martes, 5 de agosto de 2025

A CEUTA: HISTORIA DE UNA SEVILLANA


“Dios hizo una perla,

chiquitita y juguetona,

marinera y española,

la dejó en Andalucía,

y la regó con sus mares,

¡Ay, Ceuta mía!”

Así comienza una sevillana dedicada a Ceuta, quizás una de las más bonitas que se han escrito en honor a la tierra caballa, y que describe perfectamente a una ciudad que no pertenece a Andalucía, pese a que en su día formar parte de ella; pero que, en muchos aspectos, tiene una esencia o influencia andaluza. Y eso es lo que quiso reflejar el autor en el estribillo:

[…] Ceuta también es Andalucía,

y la baña el mismo sol,

me encanta la tierra mía,

que llevo en el corazón […]

¿Por qué una sevillana dedicada a Ceuta?

La canción titulada ‘A Ceuta’ fue interpretada por ‘Los de Sevilla’, grupo muy conocido en una época (años 80) en la que las sevillanas experimentaron un boom con la aparición de numerosos grupos y solistas, aunque la trayectoria musical de ‘Los de Sevilla’ comenzó en la década de los 70.  La sevillana que protagoniza este reportaje fue incluida en un L.P. editado en el año 1987, en un recopilatorio titulado “Sevillanas 87”, aunque curiosamente en la parte inferior derecha de la portada figura el texto “A Ceuta”. Al igual que ocurre en el título que viene escrito en la contraportada. Llama la atención que se destaque a Ceuta porque en el disco de vinilo sólo hay una sevillana dedicada a la ciudad norteafricana. Los otros nueve temas restantes son canciones que nada tienen que ver con Ceuta, pero sin embargo, en la portada, en la que aparecen dos fotografías del grupo y sendas imágenes de la Torre del Oro y de la Giralda, el resto de imágenes son vistas de Ceuta, formando un collage.

¿Quién es el autor?

En los datos de la Biblioteca Nacional de España, donde se conserva un ejemplar en formato casete, sólo figura registrado como autor, el nombre del grupo; mientras que en la gran mayoría de canciones sí queda plasmado el nombre del creador tanto de la música como de la letra. En la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) están guardados todos los autores de cada una de las canciones, aunque por la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) fue imposible acceder a los mismos. Por lo que, la única referencia sobre la autoría de la sevillana ‘A Ceuta’, se puede apreciar en la contraportada del disco, pero omitiendo los nombres de pila: M. Barragán como compositor de la música y M. Barragán como autor de la letra. Tras mucho indagar, se pudo llegar a la conclusión que se trataba de Agustín Barragán, componente del grupo ‘Los de Sevilla’ y su hermano Manuel, que no pertenecía al mismo.

Y si llamativo es el protagonismo de Ceuta en la portada, incluyendo el L.P. sólo una canción dedicada a la, hoy, Ciudad Autónoma; más lo es que el autor de la letra escribiese una letra tan perfectamente descriptiva sin haber visitado nunca Ceuta. Así lo reconocía Manuel Barragán en una entrevista concedida a Radio Ceuta de la Cadena SER: “Yo conocía Ceuta mucho de oídas porque mi mujer es de allí, tenía también varios familiares, entre ellos el tío Pepito -se refiere a José Royuela-, que tuvo la cafetería Hollywood, y que era muy conocido en la ciudad. Montaba una caseta en la feria, y llevaba a grupos de sevillanas. Contrató a ‘Los de Sevilla’ que estuvieron varios años cantando allí”.

Sus frecuentes visitas y actuaciones en Ceuta generaron un importante vínculo sentimental entre los integrantes del grupo y la ciudad. Esa estrecha unión hizo que a su hermano, Agustín Barragán, un día se le ocurriera “hacer una sevillana -explica Manuel- sobre Ceuta, ensalzando lo bueno que tenía, que no era poco”.

