juntos hicimos la Estrella de África”. Guarda un muy buen recuerdo de todos ellos, especialmente de Jorge Sabater, al que “estoy profundamente agradecido”, matiza.
Para Miguel López, el sabor de la cerveza ‘Africa Star’ era especial: “Era un producto caballa, algo tan nuestro que tenía un sabor diferente. Los peninsulares se quedaban asombrados”. Pero, ¿dónde estaba la clave de ese sabor único?. Miguel López, no lo duda: “En la calidad de la materia prima, porque se adquiría en diferentes lugares del mundo, siempre en los mejores y esto hacía que la cerveza no sólo destacara por su sabor sino también por su calidad”.
La empresa concedía diariamente a los trabajadores un litro de cerveza. “Las botellas llevaban inscritas la numeración de cada trabajador, y en la vitrina recogíamos antes de salir nuestro litro de cerveza”, rememora López, que también recuerda las numerosas visitas guiadas que se producían por las instalaciones de la fábrica por parte de cientos de escolares que presenciaban ‘in situ’ la elaboración y embotellado de la cerveza. Despertaba tanto interés que en una ocasión, explica Miguel López, “visitaron la fábrica los jugadores del Athletic de Bilbao. Iban a jugar contra el Ceuta, y solicitaron visitar la fábrica”.
Cualquier material relacionado con la cerveza ‘África Star’ supone un objeto muy preciado por los coleccionistas. Banderines, chapas o etiquetas son actualmente comercializadas a través de Internet, aunque el producto estrella son las botellas, por las que se llegan solicitar importantes cantidades. La cerveza ‘África Star’ o ‘La Estrella de África’ despertaba la admiración de todo aquel que la bebía. Su calidad hacía de ella, una cerveza irrepetible. Una cerveza ‘made in’ Ceuta.