El Ceuta no encajó su
primer gol de la temporada hasta la decimocuarta jornada, en la que empataba a
un tanto en el feudo de la Balompédica Linense. Hasta entonces, había cosechado
seis triunfos (Algeciras CF, Lorca Deportiva, Albacete Balompié, Granada CF,
Polideportivo Almería y CD Olímpic) y siete empates (Hércules CF, Levante UD,
Nules CF, CD Alcoyano, Atco. Sanluqueño, CF Gandía y Villarreal CF). Tras catorce jornadas de liga, la extinta AD
Ceuta ocupaba la segunda posición con 19 puntos, uno menos que el Levante,
líder del grupo IV.
En la decimo tercera
jornada, la AD Ceuta se medía en el estadio ‘Alfonso Murube’ al CD Olímpic. Si
Manuel López ‘Manolo’, que sumaba 1080 minutos imbatido, conseguía mantener su
portería a cero durante los primeros sesenta y dos minutos, ya lograba superar
la marca del italiano Dino Zoff. Algo que consiguió con creces, puesto que el
choque finalizaba con victoria ceutí por dos goles a cero. El guardameta
grancanario, que oficialmente se había convertido en el cancerbero que más
tiempo había logrado mantener imbatida su meta, no sólo había superado el
récord, sino que lo establecía en 1.170 minutos. El logro del guardameta
de la AD Ceuta obtuvo una importante repercusión mediática. Incluso se ofrecían
premios al futbolista que consiguiera anotarle el primer gol de la temporada.
Algo que tarde o temprano tenía que ocurrir. Y sucedió en la siguiente jornada,
frente a la Balompédica Linense. Aquel 4
de diciembre de 1988, Manuel López Santana saltaba al terreno de juego del
Municipal Linense con la intención de aumentar el registro. Y lo consiguió,
fijándolo en 1.223 minutos.
El Ceuta ponía en liza el siguiente once inicial: Manolo, Lozano, Ondina, Quintero, Gambín, Pozo, Ito, Ocenda, Miguel, Antelo y Barrientos. En el minuto 77 Mané sustituía a Ito.
En el minuto 8 de la segunda parte llegaba el tanto de la Balompédica.
Fue una jugada desafortunada para el
equipo blanco, puesto que fue un jugador de la AD Ceuta quien introdujo el
balón en la portería defendida por ‘Manolo’. El lanzamiento de Alonso tocó en
Ondina, quien desviaba la trayectoria del balón. La estirada del guardameta
canario no evitó el tanto que suponía poner fin a su imbatibilidad. El encuentro
finalizaba con empate a uno, y pese a todo, el Ceuta mantenía su condición de
invicto después de catorce jornadas disputadas. Más de dos mil aficionados
ceutíes que se desplazaron hasta la Línea de la Concepción fueron testigos
directos de aquel partido, en el que se ponía fin a una gesta que quedó grabada
con letras de oro, no solamente en la historia del fútbol ceutí, sino también a
nivel nacional.
El Ceuta ponía en liza el siguiente once inicial: Manolo, Lozano, Ondina, Quintero, Gambín, Pozo, Ito, Ocenda, Miguel, Antelo y Barrientos. En el minuto 77 Mané sustituía a Ito.
En el minuto 8 de la segunda parte llegaba el tanto de la Balompédica.
Así explicaba Manuel
López Santana, nada más terminar el partido y ante las cámaras de TVE, el gol
que había supuesto poner fin a su imbatibilidad: “Una jugada sin peligro.
Tropezó en un compañero y el balón se metió por el lado contrario. Son jugadas
de fútbol y hay que aceptarlas”.
24 años después
Ha transcurrido casi un
cuarto de siglo, pero Manuel López Santana no ha olvidado su paso por la
extinta AD Ceuta: “Son de esas experiencias que quedan marcadas para siempre,
pero no solamente en lo personal, sino también a nivel de equipo, porque aquel
grupo de futbolistas obtuvo un importante reconocimiento a su trabajo”.
El record nacional de
imbatibilidad en España estaba fijado en 810 minutos. La posibilidad de que se superara
este registro generó que el nombre de ‘Manolo’ y del Ceuta comenzara a estar
presente en los principales medios de
comunicación del país: “Son situaciones que se fueron dando sin pensar en
ningún record. Íbamos sumando partidos sin encajar un gol, hasta que los medios
informativos comenzaron a destacar que podía batir un record nacional”. Es en
ese momento -reconoce Manuel López Santana- cuando el equipo “comenzó a
marcarse el reto no solamente de ganar los partidos, sino también de acabarlos
imbatidos, y tuvimos la suerte de llegar a la decimocuarta jornada sin encajar
un gol. La temporada comenzó la primera semana de septiembre y mantuvimos la
portería a cero hasta el 4 de diciembre”.
