La construcción y apertura un
año antes del Hotel La Muralla no había paliado la carencia de plazas hoteleras
en la ciudad. Ceuta -al igual que otras muchas localidades españolas- vivía la
eclosión del turismo, pero su evolución fue lenta. La inauguración del Hotel
Ulises supuso un salto cualitativo y cuantitativo para el sector turístico
ceutí. Especialmente, porque Ceuta necesitaba atender la demanda de visitantes
que por aquella época llegaban a la ciudad atraídos por los muchos atractivos
de Ceuta, entre ellos, el comercial.
Según datos aportados por el
cronista oficial de Ceuta, José Luis Gómez Barceló, el solar donde fue
construido el Hotel Ulises fue utilizado durante los años 50 como terraza de
verano por los propietarios del Cinema Apolo.
A finales de esa misma
década, según la documentación a la que hemos tenido acceso para la elaboración
de este reportaje, Bulyba S.A adquiere el terreno con la intención de construir
un establecimiento hotelero. Al frente de la citada empresa estaba Mohamed
Bulaix Baeza, quien ya contaba con una gran experiencia en el sector, puesto
que también era propietario del prestigioso Hotel Dersa, ubicado en Tetuán. Desde
Bulyba S.A. se solicita la expropiación o la mediación del Ayuntamiento para la
compra de un inmueble, propiedad de la Iglesia ubicado en la Calle Daoiz, 4.
Aunque la operación tardó bastante tiempo en efectuarse, el coste de la misma
ascendió a 297.412 pesetas. Mientras tanto, el solar donde posteriormente fue
construido el Hotel Ulises fue cedido al Ayuntamiento para su uso como
aparcamiento de vehículos, aunque en la documentación no figura si finalmente
se utilizó como parking. Las obras de construcción del hotel comenzaron en 1964, bajo la dirección
facultativa del arquitecto Jaime Antón Pacheco.
Fue en mayo de 1968 cuando el
‘Gran hotel Ulises’ abría sus puertas, aunque la inauguración oficial se
produjo casi un año después, concretamente el 27 de marzo de 1969. Antes de su
apertura al público, la empresa Bulyba S.A. organizó un acto privado de
presentación al que acudió una importante representación de la sociedad ceutí,
encabezada por las principales autoridades. También asistió una destacada
comitiva de representantes de Marruecos. Ante la posibilidad de que al acto de
inauguración acudiera el ministro de Información y Turismo, se optó por esperar
para realizar la inauguración oficial más adelante. El presidente del Consejo
de Administración de la empresa propietaria del Hotel Ulises, Mohamed Bulaix
junto al consejero José María Matos y el director del hotel, Manuel Martínez
López recibió a todos los invitados en la puerta principal del establecimiento
hotelero. Posteriormente se llevó a cabo una visita por las instalaciones y se
ofreció una copa de vino como preámbulo al almuerzo celebrado en uno de los
salones del Gran Hotel Ulises. El acto finalizaba con un brindis y una breve
alocución del máximo responsable de Bulyba S.A.
Casi un año después, y ya con
el hotel en pleno funcionamiento, se producía la inauguración oficial de las
instalaciones hoteleras. El acto, celebrado el 27 de marzo de 1969 fue
presidido por el director general de Empresas y Actividades Turísticas, León
Herrera y Esteban, quien viajó en Ceuta en representación del ministro de
Información y Turismo. Antes del almuerzo, se produjo la bendición de las
instalaciones por parte del vicario de la Diócesis de Ceuta, Isidro Conde y
Conde. Tras una copa de vino, las autoridades invitadas al acto recorrieron el
hotel y finalmente se ofreció un almuerzo, que concluía con un breve discurso a
cargo del director general de Empresas y Actividades Turísticas, quien destacaba
la “gran personalidad” de Mohamed Bulaix, a la hora de emprender un proyecto de
tal calibre como era la apertura del Gran Hotel Ulises.
Características
del hotel
Cuando el Gran Hotel Ulises
abrió sus puertas, disponía de 126 habitaciones. Todas ellas con baño completo
y teléfono. Aspectos que ahora nos parecen absolutamente normales, pero
remontándonos a aquella época –hace casi cincuenta años-, no lo eran tanto. El
edificio contaba con tres ascensores, salones sociales, tres bares, sala de
fiesta, y según resaltaba la prensa, piscina con vistas al puerto y al Estrecho
de Gibraltar. Disponía de aire acondicionado, y con una decoración vanguardista
y moderna para la época. En su día se le otorgó la categoría de Primera A
(actualmente es de cuatro estrellas). El hotel inició su andadura bajo la
dirección de Manuel Martínez López, ex director del Hotel Costa del Sol; y
quien también había trabajado en países como Alemania, Francia, Inglaterra y
Marruecos antes de aceptar la propuesta de dirigir el Gran Hotel Ulises.
Atentado
El 6 de marzo de 1979, el
Hotel Ulises fue escenario de un atentado en el que resultaron heridas veinte
personas –una de ellas grave- al explosionar un artefacto. La bomba, que fue
colocada en la habitación 319, estallaba sobre las ocho y media de la tarde.
