Dos décadas después de su
apertura continua siendo una de las grandes joyas de Ceuta. Un auténtico
paraíso en pleno centro de la ciudad, y diseñado por un genio como César
Manrique. Sus lagos, su riqueza botánica, la combinación de naturaleza y
piedras o su belleza hacen del Parque Marítimo del Mediterráneo un lugar
especial. Abrió sus puertas por primera vez al público el 1 de julio de 1995.
Han transcurrido más de veinte años desde que se hiciera realidad un ambicioso
proyecto que comenzó a gestarse a finales de la década de los 80. Su coste superó
los 3.500 millones de pesetas (21 millones de euros).
El por aquel entonces
director-gerente de la empresa municipal PROCESA y actualmente presidente de la
Ciudad Autónoma, Juan Vivas fue testigo directo del largo proceso de gestación,
construcción y puesta en marcha del Parque Marítimo: “Al principio era un sueño,
luego fue una idea, después un proyecto y finalmente una realidad para disfrute
y orgullo de todos los ceutíes”. “La idea –rememora Juan Vivas- se suscitó en
1989. Estaba de alcalde Aurelio Puya, quien nos encargó a Procesa que
tratáramos de contactar con César Manrique para darle utilidad a esa gran obra que
se había hecho en La Marina ganándole terreno al mar”.
El objetivo era trasladarle
la idea de que construyera “algo parecido a los Lagos Martiánez en Tenerife”.
El primer contacto con el artista canario fue muy fructífero y pronto mostró su
predisposición ante la propuesta: “César Manrique tenía un recuerdo muy
agradable de Ceuta porque había hecho la mili en nuestra ciudad. Pensó que
podía estar inspirado en los lagos Martíanez pero que tenía que tener un sello
eminentemente caballa”, explica el ex director-gerente de Procesa.
César Manrique elaboró un
primer boceto del que sería el futuro Parque Marítimo del Mediterráneo. Aquella
idea inicial “se parece mucho al resultado final”. Según Juan Vivas, el artista
canario tenía las ideas muy claras de cómo quería que fueran las instalaciones:
“Quería que fuera un monumento a la naturaleza. Un balcón al Mediterráneo y que
una sinfonía entre el agua, las piedras, la vegetación, el mar, la luz y el
cielo. Que todas estas esencias de Ceuta estuvieran contenidas en esta obra. También
quiso plasmar la combinación de murallas y agua. Desde el primer momento tenía
muy claro que debía llamarse Parque Marítimo del Mediterráneo”.
Trámites
Construir el Parque
Marítimo del Mediterráneo no fue fácil. Especialmente, obtener la financiación
para poder ejecutar el proyecto. Y es que –reconoce Juan Vivas- la idea “tenía
una cierta respuesta de incredulidad por parte de muchas personas”. Por ello,
no duda en destacar la gestión realizada desde Procesa: “Hay que resaltar el
tesón de los técnicos, y en particular de Nicolás Fernández Cucurull que hizo
un trabajo magnífico desde el punto de vista financiero. Hubo personas, como
Pepe Diestro, que vivieron y lucharon por sacar adelante el proyecto”. Pese a
las dudas generadas inicialmente, “muchas personas entendieron que el Parque
podía ser un elemento de dinamización económica, entre ellos los directivos de
los fondos FEDER”. Juan Vivas no olvida “el corazón que pusieron muchas
personas. César Manrique fue el alma máter, pero quiero destacar el cariño que
puso en la obra el que durante muchos año ha sido delegado de CORSAN en Ceuta,
Jorge Martínez; o el trabajo realizado por Juan Orozco, que además de ser un
extraordinario aparejador fue un artista de gran categoría”.
Desde que el proyecto se
planteó hasta que se hizo realidad, transcurrieron varios años, por lo que en
el mismo intervinieron y participaron varios alcaldes en diferentes etapas
políticas: “Aurelio Puya propuso la idea y Fructuoso Miaja aprobó
posteriormente el proyecto. La obra la empezó Francisco Fráiz y la culminó e
inauguró Basilio Fernández. Transcurrió mucho tiempo y hubo que despejar muchas
incógnitas, pero teníamos el presagio de que se estaba construyendo una obra de
las que nos íbamos a sentir orgullosos durante mucho tiempo”.