Fue entonces cuando encargaron a Manuel Barragán escribir una sevillana dedicada a Ceuta: “La escribí sin haber ido nunca a Ceuta, pero documentándome por mi tío Pepito, por mi mujer y por la gente que la conocía. Era y es una ciudad andaluza por sentimiento, pero que, en aquella época, era andaluza administrativamente también porque en muchos aspectos pertenecía a la provincia de Cádiz. Y bueno, más o menos pude transmitir lo que era Ceuta, su gente, sus playas, su feria, su faro, su muralla real y todos los temas. Y entonces escribí la sevillana, que en Sevilla pasó un poco desapercibida, pero, que en Ceuta, por lo menos en aquella época, se convirtió en un himno”.

De hecho, recuerda, que “algunas academias de baile la tenían como sintonía para estudiar los bailes de sevillanas. La verdad -continua- es que allí en Ceuta gustó mucho”.

En cuanto al proceso de creación de la sevillana titulada ‘A Ceuta’, Manuel se sincera y asegura que hubo una significativa diferencia con respecto a otras muchas canciones que escribió en aquella época: “Las sevillanas que yo hacía no eran por encargo. Elegía los temas que se trataban en las canciones, las escribía y entonces las ofrecía a los grupos, a ver quién la quería cantar, pero ésta no, ésta fue por encargo. Y pocas cosas he hecho por encargo así, con tantas ganas. Porque ésta la hice con muchísimas ganas y aunque no haya estado nunca en Ceuta, la verdad es que le tengo bastante aprecio, sobre todo por la gente de Ceuta y siempre pensando en que gustara tanto allí. Yo me dedicaba casi exclusivamente a escribir sevillanas, después ya he hecho otras cosas y demás, pero para mí fue un hito importante hacer esta sevillana a Ceuta. Había escrito sobre el Rocío y había dedicado canciones a las ferias de Sevilla, a las diferentes ferias de Andalucía, pero a Ceuta no la había hecho nunca nada y para mí fue una maravilla el poder tener la oportunidad de hacerla y de que se cantara y se conociera mi trabajo”.


Los de Sevilla

En el momento en el que se grabó la sevillana dedicada a Ceuta, ‘Los de Sevilla’ estaba formado por Agustín Barragán, Antonio Carreño, Fernando Guzmán y ‘Pele’, aunque inicialmente hubo otros componentes, siendo los dos primeros, junto a Manuel Roca, Antonio Franco y Manolo Río, quienes crearon el grupo a mediados de los años 70, introduciéndose, según viene recogido en el libro ‘A mal tiempo Sevillanas: La enciclopedia de las Sevillanas’ (Francisco Javier Montiel Guerra) “en el género de las sevillanas y las rumbas con un estilo muy flamenco definido”. La citada obra los define como “uno de los grupos más flamencos que tuvo las sevillanas en los años 80”. Otro de los aspectos por los que se caracterizó ‘Los de Sevilla’ fue que “siempre denunció las desigualdades sociales en sus discos y supo defender con sus temas al obrero y al campesino”.

El grupo alcanzó una gran popularidad en la década de los 80 tanto en Sevilla, como en toda Andalucía e incluso “fuera de España”, enfatiza Manuel Barragán. Afirmación que coincide con lo publicado por Francisco Javier Montiel en ‘A mal tiempo Sevillanas: La enciclopedia de las Sevillanas’, que asegura que “dada la calidad de sus voces y a la gran cantidad de seguidores que tuvieron, la mayoría de los grandes autores se pusieron a su disposición. Entre esa variedad de autores podemos destacar a Manuel Melado, Antonio García Barbeito, José Manuel Gil Buiza, Antonio Rodríguez Ferreras, José Miguel Evoras, Isidro Muñoz, Aurelio Verde, José Manuel Moya, Alfonso Sánchez. José Padrós o los hermanos Carlos y Luis Baras”.

Fueron numerosas las canciones grabadas y los éxitos cosechados, y es que, recuerda Manuel Barragán “en aquella época los grupos de sevillanas proliferaban, las casas discográficas lo veían como una buena inversión, un buen negocio, y los apoyaban, cosa que después con los cambios de tendencias musicales y demás hicieron que aquellos grupos de sevillanas decayeran, las casas discográficas ya no los apoyaban y entonces se fue perdiendo ese boom, pero eran tiempos en los que la sevillana estaba muy cotizada y estaba muy bien vista”.