Aquel día, frente a la
Balompédica Linense, según Manuel López Santana faltó “la suerte que nos había
acompañado en otros partidos. En Alcoy nos tiraron un penalti, el árbitro lo
mandó a repetir y después lo fallaron. Recibimos varios palos, pero la fortuna
a veces sonríe y otras el infortunio provoca situaciones como la que vivimos en
aquella ocasión, al encajar un gol en propia puerta; pero son las
circunstancias del fútbol”.
‘Manolo’ aún recuerda la
jugada que supuso poner punto y final a su imbatibilidad: “Fue un golpeo de
Alonso desde fuera del área; el compañero Ondina salió para tapar, pero el balón
tocó en su espalda y esto hizo que cambiara la trayectoria de la pelota”.
Superar, primero el
record nacional y posteriormente la marca de Dino Zoff, se convirtió en un reto
del todo el equipo: “Todos nos ilusionamos. El record era personal, pero
también mérito del todo el equipo. Había un gran grupo y toda la plantilla nos
ilusionamos por conseguir algo importante para la ciudad, para el club y para
los ceutíes”.
Con la visión que da el
paso del tiempo, para ‘Manolo’ “no sólo tuvo valor el record, sino todo lo que
supuso personalmente para mí; para el equipo y para la ciudad”.
El record de Dino Zoff fue
superado, y se establecía una nueva marca. Se había logrado un reto, pero el
equipo se propuso otro objetivo: “A partir de ahí nos marcamos intentar llevar
al Ceuta a 2ªDivisión. Y no lo conseguimos por muy poco. Éramos como una
familia y esa buena armonía que existía en el vestuario nos motivó durante toda
la temporada para conseguir nuestra gran meta, pero el Levante fue más regular,
y al final logró el ascenso”.
Manuel López Santana
fichó por la ya desaparecida AD Ceuta poco antes del comienzo de la temporada.
Llegó procedente de la UD Las Palmas, club que había descendido a Segunda
División. Su fichaje sorprendió, puesto que apenas dos meses antes había sido
titular en la máxima categoría; pero después de diez años en el club canario,
se vio obligado a abandonar el conjunto amarillo: “Las Palmas acababa de
descender y se produjo una reestructuración en el club. Tuve opciones de fichar
por el Betis o el Valladolid, pero no puse mucho interés porque mi intención era
renovar por Las Palmas. Al final no pudo ser y cuando quedaba poco para empezar
la temporada surgió la posibilidad de fichar por el Ceuta”. Haber jugado en
Primera División y fichar por un equipo de 2ª B podía -al menos desde fuera-
entenderse como un importante paso atrás en su carrera, pero ‘Manolo’ recaló en
el club ceutí con una clara intención: “Tenía 27 años y quería jugar; competir
y demostrar que podía tener hueco en la élite”. Y no tardó mucho en cumplir su
objetivo. Su magnífica temporada en la AD Ceuta despertó el interés de varios conjuntos
de Primera División. Entre ellos, el CD Tenerife. Allí recaló tras su paso por
el cuadro caballa, y allí vivió los momentos más importante en la historia del
cuadro tinerfeño: “Tuve la oportunidad de jugar la eliminatoria europea frente
a la Juventus; dos semifinales de Copa del Rey;
o vivir los dos partidos contra el Real Madrid en aquellas finales de
liga históricos en los que se jugaban la Liga. Fueron cinco años en Primera
División, en los que coincidí con jugadores muy importantes”.
Tras su exitoso paso por
el CD Tenerife, Manuel López Santana regresó en 1994 a la UD Las Palmas,
equipo que por aquel entonces militaba en 2ª División B. Allí, en el club de
toda su vida, permaneció tres temporadas hasta que en 1997 decidió retirarse.
En la temporada 2006/2007 entrenó al Arucas CF, y posteriormente regresó a la
UD Las Palmas para hacerse cargo del segundo equipo juvenil. Actualmente reside
en su tierra natal –Arucas-, donde ostenta el cargo de concejal de Seguridad
Ciudadana y Protección Civil, Festejos y Deportes.
‘Manolo’ –conocido también como el ‘gato de
Arucas- asegura que lleva a Ceuta y al club “en el corazón”, y afirma que
“siempre estaré agradecido porque me ayudó regresar a la élite. Tanto mi
familia como yo nos sentimos muy queridos. Fue una experiencia inolvidable que
guardamos de forma especial. El Ceuta es una parte importante en mi carrera”,
reconoce Manuel López Santana, quien no duda que aquella temporada fue “un año
extraordinario”.