El parque Marítimo del
Mediterráneo se financió, en gran parte, gracias a los fondos FEDER, pero no
fue la única fuente de financiación: “Un tercio provenían de los fondos
europeos, otro lo puso la Ciudad a través de las concesiones que también se
gestionaron desde Procesa y el otro tercio que faltaba lo aportó el Banco de
Crédito Local (actualmente integrado en el BBVA)”. En cuanto al coste, Vivas
recuerda que ascendió a “3.100 millones de pesetas la obra principal. Luego las
distintas obras que se ejecutaron supusieron otros 500 millones. En total, más
de 3.600 millones de pesetas”.
Juan Vivas compartió muchas
horas con César Manrique. Pero, ¿cómo era el artista canario?. “Un genio, y
como tal, inigualable. Estaba obsesionado con la limpieza y era muy exigente.
Lo recuerdo como una persona extraordinaria, simpática, con una gran capacidad
para idear, y sobre todo comprometida con el medio ambiente. Sabía distinguir
lo superficial de lo importante”. El presidente de la Ciudad también lo define
como “muy confiado”. De hecho, “cuando vino no quería cobrar nada ni por el
anteproyecto ni tampoco por el proyecto”. “Dijo-continúa el presidente de la
Ciudad- que quería que luego se destinara un porcentaje de la obra, y que esta
cantidad fuera la retribución a su contribución artística y la del trabajo de
los ingeniero. Desde Procesa tuvimos que convencerle de que no podía ser,
porque en política nunca se sabe lo que puede pasar, y que fijara sus
honorarios por la redacción del anteproyecto y del proyecto. Al principio,
llegó a decir que no quería cobrar por tal de que la obra saliese adelante”.
Obra
póstuma
César Manrique falleció el 25
de septiembre 1992 como consecuencia de un accidente de tráfico, por lo que no
pudo ver culminado el Parque Marítimo del Mediterráneo. Los ingenieros José
Luis Olcina y Juan Alfredo Amigó, ambos mano derecha de Manrique, asumieron el
reto de finalizar la obra
El proyecto no se resintió
porque “había un espíritu de respetar al creador del proyecto”. “Nunca
–prosigue Vivas- se perdió de vista esa visión del genio canario, y los otros
dos ingenieros que participaron en el proyecto supieron plasmar esa esencia de
César Manrique, demostrando ambos una gran categoría artística”.
José Luis Olcina trabajó
varios años junto a César Manrique, por lo que conocía perfectamente la esencia
que el artista canario solía transmitir en sus creaciones. El fallecimiento del
autor del Parque Marítimo antes de la finalización de la obra, obligó a Olcina
a tomar las riendas del proyecto en Ceuta. No le fue extremadamente difícil
porque trabajó mano a mano con César Manrique en el diseño y construcción del Parque Marítimo del Mediterráneo. Una
obra que José Luis Olcina no duda en calificar como “inolvidable”, asegurando
que “a mí se me quedó metida en el corazón desde que comenzamos a trabajar en
ella a principios de los años noventa. Le cogimos un gran cariño a Ceuta y a
los ceutíes por cómo nos acogieron y como hicieron la obra suya durante la
ejecución y ya posteriormente cuando estuvo finalizada. Fueron años
inolvidables, y lo más importante es que todo el mundo quedó encantado”.
César Manrique no pudo ver
finalizado el proyecto, pero ¿el resultado final hubiera sido del agrado del
artista canario? Olcina cree que sí, aunque piensa que “nunca sabremos si César
le hubiera dado un toque final. Nosotros tuvimos que poner una escultura
metálica de un molino que había creado él, y quizás en ese momento César
hubiera realizado una nueva o hubiera aportado otra idea porque tenía una
capacidad de imaginación y creación impresionante. Quizás hubiera puesto esa
guinda final, pero no pudo ser. Pienso que después de veinticinco años
trabajando y colaborando con él, teníamos mucho conocimiento de cómo quería las
terminaciones y cómo quería que se desarrollase todo”. Por ello, José Luis Olcina se muestra contundente
al afirmar que “en líneas generales el resultado fue muy fiel a las ideas de
César y a lo que él tenía pensado. Estimo que habría sido de su agrado”.