Y no sólo en el género de las sevillanas destacó ‘Los de Sevilla’, también lo hizo en estilos musicales como pasodobles, fandangos, vals y rumbas. En 1987, llegaron a grabar dos discos: ‘A Ceuta’ y ‘A por rumbas’. Éste último con arreglos de Jesús Bola y con una cara de versiones y otra con temas inéditos. Precisamente, este fue el último trabajo discográfico publicado.

Manuel Barragán aún tiene pendiente un viaje a Ceuta para conocer ‘in situ’ la ciudad sobre la que tan acertadamente escribió hace casi 40 años: “Ya tengo edad para haber ido, pero aunque soy mayor, algún día me lo planteo y voy. Ya murió Pepito, los hijos tampoco están por allí y ya tenemos mucha menos unión con Ceuta”.

Sobre el fin del grupo, Manuel Barragán explica que “en un momento dado, cuando empezó a decaer el boom de las sevillanas, pues cada uno fue cogiendo un camino. Mi hermano y otro más del grupo hicieron un dúo y estuvieron unos cuantos de años trabajando. Los demás, más o menos lo mismo. Uno se metió en otro grupo, otros ya dejaron el tema de la música. Ya triunfaban otros tipos de música y hubo muchísimos grupos que desaparecieron, entre ellos ‘Los de Sevilla’”.

Fue el fin de una historia musical que dejó como legado rumbas y sobre todo, sevillanas. Una dedicada a Ceuta, esa ciudad que “también es Andalucía”.



domingo, 11 de mayo de 2025

25 DE MAYO DE 1980: EL ÚLTIMO ASCENSO A SEGUNDA DIVISIÓN


Hace unos meses, la Agrupación Deportiva Ceuta iniciaba una nueva temporada con la ilusión lograr el ascenso a Segunda División A. 45 años han transcurrido desde que los aficionados ceutíes celebraron por última vez un salto de categoría a lo que actualmente es la Liga Hypermotion. Fue en la temporada 1979-1980 cuando la extinta Agrupación Deportiva Ceuta, plagada de canteranos, daba el salto de categoría. Hasta ocho jugadores ceutíes pertenecían a aquella histórica plantilla. Almagro, Juanma, Cherino, Lolo y compañía formaban parte de aquella buena hornada de futbolistas caballas, que hizo vibrar a una afición, que aún hoy recuerda aquel inolvidable 25 de mayo de 1980. El club ceutí estaba presidido por Rafael Montero Palacios y dirigido en el banquillo por José Luís Fuentes.

Por aquel entonces la 2ª División B estaba compuesta por dos grupos de 20 equipos cada uno. Ascendían a Segunda División A de forma directa los dos primeros clasificados de cada grupo.

A falta de dos jornadas, en el grupo II, Calvo Sotelo, AD Ceuta y Linares CF mantenían opciones de lograr el salto de categoría. Los tres conjuntos llegaban a la recta final del campeonato separados tan sólo por un punto. La clasificación estaba liderada por el Calvo Sotelo (45 puntos y 9 positivos). La AD Ceuta ocupaba la segunda posición (45 + 9 ), seguido del Linares CF (44 + 8).

Ascenso en el ‘Alfonso Murube’

25 de mayo de 1980. Penúltima jornada de liga. La Agrupación Deportiva Ceuta recibe la visita del Gerona CF en el estadio ‘Alfonso Murube’, que registra un lleno absoluto. Miles de aficionados apoyan al equipo blanco que, debía ganar, para depender de sí mismo en la última jornada. Una hipotética derrota, y la victoria de sus rivales directos en la lucha por el ascenso le hubiera situado en tercera posición, con opciones de ascender, pero dependería de otros resultados. La victoria era, por tanto, fundamental.