Las primeras informaciones publicadas por la prensa nacional apuntaban al denominado
Frente Patriótico marroquí como autor del atentado. Incluso las noticias
indicaban que se había efectuado una llamada telefónica a la delegación de la
agencia France Press en Madrid, reivindicando la explosión. Como consecuencia
de la onda expansiva, los edificios y comercios colindantes sufrieron
importantes daños materiales. Se produjo una lluvia de cascotes que también
afectó a los vehículos aparcados bajo el hotel. Apenas dos días después, la
Jefatura Superior de Policía en Madrid y la Dirección general de Seguridad
confirmaban –así lo recogían los principales periódicos de la época- que la
autoría del atentado correspondía al Partido Comunista Internacional de
Cataluña (PCE Internacional). En la habitación 319 se habían hospedado dos
mujeres, que según las investigaciones policiales, también podrían ser las
responsables de una explosión ocurrida unos días antes en Melilla.
Tres
generaciones
Casi cincuenta años después
de su apertura, el Hotel Ulises no ha perdido el concepto de negocio familiar. Desde el año 1999, María Dolores García-Valiño Molina ostenta la presidencia del Consejo de
Administración de Bulyba S.A., mientras que Fuad y Karim Bulaix -nietos del primer propietario- son consejeros delegados de la empresa. La llegada de ambos supuso
un importante impulso para el hotel. Karim Bulaix no duda
en reconocer que “es una satisfacción e ilusión continuar la labor que inició
mi abuelo hace ya tiempo”.
Los actuales responsables del
Hotel Ulises son la tercera generación, puesto que “mi padre –explica Bulaix- fue de los primeros directores. Estuvo trabajando para mi abuelo
durante mucho tiempo, y luego pasó a ser presidente del Consejo de
Administración. Cuando él falleció, mi hermano y yo nos hicimos cargo de la
empresa”.
La nueva dirección decidió
darle un impulso al hotel, acometiendo una importante reforma que se iniciaba
en el año 2001 y finalizaba en 2013. La apuesta económica llevada a cabo por
Bulyba S.A. conllevó una modernización progresiva de las instalaciones hoteleras
y un cambio de imagen que poco a poco comenzó a dar sus frutos, convirtiendo al
Hotel Ulises en un lugar acorde con la evolución que también experimentó el
centro de la ciudad en esos primeros años del siglo XXI. La reforma de todas
sus habitaciones y la apuesta por la restauración
fueron algunas de las claves en la proyección del hotel: “Desde el principio teníamos muy claro que había que devolverle tanto a Ceuta como al
propio hotel la calidad que tenía el Hotel Ulises. Cuando se es empresa privada
y se tiene que afrontar con sus propios mecanismos y medios todos los gastos de
la reforma se hace más lento. Empezamos en el año 2001, hemos ido por fases y
concluimos en 2013", expone Karim Bulaix, quien califica el esfuerzo
realizado en los últimos años como "casi titánico".
Cuando el
presidente del Consejo de Administración habla de esfuerzo, no sólo se refiere
al efectuado por la empresa, sino también al realizado por el personal, ya que
"estuvo implicado con nosotros desde el principio" -reconoce orgulloso
Karim Bulaix-, que no duda en afirmar que "gracias al equipo con el que
contamos, desde hace algún tiempo ya se pueda ver luz a toda esa apuesta que
hicimos. Fue brutal el esfuerzo que a nivel familiar y a nivel de personal se
realizó desde el principio".
Para Bulaix, la
implicación de los trabajadores es fundamental: "Por nombre, no podemos
competir con los otros establecimientos hoteleros de la ciudad; por ello
decidimos apostar íntegramente por el servicio. Sí se podía competir por la
calidad, por esa atención familiar y meticulosa hacia el cliente que no sería
posible si no fuese porque el personal está involucrado".
Dos ejemplos
-pueden ser muchos más- de ese empeño en la atención al cliente son Rabeh
Hamido y Pepa Gómez. El primero, lleva trece años como recepcionista y lo tiene
muy claro: "Lo importante es el servicio, y lo principal que el cliente se
crea que está en su casa. Que no se quiera ir". Por ello -añade- “somos
una familia para lo bueno y lo malo". Su discurso lo pone en práctica día
tras día en la recepción del Hotel Ulises, donde es uno de los trabajadores más
carismáticos y apreciados por los clientes habituales.
La opinión de
Pepa Gómez (gobernanta) es prácticamente idéntica a la de su compañero. Lleva
más de una década trabajando en el hotel. Tiempo más que suficiente para
conocer los gustos del cliente, aunque considera que la principal demanda es
“un trato personalizado”. Su trabajo no pasa desapercibido para los huéspedes
que se alojan con cierta frecuencia en el Hotel Ulises. Asegura que es muy
habitual que pregunten por los trabajadores, circunstancia que “da mucha
alegría”, ya que también se puede interpretar como un indicativo de que “se fue
satisfecho”.
El Hotel Ulises
no sólo ha sido un negocio familiar, sino que también "siempre ha estado
-expone Karim Bulaix- arraigado sentimentalmente a mi familia". ¿El
motivo? Un detalle que pocos conocen: "Mi padre y mi madre comenzaron su
noviazgo en la fiesta de inauguración. Ha estado muy ligado sentimentalmente a
mi familia".
La modernización
de sus instalaciones y la apuesta por un nuevo modelo de negocio no ha impedido
que, casi medio siglo después de su apertura, el Hotel Ulises mantenga el esplendor
con el que se inauguraba a finales de la década de los años sesenta.
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