José Luis Olcina destaca la
admiración que despertaban las obras de César Manrique y el propio artista
entre los que le rodeaban en cada proyecto. Todo ello se transformaba en
implicación y orgullo: “Como en todas las obras de César, todos los que
trabajaban cerca de él le cogían mucho cariño. Para el encargado de la obra o
para los propios obreros era un orgullo que César Manrique les dijera como
quería, por ejemplo, una pared de piedras. No es como una casa o cualquier tipo
de construcción, este tipo de proyectos es una obra de detalles en la que está
muy presente la filosofía de su diseñador; y todos los que trabajan en ella lo
hacían con mucho cariño y admiración. Y así ocurrió en Ceuta”.
Primeros
pasos
A lo largo de sus veinte
años de historia, el Parque Marítimo del Marítimo del Mediterráneo ha contado
con varios directores. José Diestro fue el primero. Estuvo al frente del Parque
hasta el año 1998. Diestro, que vivió
muy de cerca -primero como miembro de Procesa y posteriormente como director-
la gestación de las instalaciones diseñadas por César Manrique, califica
aquella experiencia como “inolvidable”. Sobre todo, por la ilusión que se
respiraba en torno a su construcción y posterior puesta en marcha: “Era un
proyecto apasionante. Lo vivimos todos
con mucha intensidad y mucha emoción porque suponía un proyecto histórico para
Ceuta”. Reconoce que existía cierta incertidumbre “por cómo se iba a explotar”,
y por ello surgieron muchas dudas e incógnitas antes de su apertura: “Había que
poner en marcha la instalación, decidir qué política de precios se iba a
aplicar y cómo manejar esa importante cantidad de personas que recibíamos y que
en ocasiones nos desbordaban”, rememora José Diestro, quien afirma que “los
inicios fueron difíciles pero a la vez
gratificantes”.
Otra de las personas que
también fue testigo y realizó un trabajo destacado en esos comienzos del Parque
Marítimo fue Luis Márquez Salinas. Ingresó en 1995, y años después ocupó el
cargo de director durante casi una década. De los inicios destaca el equipo
humano porque “el personal no contaba con la experiencia de gestionar unas
instalaciones de estas características. Esta circunstancia provocó que
“aprendiéramos unos de otros”. Ese desconocimiento o inexperiencia fue sustituida por “mucha voluntad y mucho
trabajo por parte de un gran equipo profesional”. Incluso –reconoce José
Diestro- “había cuestiones que debíamos ir corrigiendo día a día”. “Lo hacíamos
–continúa- con mucha ilusión para intentar proyectar turísticamente el Parque
Marítimo y para que el proyecto se consolidara en la ciudad. Le dedicamos mucho
esfuerzo”.
Aunque se habían elaborado
varios informes económicos, uno de los principales quebraderos de cabeza fue
provocado por el establecimiento de las tarifas de los abonos, puesto que
–explica Luis Márquez-“era necesario darle un soporte financiero que
garantizara unos ingresos mínimos. La política de precios fue analizada
previamente con la realización de distintos estudios de viabilidad”.
El Parque Marítimo tenía o
pretendía tener una proyección turística. Que la obra de César Manrique se
convirtiera en un atractivo para los visitantes. El proyecto despertó el interés
al otro lado del Estrecho pero también entre los marroquíes que veranean en la
zona norte del país vecino: “Tuvimos que adaptarnos a las circunstancias, y
fuimos de las primeras instalaciones donde se empezó a notar las posibilidades
de Ceuta ante el turista marroquí”, afirma Luis Márquez.
Vegetación
El Parque Marítimo cuenta
con una gran riqueza natural y vegetal. La utilización de una gran variedad de
plantas solía ser una de las características de César Manrique en sus obras. El
artista canario, recuerda Juan Vivas, auguró en su día que “la vegetación
mejorará siempre que se la cuide”. Y son muchas las personas que coinciden en
que el trabajo de mantenimiento durante estos veinte años ha sido excelente.
Entre ellos, el arquitecto José Luis Olcina, quien en su última visita afirmó con rotundidad que “el Parque está mejor que al principio”, y no duda en “felicitar a todos los que lo han hecho posible porque ha sido un trabajo impresionante”. “Tenemos la experiencia –añade Olcina- de otras instalaciones similares, y la conservación del Parque Marítimo del Mediterráneo es un ejemplo de cómo debe mantenerse”. El mérito es del equipo de jardineros, cuya labor se prolonga durante los doce meses del año. José Luis De Miguel es, desde hace quince años, el jefe de jardines del Parque Marítimo del Mediterráneo. El cuidado de la vegetación es continuo porque “aunque el clima de Ceuta es muy parecido al de Canarias y las plantas se adaptan bien hay que luchar contra la salinización”, explica De Miguel. También es necesario controlar el crecimiento de las plantas “para que no invadan los jardines”. El clima de Ceuta, caracterizado por su humedad, también repercute en la vegetación, pero especialmente cuando sopla Levante: “Suelen quemar mucho las plantas, por lo que regamos un poco más de lo habitual para que la planta no se deshidrate con el exceso de viento”.