El equipo blanco no falló y se impuso por un gol a cero. Pepe Almagro anotaba en el minuto 26 el tanto de la victoria. El jugador ceutí botaba una falta cometida sobre Cherino. El balón tocó en la barrera, y descolocó a Álex, guardameta del Gerona CF. El tanto de Pepe Almagro propiciaba no solamente el triunfo, sino también el ascenso a Segunda División, puesto que el Calvo Sotelo caía derrotado (1-0) en el feudo del San Andrés. Una vez logrado el ascenso, la Agrupación Deportiva Ceuta cerró la temporada enfrentándose a domicilio al RC Portuense. Del grupo II, junto al conjunto ceutí, ascendió el Linares CF.

En aquel partido histórico, el técnico José Luís Fuentes puso en liza el siguiente once inicial: Cervantes, Cherino, Gil, Malavert, Almagro, Villalustre, Juanma, Lolo, Benítez, Aramburu y Luis Kubalita. También jugó Machete.


Pepe Almagro

El autor del gol que supuso el ascenso de la Agrupación Deportiva Ceuta a Segunda División A asegura que recuerda el tanto como “si hubiese sido ayer”, ya que “es imposible olvidar la alegría de ese público, esa afición que llenó el estadio para ver ascender a su equipo”. “Una falta que le hicieron a Cherino, -prosigue Pepe Almagro-tuve la suerte de lanzarla. El balón tocó en un defensa, desviando la trayectoria del lanzamiento. El portero se tiró hacia el lado izquierdo y la pelota entró por el lado derecho. ¡Parece que lo estoy viendo!”, exclama.

Una vez finalizado el encuentro, los jugadores permanecieron sobre el terreno de juego del Alfonso Murube pendientes de lo que hiciera en Calvo Sotelo: “Estuvimos un rato en el campo. La gente no se iba del estadio. Todos estábamos con los transistores, y cuando escuchamos los resultados, se produjo la explosión de júbilo. Recuerdo que subimos al palco a celebrarlo con nuestro presidente. En los vestuarios se vivió el ascenso con mucha alegría. Era una euforia indescriptible”.

Uno de los aspectos más destacados de aquel equipo que logró el ascenso era el importante número de canteranos que conformaban la primera plantilla. Circunstancia que provocaba que la “afición se volcara con el equipo”, explica Almagro, quien afirma que “esa temporada coincidimos hasta ocho futbolistas de Ceuta, y además jugábamos asiduamente, por lo que los aficionados estaban totalmente identificados con el equipo”.

Pepe Almagro considera que actualmente “y con todo el dolor de mi corazón es muy difícil que el primer equipo pueda contar con varios canteranos”, y recuerda que “el trabajo que hacían clubes como O’Donnell, Imperio o Ceutí era muy importante. Jugar en el Ceuta era la recompensa para los jugadores de la ciudad, y para algunos el trampolín para militar en categoría superior”.


Historia Agrupación Deportiva Ceuta

La Agrupación Deportiva se funda oficialmente en el año 1969. En aquellos tiempos el fútbol ceutí vivía un importante declive. Ceuta contaba únicamente con un equipo en categoría nacional. El Atlético de Ceuta, recién descendido de Segunda División A, militaba en Tercera División, pero debido a una próxima reestructuración de la categoría, cabía la posibilidad que Ceuta no contara con ningún equipo en categoría nacional. Ante esta situación, José Benoliel inicia conversaciones con las directivas del Ceutí y Atlético de Ceuta para que sus equipos de aficionados –Regional Preferente- se fusionen. Tras largas negociaciones se aprueba en una asamblea, en la que participan los socios de ambos clubes, la fusión de los dos equipos de aficionados. El Atlético de Ceuta mantendría su primer equipo en categoría nacional.