Casi un cuarto de siglo
después de haber dejado Ceuta rumbo a Tenerife, ‘Manolo’ no ha regresado a la
ciudad, pero “queda pendiente una visita porque tengo ganas de reencontrarme
con viejos amigos”. De todas formas,
afirma que “a través de internet he podido comprobar el importante cambio de la
ciudad con respecto a 1988. Hay mejores infraestructuras y más calidad de vida
que la que había entonces”.
Prensa
El periodista ceutí
Rafael Peña, que cubrió aquel partido como corresponsal de ‘El Faro de Ceuta’ junto
al fotógrafo Nicolás Molina ‘Nicol´s’, recuerda que el partido frente a la
Balompédica Linense había generado “mucha expectación, pero no sólo por el
record de Manolo, sino también porque el equipo permanecía invicto desde
principios de temporada. Fue un partido vibrante y más de la mitad del aforo del
estadio se cubrió”.
A esto contribuyeron los
más de dos mil aficionados ceutíes que presenciaron el choque: “El ambiente fue
espectacular, un derbi del Estrecho de los de aquella época”, explica Rafael
Peña, quien no ha olvidado la reacción de Manuel López Santana cuando encajó el
tanto en propia puerta, y que supuso poner fin
a su record: “Manolo no paró de dar ánimos a la defensa, sobre todo a
Ondina, y al equipo porque, aunque ese gol significaba el empate a uno, parecía
que el equipo iba perdiendo”. Actitud que no sorprendió al periodista, ya que
“no solamente antes de comenzar el partido, sino mucho antes ya se había
encargado de decir que era un record que algún día tenía que acabar, que era
una cosa muy bonita, pero que el equipo se tenía que concentrar en seguir esa
buena trayectoria. Se tomó con bastante deportividad el gol, anteponiendo los
intereses del equipo a los personales”.
Lo que sí le llamó la
atención a Rafael Peña fue la celebración de la afición linense cuando su
equipo batía a ‘Manolo’: “Parecía que el estadio de La Línea acogía una final
de la Copa de Europa, por cómo se había festejado el gol”. En cuanto a la figura del cancerbero canario,
el periodista destaca que “era un jugador que tenía los pies en el suelo y muy
cercano. No se le subió a la cabeza el record, y siempre atendía con mucha
amabilidad a los aficionados y a la prensa”. Algo en lo que coincide el también periodista
Juanma Navas, quien asegura que ‘Manolo’ se convirtió en un ídolo para la
afición: “Era un guardameta con una gran agilidad, con grandes reflejos; y los
seguidores del Ceuta cuando venían al ‘Alfonso Murube’ supieron valorar todas
esas cualidades”. Para Navas, el trabajo diario; la calidad y el compromiso de
Manuel López Santana fueron clave en la consecución del record: “No fue fruto
de la casualidad. Era un hombre que en los entrenamientos se machacaba; que
trabajaba como el que más y luego eso se reflejaba en el terreno de juego. Era
también un equipo organizado, defensivamente muy fuerte, y eso le hizo estar
tantas jornadas sin encajar un gol, y poder superar ese record de
imbatibilidad. Esa temporada Manolo dejó el sello de un gran guardameta”.
Juanma Navas narró para
la antigua ‘Radio Perla’ –hoy Onda Cero- el choque frente a la Balompédica
Linense, y aún guarda en su memoria la jugada: “Fue un gol en propia puerta,
tras desviar Ondina un disparo de Alonso. De todas formas se sabía que antes o
después el Ceuta encajaría un gol. Era imposible mantenerlo muchas más
jornadas. Fueron muchos partidos con la portería a cero, y eso era muy
importante para un equipo que aspiraba al ascenso de categoría, pero al que le
faltaba gol”
Record superado
En el año 1991, Abel
Resino, guardameta del Atlético de Madrid superaba la marca de ‘Manolo’,
estableciendo el nuevo récor de imbatibilidad en el fútbol español en 1275
minutos. Permaneció imbatido desde el 25 de noviembre de 1990 hasta el 17 de
marzo de 1991, al encajar un tanto del entonces jugador del Sporting de Gijón,
Luís Enrique. El record europeo lo ostenta Dani Verlinden, jugador del Club
Brugge KV (Bélgica) quien logró en 1990 fijar la marca en 1.390 minutos. El
cancerbero Edwin Van der Sar se quedó
muy cerca de batir ese record al permanecer 1.311 minutos imbatido. A nivel
mundial, el guardameta brasileño Mazorapi, del Vasco de Gama, mantuvo su portería a cero durante 1.816
minutos. En la página web uefa.com figuran los diez mejores registros europeos
de imbatibilidad. Curiosamente no viene recogida la marca de Manuel López
Santana.
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