Pese a la variedad de plantas que encontramos en el Parque Marítimo, “no hay mucha diferencia en cuanto al cuidado de unas y otras. Al ser plantas exóticas y tropicales, a algunas no les viene bien estar cerca del césped, ya que éste en verano necesita un mayor aporte de agua, pero en líneas generales no suele haber mucha diferencia en el mantenimiento”. De entre todas las plantas que decoran el parque Marítimo, José Luis De Miguel tiene sus favoritas: “Para mí, la planta más bonita es un ficus australis que tiene unas raíces aéreas colgantes que con el tiempo se anclan en el suelo y van formando como una base de la copa. Las mantengo a una altura media. Y también es preciosa una palmera real de Cuba. Es muy elegante y no suele dar mucho trabajo porque ella misma va soltando las hojas”.
Entre ellos, el arquitecto José Luis Olcina, quien en su última visita afirmó con rotundidad que “el Parque está mejor que al principio”, y no duda en “felicitar a todos los que lo han hecho posible porque ha sido un trabajo impresionante”. “Tenemos la experiencia –añade Olcina- de otras instalaciones similares, y la conservación del Parque Marítimo del Mediterráneo es un ejemplo de cómo debe mantenerse”. El mérito es del equipo de jardineros, cuya labor se prolonga durante los doce meses del año. José Luis De Miguel es, desde hace quince años, el jefe de jardines del Parque Marítimo del Mediterráneo. El cuidado de la vegetación es continuo porque “aunque el clima de Ceuta es muy parecido al de Canarias y las plantas se adaptan bien hay que luchar contra la salinización”, explica De Miguel. También es necesario controlar el crecimiento de las plantas “para que no invadan los jardines”. El clima de Ceuta, caracterizado por su humedad, también repercute en la vegetación, pero especialmente cuando sopla Levante: “Suelen quemar mucho las plantas, por lo que regamos un poco más de lo habitual para que la planta no se deshidrate con el exceso de viento”.
Pese a la variedad de plantas que encontramos en el Parque Marítimo, “no hay mucha diferencia en cuanto al cuidado de unas y otras. Al ser plantas exóticas y tropicales, a algunas no les viene bien estar cerca del césped, ya que éste en verano necesita un mayor aporte de agua, pero en líneas generales no suele haber mucha diferencia en el mantenimiento”. De entre todas las plantas que decoran el parque Marítimo, José Luis De Miguel tiene sus favoritas: “Para mí, la planta más bonita es un ficus australis que tiene unas raíces aéreas colgantes que con el tiempo se anclan en el suelo y van formando como una base de la copa. Las mantengo a una altura media. Y también es preciosa una palmera real de Cuba. Es muy elegante y no suele dar mucho trabajo porque ella misma va soltando las hojas”.
Cinco personas conforman
actualmente el equipo de jardineros del Parque Marítimo del Mediterráneo. Son
los encargados de cuidar y mimar los trece mil metros cuadrados de jardines con
los que cuentan las instalaciones creadas por César Manrique, permitiendo que
luzcan ese colorido que caracteriza al Parque. Para José Luis De Miguel su
trabajo es “muy gratificante”, ya que “la planta agradece el cuidado que le
das. A mí me gusta hacer ver que trabajamos con seres vivos y no con objetos de
decoración”. De Miguel confiesa que “cada día está más enamorado del Parque. Lo
vivo”.
Lo
que no se ve del Parque Marítimo
Al igual que el cuidado de
la vegetación, el mantenimiento de las instalaciones del Parque Marítimo se
prolonga durante todo el año. El trabajo que se lleva a cabo durante la época
estival es tan importante como el que se efectúa el resto del año. Y parte de
esa labor no se ve, pero permite que los usuarios puedan disfrutar del Parque
Marítimo del Mediterráneo. Es el caso, por ejemplo de la limpieza de los lagos.