Gracias a esa fusión, nace la Agrupación Deportiva Ceuta, que compite oficialmente por primera vez en la temporada 1969-1970. Esa misma campaña se proclama campeón de la Regional Preferente. En la eliminatoria de ascenso frente al campeón melillense, el Ceuta se mide al CD Schweppes, logrando el ascenso a Tercera División, gracias al valor doble de los goles marcados a domicilio. El club melillense presentó una reclamación, y esto provocó que a principios del mes de septiembre de 1970, y cuando restaba tan sólo una semana para el comienzo de la nueva temporada, se disputara un partido de desempate en un campo neutral. El encuentro se disputó en Sevilla. El Ceuta, que contaba con una plantilla para militar en Tercera División, superó al CD Schweppes, y confirmaba su participación en categoría nacional. Después varias campañas militando en Tercera División, la Agrupación Deportiva Ceuta consigue en la temporada 1976-1977 el ascenso a 2ª División B, categoría en la que permanece de forma consecutiva hasta el año 1980, en el que logra el ascenso a 2ª División A. Su paso por la categoría de plata del fútbol español fue fugaz, regresando una temporada después a 2ª División B, donde milita otras nueve temporadas hasta que en la campaña 1990-1991 los problemas económicos provocan su desaparición.

Aquel 25 de mayo de 1980 se vivió una auténtica fiesta futbolística. Esperemos que la Agrupación Deportiva Ceuta celebre un nuevo un ascenso a Segunda División, escribiéndose con letras de oro una nueva página de la historia del fútbol ceutí. 

sábado, 2 de noviembre de 2024

domingo, 28 de julio de 2024

sábado, 9 de marzo de 2024

OTROS ‘HACHOS’

Si buscamos en el diccionario de la Real Academia Española la palabra “Hacho”, la RAE recoge varias acepciones: “Manojo de paja o esparto encendido para alumbrar”, “Leño resinoso o bañado en materias resinosas, usado para alumbrar” o “Sitio elevado situado en la costa, desde donde se descubre bien el mar y desde el cual se hacían antiguamente señales con fuego”. Esta sería la definición que mejor se adaptaría a la hora de encontrar las razones del nombre del popular y emblemático monte Hacho en Ceuta, coronado desde hace siglos por su gran fortaleza. Pero también explicaría el por qué existen en diferentes puntos de la geografía nacional otros muchos montes con ese mismo topónimo.

En cuanto a la historia de la denominación del monte Hacho de Ceuta, José Manuel Pérez Rivera, arqueólogo y presidente de la Asociación Septem Nostra explica que “en la época medieval la referencia aparece como ‘Almina’ y no es hasta el siglo XVIII cuando a este promontorio se le conoce con el topónimo de Hacho o Acho”.

“La Almina –añade Pérez Rivera- queda reservada en el siglo XVIII para el espacio entre el foso seco y la cortadura del Valle; y el Hacho permaneció con esta denominación”.

Para el presidente de Septem Nostra, la definición de Hacho recogida en la RAE “encaja a la perfección con nuestro mítico monte”. 

En este reportaje no les vamos a proponer dar la vuelta al Hacho, algo muy frecuente en Ceuta, pero sí conocer otros montes o cerros ‘Hacho’ existentes en otros lugares. Un colegio, una localidad, varios cerros, urbanizaciones y hasta un puente, comparten nombre con uno de los símbolos de Ceuta. Existen más topónimos de los que podamos imaginar. Recopilamos algunos de los otros montes ‘Hacho’ localizados en otros puntos de la geografía nacional, principalmente en Andalucía.

Álora (Málaga)

Una de las características del monte Hacho en Álora (Málaga) son sus espectaculares vistas. Por ello, a lo largo de los diferentes caminos que conducen a la cima, situada a 559 metros de altitud, hay varios miradores desde los cuales se puede apreciar (en función de la ruta elegida) el Torcal de Antequera, Sierra de Carratraca, la Ribera del Guadalhorce o el castillo de Álora. Entre los miradores se encuentra el de la hemiparesia, en el que destaca una escultura de color rojo y naranja dedicada a quienes padecen esta enfermedad. Desde allí se contempla una maravillosa vista del pueblo. Ascendiendo un poco más se llega a la cima del monte y a zonas como la caseta de las antenas o la cruz de Álora. El monte Hacho también destaca por su riqueza geológica. Esta localidad malagueña también cuenta con un Colegio de Educación Infantil y Primaria denominado ‘El Hacho’.


