
Anteriormente, el 22 de
abril de 1981 había remitido una carta a Ronald Reagan con motivo de su
nombramiento como presidente del Gobierno de Estados Unidos. “Le tenía cierta
simpatía por haberlo visto interpretar varias películas”, reconoce Erundina, quien
aunque no esperaba respuesta, la Casa Blanca a través de su embajada en Madrid le
agradeció el gesto, remitiéndole una carta firmada por el embajador
estadounidense John R. Riddle: “Se me ha encomendado, en nombre del presidente
Reagan, le haga llegar su más sincero agradecimiento por su amable felicitación
y palabras de aliento y esperanza para él y el pueblo americano”.
Felicitar a la reina
por su cumpleaños se convirtió en una tradición. Los telegramas venían firmados
por el marqués de Mondéjar y posteriormente por Sabino Fernández.
Pero en 1982, fue la
propia Doña Sofía la que rubricaba la contestación. El telegrama reflejaba lo
siguiente: “Muchísimas gracias por tan
cariñosa felicitación en el día de mi cumpleaños. Afectuosamente, Sofía Reina”
El fallecimiento del
padre del monarca Don Juan Carlos (1993) o la efeméride del veinte aniversario
de su proclamación como rey de España fueron otro de los motivos que llevaron a
Erundina Espí a ponerse en contacto con la Casa Real. En ambas ocasiones la respuesta
venía firmada por el vizconde de Almansa. En 2008, fue la última vez que remitió una
postal al palacio de la Zarzuela, obteniendo respuesta en todas las ocasiones.
En el año 1990 y con
motivo del fallecimiento Stéfano Casiraghi, marido de la princesa de Mónaco,
Erundina le envió una postal en la que le mostraba el pésame. La contestación
tardó en llegar, pero en 1992, lo hizo. La carta, escrita en francés y con
escudo de la Casa Real, reflejaba lo siguiente: “S.A.S. la princesse Caroline
de Monaco, très sensible aux aimables voux que vos lui avez adressées, vous
remercie vivement de cette délicate pensée” (Su Alteza Serenísima la princesa
Carolina de Mónaco, muy sensible a las amables palabras que le habéis dirigido,
os agradece vivamente este comentario
tan delicado).
La española y la
monaquense no fueron las únicas casas reales con las que se puso en contacto
Erundina, puesto que el año 1993 también le remitió una misiva a la reina de
Bélgica con motivo del fallecimiento de su marido. Fabiola de Bélgica le
respondió mandándole una fotografía suya junto a quien había sido su pareja. A
la izquierda de la imagen, y escrito a mano, figuraba este texto: “Con mi
agradecimiento por vuestra ferviente comunión con mi esperanza y con mi
profundo sentimiento de gratitud por el don del amor que no es eterno”. Lo
firmaba Fabiola de Bélgica.
Al igual que ocurriera
con Felipe González, Erundina Espí envió una carta felicitando a José María
Aznar cuando en el año 1996 era nombrado presidente del Gobierno. Las elecciones
se celebraron en el mes de marzo, pero la respuesta no llegó hasta diciembre,
aunque en ella, José María Aznar le pedía disculpas por el retraso. No fue la
primera vez que obtenía la contestación de José María Aznar, ya que un año
antes de llegar a la Moncloa, y como consecuencia del atentado que sufrió,
Erundina le había enviado una postal.
En el año 2000, José
Luís Rodríguez Zapatero vencía en las elecciones generales. El relevo al frente
de la Moncloa propició que Erundina Espí volviera a remitir una postal al nuevo
presidente del Gobierno solicitándole especial atención a Ceuta y Melilla ante
las históricas reivindicaciones por parte de Marruecos. En esta ocasión, como
había ocurrido hasta entonces, también obtuvo respuesta en una carta rubricada por
el propio José Luís Rodríguez Zapatero, que le tranquilizaba en referencia al
futuro de ambas ciudades: “[…] En cuanto al tema que le preocupa, me gustaría
que estuviera tranquila”.
Erundina Espí, tal y
como hizo con anteriores presidentes del Gobierno, también ha remitido una
postal a Mariano Rajoy, aunque de momento, el actual mandatario no contestado.
Respuestas del Papa Juan
Pablo II, Adolfo Suárez y una larga lista de artistas como Carmen Sevillla,
Perlita de Huelva, Rocío Jurado o Manolo Escobar completan la colección de
Erundina Espí, quien gracias a su afición por escribir cartas, ha recibido más
de una satisfacción y casi siempre una sorpresa agradable. Y es que no todos
los días se recibe una carta firmada por un presidente del Gobierno o por la
mismísima reina Doña Sofía.