Durante la temporada de baño se realiza todos los lunes y jueves: “Se vacían totalmente, se limpian los fondos y se vuelven a llenar. Echamos entre sesenta y noventa kilos de cloro en polvo y ya se mantiene el agua a través de las bombas dosificadoras que van inyectando hipoclorito sódico”, explica Alfonso Orozco, jefe del departamento de Electromecánica del Parque. La sala de bombas es el “corazón del Parque”.
La cascada es una de las partes más llamativas de las instalaciones creadas por César Manrique, pero no sólo cumple con una función decorativa, ya que “a través de ellas llega el agua clorada, previo paso por las bombas dosificadoras, a los lagos”.
Durante la temporada de baño se realiza todos los lunes y jueves: “Se vacían totalmente, se limpian los fondos y se vuelven a llenar. Echamos entre sesenta y noventa kilos de cloro en polvo y ya se mantiene el agua a través de las bombas dosificadoras que van inyectando hipoclorito sódico”, explica Alfonso Orozco, jefe del departamento de Electromecánica del Parque. La sala de bombas es el “corazón del Parque”.
La cascada es una de las partes más llamativas de las instalaciones creadas por César Manrique, pero no sólo cumple con una función decorativa, ya que “a través de ellas llega el agua clorada, previo paso por las bombas dosificadoras, a los lagos”.
Pero el Parque Marítimo
también ‘esconde’ un entramado de cables: “El cableado cuenta con más de un
millón de kilómetros. Además hay una galería de servicio que es la que lleva la
mayor parte de las líneas y que recorre todo el perímetro”, comenta Alfonso
Orozco
Inauguración
El parque Marítimo del Mediterráneo abrió sus puertas el 1 de julio de 1995. La noche antes, Antena 3 Televisión emitía una gala desde el propio Parque. Suponía la culminación del proyecto y la puesta de largo del Parque Marítimo del Mediterráneo. La gala, presentada por Irma Soriano contó con las actuaciones estelares de Rocío Jurado y Alejandro Sanz. Juan Vivas no ha olvidado aquella noche: “Fue un día tremendo. La inauguración se organizó desde Procesa, aunque también se contrató a una empresa local como fue Interservicios. En los preliminares, sin culpa de nadie, salió casi todo mal. Estaba previsto que a las personas invitadas se les asignara una mesa nada más entrar. Esto se hizo para que Antena 3 no tuviera ningún tipo de problemas, pero había gente que no le gustaba el sitio porque había conocidos o amigos que estaban ubicados en otro sitio. Había que presentar una tarjeta y explicarles su ubicación, y todo esto provocó una larguísima cola en la que estaba el alcalde. Yo estaba desesperado porque Basilio Fernández llevaba ya una hora esperando. Había mesas que donde estaban colocadas no era el lugar idóneo para Antena 3, y había que cambiarlas de sitio y ubicar nuevamente a las personas que tenían asignadas esas mesas. Fallaron los equipos electrónicos y no había iluminación en el escenario”. Pese a todos los imprevistos e inconvenientes surgidos, “todo salió bien”. “El alcalde –continúa Vivas- estuvo hora y media esperando en la cola y tanto él como todos los invitados tuvieron la paciencia suficiente para entender lo que estaba ocurriendo”.
El traslado de Alejandro
Sanz desde el Hotel ‘La Muralla’ hasta el Parque Marítimo para su actuación en
la gala, también supuso un reto para la organización debido al importante
número de fans que esperaban al artista en la puerta del centro hotelero. En
cuanto a la gala, para Vivas fue “un espectáculo extraordinario. Rocío Jurado
abrió y cerró el programa; y emocionó a los ceutíes con las palabras
hermosísimas que dedicó a Ceuta. Su actuación forma parte de la historia del
Parque Marítimo y de la crónica de Ceuta”.
Escaparate
de Ceuta
En cuanto al presente y futuro del Parque Marítimo, Juan Vivas no tiene dudas de que “tiene que seguir siendo la muestra y el escaparate de nuestra ciudad y ese monumento del que todos los ceutíes nos sintamos orgullosos”.
Las dudas e incluso el
debate que generó el proyecto del Parque Marítimo sobre la conveniencia o no de
su construcción cesaron pronto. Las instalaciones diseñadas por César Manrique
no tardaron mucho en convertirse en uno de los grandes tesoros de la ciudad
para orgullo de los ceutíes. Veinte años después, sigue siéndolo.