Pizarra (Málaga)

Muy cerca de Álora, en el término municipal de Pizarra, se encuentra la Necrópolis Prehistórica del Hacho, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2011. Exactamente está ubicada en lo más alto de la Sierra de Gibralmora (zona conocida como Castillejos de Luna), por encima de la Fuente Luna. Aunque es un lugar desconocido, incluso para muchos de los vecinos de Pizarra, allí aún permanecen los restos de unas antiguas tumbas de hace más de 3.000 años. Está considerada una joya arqueológica. Pese a su condición de BIC (categoría Zona Arqueólogica), este conjunto de enterramientos ha sufrido a lo largo de los años numerosos expolios y destrozos. Aún puede apreciarse una decena de tumbas delimitadas por losas de piedras que conforman unos rectángulos, lo que se conoce como tumbas de cista. Están datadas en la Edad de Bronce, aunque existen elementos que pertenecen a la Edad del Cobre.


Alamedilla (Granada)

También en Andalucía, en la provincia de Granada, existe una pedanía denominada El Hacho. Perteneciente al municipio Alamedilla, es limítrofe con la provincia de Jaén. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2019, El Hacho contaba con tan sólo 9 habitantes. Además de Alamedilla, en las proximidades de esta pedanía se encuentran Los Oqueales y Guadahortuna, donde localizamos el puente del Hacho.

El puente del Hacho (Guadahortuna) 

El puente del Hacho, situado en la localidad granadina de Guardahortuna, se encuentra en desuso. Pese a ello, con 624,6 metros de longitud, es el más largo de la red ferroviaria española. Está situado en el punto kilométrico 104,4 de la línea férrea Almería-Linares. En su punto más elevado tiene una altura de 50 metros. Uno de los aspectos más significativos de este puente es que fue diseñado por el estudio del francés, Gustave Eiffel, creador de la Torre Eiffel. Otra curiosidad es que no cuenta con ningún tornillo en su estructura. Los trabajos de construcción finalizaron en 1897, estando activo hasta 1970. Años después, RENFE lo vendió a una chatarrería de Madrid por un millón y medio de pesetas, pero la oposición del pueblo impidió que fuese eliminado. Se solicitó que fuese declarado Monumento Histórico Artístico para evitar, legalmente, su demolición.


Salobreña (Granada)

Salobreña ofrece una ruta arqueológica circular, con poco más de 17 kilómetros en la que se incluye el Monte Hacho. Se trata de un cerro con 73 metros de altitud caracterizado por los restos prehistóricos localizados en el lugar, pertenecientes a la Edad del Cobre.

Loja (Granada)

Con una cima de más de 1000 metros de altitud (1024 m), el monte Hacho está situado al norte de la localidad de Loja (Granada). Desde su cumbre se pueden divisar unas espectaculares vistas de Loja y su comarca, además de parajes cercanos a los pueblos de Archidona (Málaga) e Iznájar (Córdoba). En cuanto a la flora, destacan la presencia de bosques de encina (también conocida como chaparro en aquella zona) o especies como el tomillo o la jara; habiendo un pinar repoblado en las proximidades del pico del monte. Aunque hay varias rutas en función del nivel, según recomiendan desde el Grupo montañero ‘Mudauñas’ (www.clubmontanamudaunas.blogspot.com) para ascender a la cima del monte Hacho lo idóneo (o itinerario de menor distancia) es partir desde la estación de ferrocarril de San Francisco. Se estima que la subida se puede realizar en unas dos horas. El citado club propone otras dos rutas de mayor dificultad con distancias más largas (14 y 24 kilómetros) y con un mayor desnivel.

En Venta de Rayo, una pedanía de Loja, localizamos también el Colegio Público Rural Monte Hacho Venta del Rayo.

Estepa (Sevilla)

En la comarca de la Sierra Sur de Sevilla, a poco más de 100 kilómetros de la capital hispalense, se encuentra Lora de Estepa, un pequeño municipio cuya población no superaba (datos correspondientes a 2016) el millar de habitantes. Allí se encuentra el monte Hacho o también conocido como Peñón del Hacho. Tiene una altitud de 706 metros y cuenta con una vía ferrata (itinerario tanto vertical como horizontal equipado con diverso material: clavos, grapas, presas, pasamanos o cadenas). En la A-92, a la altura de Lora de Estepa también localizamos el hotel restaurante ‘El Hacho’.


Sierra de Grazalema (Cádiz y Málaga) 

En pleno Parque Natural de la Sierra de Grazalema, y próximas al pueblo de Montejaque se encuentran dos picos denominados Hacho 1 y Hacho 2. Curiosamente la diferencia de altitud entre ambos montes es de tan sólo 3 metros, aunque  –según la perspectiva- una cima parezca mucho más alta que la otra. La cumbre de mayor altitud, el Monte Hacho, está situada a 1075 metros.



Gaucín (Málaga)

Otro de los lugares donde encontramos un monte llamado ‘Hacho’ es en Gaucín, pueblo ubicado en el Valle del Genal (Serranía de Ronda). Destacan sus miradores naturales y las panorámicas que se pueden divisar durante el recorrido, hasta coronar la cima (1011 metros). Si las condiciones climatológicas no lo impiden, desde la sierra del Hacho se llega a apreciar las costas malagueñas, el Peñón de Gibraltar e incluso la costa africana. También cuenta con una vía ferrata.  



Manilva (Málaga)

No cuenta con una gran altitud, pero desde su cima se aprecia la costa malagueña, el Peñón de Gibraltar y, en ocasiones –cuando la climatología es favorable- hasta la costa ceutí y africana. La cumbre está situada a 112 metros. Dada su privilegiada posición geográfica (muy cerca de la costa) son muchas las urbanizaciones las que pueblan las inmediaciones del cerro del Hacho. Dos de ellas llevan su denominación: Monte Duquesa Village El Hacho y Los Cármenes-El Hacho

Rute (Córdoba)

En el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, en la provincia de Córdoba, se encuentra el cerro del Hacho. Desde la cima, situada 1000 metros de altitud, se divisan las localidades de Rute, Iznájar, Lucena o Priego de Córdoba, entre otras. En el punto más alto se encuentra la torre del Canuto, una pequeña construcción fortificada que fue declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985.

Lucena (Córdoba)

El cerro ‘Hacho’ cuenta con una altitud aproximada de 660 metros. En la cumbre se encuentra una gran cruz que fue instalada en 1810 para rendir homenaje a la resistencia de los lucentinos ante el ejército galo durante la invasión francesa. Es conocida como la cruz de la Independencia o del Hacho. También en esta zona fue descubierto en el año 2006 un cementerio judío datado en el siglo XI.



Benamejí (Córdoba)

El cerro del Hacho, con una altitud de 425 metros, fue cortado en dos partes para la construcción de una autovía. En la cima encontramos un torreón de época árabe rodeado de un gran pinar.

Ólvega (Soria)

Fuera de Andalucía, en la localidad de Ólvega, un pequeño municipio de la provincia de Soria con algo más de 3500 habitantes, también cuenta con un monte con el topónimo de ‘Hacho’. A pesar de no ser el pico más alto de este término municipal, se trata de un monte que el propio ayuntamiento de Ólvega califica como “emblemático”. Tiene una altitud de 1213 metros, y un bosque de encinas lo cubre hasta la cima. Predomina la presencia de roca caliza y en su día se extraían estas piedras para la obtención de la cal.

Otros lugares

En la provincia de Almería encontramos varios lugares con montes denominados Hacho como Alcolea, Níjar o Vera, donde están ubicados el cerro y la cueva del Hacho.

En Benamejí (Córdoba) localizamos los Yacimientos del Hacho o una torre con este topónimo. Además, también en la provincia cordobesa se encuentra el cerro del ‘Hacho’, en Villa del Río.

Y en Granada, a los ya enumerados en este reportaje, unimos Moclín.